jueves, 14 de marzo de 2024

16 de marzo: Cruz de Camarolos y Aparato del Agua

 Vélez - Torre, a las siete.

Desayuno en Villanueva del Rosario a las ocho en la cafetería -panadería Alba, frente al Ambulatorio.

Sobre unos 17-18 km y 900 m de desnivel.

jueves, 29 de febrero de 2024

2 de marzo: Sierra del Chaparral - Molvízar

Participantes: 9
Mª José, Paco Z., Lola, Jesús R., Paco Ponfe, Manuel D., Antonio U., Jesús C. y Antonio S.
Distancia recorrida:
17,3 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.020 metros
Altura mínima: (200 m – Molvízar)
Altura máxima: ( 970 m – Mirador del Minchar)
Tipo de recorrido:
Circular con un pequeño tramo de ida y vuelta.
Tipo de camino:
Veredas y carriles.

Manolo trató de informarse de bares abiertos en Molvízar para desayunar. En los bares no atendían los teléfonos y en el Ayuntamiento le dijeron que sí, que estaban abiertos a primera hora. Con ese aval llegamos a aparcar al lado de la parada del autobús de Molvízar. Paco Ponferrada y Jesús R. vinieron a nuestro encuentro anunciando que el bar La Plaza estaba cerrado. Cuando llegamos al bar La Plaza un muchacho estaba recogiendo el pan, pero de abrir el bar nada de nada. Poco más adelante encontramos el bar Camelia, abierto y con ganas de servir desayuno. El señor del bar no había tenido un grupo de 9 clientes desde que fuera la feria del pueblo. Nos puso primero las tostadas y luego los cafés, con parsimonia, pero con efectividad y de allí salimos desayunados cuando ya nos veíamos caminando por el monte en ayunas. A 3€.

Salimos por la calle Fuentes, en obras, ocupada por tres o cuatro paisanos tan viejos como nosotros o más, para enfilar la tediosa subida por el carril del cementerio hasta la pista que va por la base de la sierra. No hay más remedio que apechugar con las empinadas cuestas, con el hormigón y con los perros del vecindario.

Al tomar la senda por el pie de la sierra comienza la fiesta, la diversión, para el caminante porque la senda tiene un excelente piso y está muy bien trazada, permitiendo disfrutar a placer de la llanura costera, de Salobreña, de las casas de Molvízar y del azul del mar. Y ese excelente tipo de senda era el que nos aguardaba en todo el recorrido.

Paramos en el mirador del barranco del Búho, donde han restituido un cartel informativo que estaba ilegible. Vimos desde allí la situación de los cerros Vázquez y Espartinas y la loma de la Cera. Pintaban también la situación del cerro de Ítrabo, pero a Manolo no le cuadró en ese lugar y lo dejamos apuntado con un interrogante.

Los grupos pequeños tienen sus ventajas. La principal es caminar a un mismo ritmo, a un ritmo uniforme, el que impuso Usieto que tomó la cabeza del grupo, con las paraditas pertinentes de vez en cuando, acercándonos cada vez más a ese pino quemado que marca la llegada a la cresta, donde nos presentamos enseguida y sin habernos enterado de la cuesta. La extraordinaria vista a los Gúajares y a Sierra Nevada paga con creces el esfuerzo de la subida. Además, la sierra tenía bastante nieve contrastando con el color oscuro de la parte baja de la montaña.

Por la Cuerda de los Jarales continuamos disfrutando de esas vistas únicas a sur y a norte. Paramos al Ángelus en la Ventana de los Güájares y poco más adelante llegamos al mirador del Minchar, el punto más alto de la ruta, donde se abre el panorama al oeste y desde donde divisamos trocitos de la ruta a seguir por el barranco del Minchar.

En el collado del Minchar dejamos la senda de la cresta para bajar por la del Minchar. Temíamos que la senda estuviese muy invadida por la vegetación, pero afortunadamente no es así. Se puede recorrer sin problemas especiales y desciende con suavidad, pendiente uniforme y buen piso, salvo en un par de lugares donde está muy erosionada.

Una vez alcanzada la senda por la base de la sierra Manolo propuso ir a almorzar al área recreativa del Nacimiento del barranco del Pueblo. Tomamos pues la senda al oeste, en contra del parecer de algunos que hubiésemos almorzado en la misma senda, atravesamos la trinchera y descendimos al área recreativa con la sorpresa de que el barranco llevaba su chorillo de agua.

Acomodados en la mesa del área recreativa comenzó la exposición de los manjares. Comenzamos con dos tipos de gambas: de Málaga y de Huelva y chacinas variadas, incluidos unos torreznillos crujientes. Fue un día de mucha verdura, para descontento de algún carnívoro, con tres tipos de ensalada y alcachofas, hubo también caballa en adobo, filetillos tiernos y lomo con ajos. Excelente comida que regamos con tres botellas de muy buen vino, dos de Rioja y una del Bierzo, que se nos hicieron más bien cortas. En cambio tuvimos dos litros de té, con chocolate y trufitas, además de los orujos leoneses.

Salimos del Nacimiento reconfortados con la comida y con el descanso. Volvimos sobre nuestros pasos hasta encontrar la senda que baja al pueblo por la loma de los Pinillos, al lado de algunos antiguos molinos, en uno de los cuales se han hecho obras en dos albercas y un trozo de acequia.

