Participantes: Miguel, Pepe, Manolo, Antonio de Fornes, Antonio Usieto,
Jesús, Fini y Antonio Muñoz
Distancia recorrida: 16,7 km
Desnivel acumulado: 1090 m
Desayuno en Puerta Nazarí de Órgiva. Muy bien, como siempre, y a muy
buen precio.
Hicimos esta caminata en abril del 2014, hace ya 5 años, ¡cómo pasa el
tiempo! Entonces Pepe tuvo un mal día y se quedó a unos centenares de metros
del refugio. Posteriormente Pepe ha recordado de vez en cuando que le gustaría
repetir la caminata y a petición suya se programó.
Antonio Muñoz propuso salir de la pista de la Cebadilla en vez del
pueblo de Capileira porque la salida desde el pueblo no aporta nada y en cambio
añade un buen repecho. Partimos pues de la pista de la Cebadilla, descendiendo
hacia la central hidroeléctrica. En ese trayecto nos adelantó un todo terreno
y, cómo no, Antonio Muñoz conocía al conductor. Era José Luis, el vaquero de El
Naute. Con él departimos un ratito hasta que marchó a sus vacas y nosotros a
nuestra ruta.
Paramos un poco en la confluencia de los ríos Toril y Naute, donde
principia el Poqueira, para ver las torrenciales aguas de ambos ríos mezclarse
y continuar al sur, al Trevélez.
La primera tachuela del día era la subida al llano del Naute. La senda
zigzaguea entre castaños y encinas, retorciéndose para adaptarse a tan abrupto
terreno, ganando casi 200 m de desnivel en muy corta distancia. Las vistas
hacia la central hidroeléctrica y hacia el Naute, cada vez más abajo son
preciosas y pagaron con creces el esfuerzo de la cuesta.
La llanura del Naute nos dio un respiro. Pasamos cerca de los cortijos
de José Luis, uno de los cuales lo tiene arreglado y habitado, descendiendo
luego al cauce del Naute. A pesar de la vegetación la senda está abierta y muy marcada,
señal de paso de mucha gente.
Con el agua corriendo al lado, caminar se convierte en una delicia.
Disfrutamos además de la tupida vegetación con los sauces recién vestidos y los
rosales en plena floración, de los cantos de los pájaros reclamando atención, y
de la constante musiquilla del agua.
Sorteamos una parte encharcada antes de atravesar el río Veleta para
llegar al Horcajo Feo. Es necesario subir un poco hacia el cortijo de las Tomas
para contemplar el Horcajo. Se unen allí las aguas de los ríos Mulhacén y Seco
con las de los barrancos Peñón Grande, Peñón Negro y Posteruelo; un poquito más
abajo caen también las del río Veleta y barranco del Perul. Poco sitios habrá
con mayor afluencia de corrientes de agua recién emergidas de las alturas. ¿Cómo
no parar y disfrutar del entorno un rato?
Quedaba la parte más esforzada del recorrido: salvar los casi 500 m de
desnivel al refugio. La senda va primero por el lomo entre el río Mulhacén y el
barranco del Peñón Grande, siempre con el rumor del agua allá abajo. Gira un
poco al este para cruzar el barranco y la Acequia Baja de Pitres, llegando al
cortijo de las Tomas. Hace 5 años este cortijo estaba habitado por una pareja
con su ganado. Ahora está abandonado desde hace al menos 2-3 años.
Era hora del Ángelus. Como el entorno alrededor de las Tomas es más
bien seco, por la senda del cortijo a Capileira nos acercamos al cauce del
barranco del Peñón Negro y a la vera de sus cristalinas aguas descansamos un
rato mientras pasaban de mano en mano cerezas, sandía, dátiles, almendras,
anacardos, pistachos y rosegones.
Iniciamos la última parte de la subida
con la alegría de la cercana meta. Sube la senda a la vera del barranco
del Peñón Negro, barranco mucho más caudaloso una vez sobrepasada la Acequia
Alta de Pitres pues la acequia se lleva casi toda su agua, girando luego al
norte para sobrepasar unos riscos y dar ya con la suave lomilla al refugio.
Teníamos reservada comida en el refugio para las 2. Habíamos llegado
con 45 minutos de adelanto. Los aprovechamos para asearnos y tomar una fresca
cerveza en la terraza del refugio que nos supo a gloria.
Antes de las 2 nos avisaron que la comida estaba lista y pasamos al
comedor. El menú consistió en tabulé con piña y pasas de primero, y patatas
asadas con jamón o magro de cerdo frito en lonchas; vino, postres, queso en
aceite, cafés, orujo de Manolo y bombones de Usieto. No es una cocina
elaborada, tampoco se podía esperar otra cosa de un refugio de montaña, pero
aunque nos hubieran puesto piedras guisadas nos hubieran sabido a gloria y las
hubiéramos compartido con las moscas del local.
Nos costó bastante estirar las piernas después de la comida. Bajamos a
buscar la Acequia Alta y a lo largo de ella, junto a sus aguas, caminamos un
buen trecho cruzando los barrancos de Peñón Negro, Posteruelo, Perul, Prado
Hondo y Cañavate, pasando a la vera de los cortijos del Capitán y del Hornillo,
ambos con hermosos rebaños de ovejas. Qué alegría da ver la sierra habitada y
con vida.
Dejamos la acequia descendiendo por la senda de las Tomas a Capileira,
nos unimos al carril de la Cantera y a la sombra de los pinares llegamos a los
coches.
Esto de llevar la mochila vacía y comer en algún sitio durante la
excursión nos ha gustado. Lo repetiremos.
También la excursión es muy bonita, con agua por doquier, con arboleda
y verdes prados y borreguiles. La repetiremos también. Este año tuvimos la
suerte de encontrar al Senecio elodes,
hoy nominado como Tephroseris elodes,
cineraria de Sierra Nevada, una especie endémica muy difícil de ver; a Antonio
Muñoz no se le escapa una.
LA RUTA
POR LA PISTA DE LA CEBADILLA CON EL VELETA DE FONDO
CASCADA DEL TORIL
CAMINANDO HACIA EL NAUTE
PUENTE DEL NAUTE
FRONDOSA VEGETACIÓN EN EL BARRANCO DEL NAUTE
CRUZANDO EL ARROYO VELETA
ACEQUIA BAJA DE PITRES
SUBIENDO HACIA LA ACEQUIA ALTA
ACEQUIA ALTA DE PITRES
LA INTERMINABLE SUBIDA
POR FIN APARECE EL REFUGIO
LA COMIDA EN EL REFUGIO, LOS VINOS NO HABÍAN LLEGADO
INICIAMOS EL REGRESO
ANTONIO EN BUSCA DE PLANTAS POR EL BARRANCO PEÑÓN NEGRO
Cineraria de Sierra Nevada, Tephroseris elodes
POR LA ACEQUIA ALTA DE PITRES
LOS CAMINANTES
EL ARTE EFÍMERO
LA SERPENTEANTE ACEQUIA BAJA
REBAÑO DEL CORTIJO DEL HORNILLO
Ortiguera, Aglais urticae
Saltacercas, Lasiommata megera
No hay comentarios:
Publicar un comentario