Teníamos previsto un refresco al llegar al pueblo y, naturalmente, volvimos al bar Camelia donde se tomaron infusiones, aquarius y cervezas acompañadas de las correspondientes tapas de morcilla picantona que vinieron sin pedirlas. Ya sabemos dónde volver cuando vayamos a la sierra del Chaparral.

Día con predicción de mucho viento y algunas gotas al mediodía, que amaneció despejado, sereno, sin viento y así se mantuvo durante toda la mañana. A mediodía se nubló un poquito y eso fue todo.
































 
 
Mapa de la ruta

jueves, 22 de febrero de 2024

24 de febrero: Pinsapares de Yunquera (con subida al Cerro Arcas)

Participantes: 13
Lily, Tere, Luis, Rafa, Mª José, Paco Z., Lola, Carlos, Germán, Pilar, Paco Ponfe, Manuel D. y Jerónimo
Distancia recorrida:
20,5 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.200 metros
Altura mínima: (715 m – Campo de fútbol de Yunquera)
Altura máxima: (1482 m – Pto. de los Hornillos)
Tipo de recorrido:
Mitad circular y mitad lineal de ida y vuelta
Tipo de camino:
Veredas, carril y algún tramo campo a través en la subida al Cerro Arcas.

Frío.

Ni el calor de la copa de aguardiente ni el café de paisanos anónimos (alguno conocido, ninguna mujer) caldean los recuerdos de un Quini vacío, cerrado. En la memoria, congelada, la sonrisa de Carmen travestida en mollete con jamón o zurrapa, tanto da, tantos años…

Casi frío.

El tibio sol engaña tanto o más que la cuesta que no cuesta. Olivares sin aceitunas. Castaños sin hojas. Aulagas en flor y alguna orquídea que ha conseguido dar esquinazo a la sequía.

¿Frío?

Apenas un surco entre el roquedo, una grieta en el matorral, un vértice escondido y un viento gélido que atempera el ímpetu de la subida y acorta el tiempo.

Fría espera.

La Cueva del Agua perdió parte de su nombre hace tiempo. Abandonada a su mala suerte, la fuente languidece a sus pies. Sus últimas lágrimas caen en el pozo negro del olvido, sin pacos que la cuiden. La sierra no es la misma sin sus fuentes; añora sus pasos. A la música del viento le falta el ritmo que marca el tambor del agua.

Frío arriba.

Un bosque ahíto de sol que suspira por días como los de hoy, por inviernos como los de antes, por semanas de lluvia y nieve en las alturas. Bellina, cedros que se fueron y volvieron y pinsapos centenarios y caminos que nos llevan entre sombras, lejos del viento que aúlla en las alturas y nos grita: ¡en el puerto os espero!

Frío vendaval.

Puerto de los Hornillos. Solo un momento y volar, volar como el buitre que nos mira, él hacia arriba, nosotros ladera abajo en busca de cobijo.

Más frío.

Hoy los vinos no han necesitado la frescura de un arroyo y a las cervezas les ha sobrado el hielo. Ni el trasiego de los platos ni la lengua que no para calientan los huesos. ¿Quizás la parietaria que alfombra la cueva pueda acompañarte en futura tortilla, hojas de rábano?

Mucho más frío.

Una huida en movimiento. Un no parar: Cubero, Camaretas, Cuesta de los Hornillos, Cueva del Agua, caminar casi correr…

El frío queda atrás.

En viento templa su furia y la tarde, apacible, se deja acariciar.

Dicen que fue su primer día de invierno, que no se le vio sus brazos al sol.


Inicios

Androrchis collina - Orquídea pobre

Bajo el sol tibio de la mañana, un poquito de cuesta se agradece

El Barranco del Arca a la vista

y por él nos adentramos en un frondoso pinar

Amarillo gagea

amarillo aulaga ¿Cuál prefieres?

Una piedra en el camino

Por senderillos de cabra

o de cabra solo

hasta el vértice escondido del Cerro Arcas

Ubicuidad: dos lugares y un mismo instante

por el carril

hasta la fuente seca

bajo la Cueva del Agua

El viento toca los árboles

y las nubes, bailando, pasan 

en  el Pto. Bellina

donde altos cedros

acompañan a las caminantes

el sendero se adentra

en el Pinsapar de Bellina

frondoso

con algunos árboles majestuosos

como este

o este

la magia del interior del pinsapar

árboles que escalan laderas

o sirven de marco para una foto de grupo

Ent

Lithodora fruticosa - Hierba de las siete sangrías

Y en las alturas, pinsapos brisados

¿Quién osa asomarse

al Pto. de los Hornillos?

Una parada para las vistas queda para otro día

Hoy toca disfrutarlas

ladera abajo

Pinsapos solitarios

o en compañía

Dafne laureola - Torvisco macho

La fuente de los Hornillos

y la cueva, convertida hoy en restaurante 

Vinos enrocados

Helleborus foetidus - Llave del año

Calentar más que nunca

Paisaje después de la batalla

Y aquí la paz

que transmite

andar entre árboles

Shinrin Yoku

Algún rayo de sol

en el Pto. de las Camaretas

que nos abre la puerta

y las vistas

al Pinsapar de la Cuesta de los Hornillos

¿El efecto del vino en la modelo, en el fotógrafo o en ambos?

Enfrentados

El sendero

deja los altivos pinsapos

para asomarse al abismo en la Colaílla

Vuelven los pinos

a escoltar nuestro camino

Ceterach officinarum - Doradilla 

Ophrys fusca - Abejera oscura

Yunquera a la vista de nuestros pies

Mapa de la ruta