jueves, 24 de febrero de 2022

26 de febrero: Sª de Cuevas de San Marcos


Participantes: 10
Jesús R., Paco R., Jesús C.,  Jerónimo, Nori, Luis, Pilar, Paco Ponferrada,  Paco Zambrana y Manuel D.
Distancia recorrida:
10,5  kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
760 metros
Altura mínima: (480 m – Centro Interpretación)
Altura máxima: (908 m – Camorro Cuevas Altas)
Tipo de recorrido:
Circular
Tipo de camino:
Veredas, carriles y campo a través

Desayuno en el bar Morana de Cuevas de San Marcos, a la entrada del pueblo. Potente mollete con aceite sin filtrar del pueblo. Unos 2,5€

Partimos del cerrado centro de interpretación de la Cueva de Belda (inútil centro hecho en los tiempos en los que parecía que teníamos dinero para cualquier ocurrencia) a recorrer la sierra del Camorro que protege a Cuevas de San Marcos por el flanco sur. Sierra conocida para algunos y que, sin embargo, otros desconocíamos o no recordábamos.
Fue el día de las orquídeas. Localizamos 4 especies: Miles de Himantoglossum robertianum y de Ophrys fusca, centenares de Orchis collina y unas pocas de Orchis conica. Al principio de la ruta fotografiamos al Himantoglossum y a la fusca una y otra vez, pero luego, había tantas que no les prestábamos mayor atención. Además, tenían un buen porte, como si la sequía no les hubiera afectado. Esta sierrecilla es el hábitat ideal de las orquídeas. Lo hemos de tener en cuenta para futuras excursiones.
La senda, bien marcada y mantenida, parte al sureste por una cañada justo en el borde del pinar, con las piedras cubiertas de mullido musgo fruto de la humedad de la umbría de la sierra. Dejamos la senda que continúa a la cueva de Belda para entrar en un almendral con un dédalo de carrilillos. Hay que ir un poco al norte a buscar un carril principal y por él al este. En esta llanurilla del almendral, llamada Llano Rufo, hay un yacimiento almohade que será objeto de búsqueda y exploración, si es que queda algo, en próximas visitas.
El carril, camino de los Matorrales, lleva a la derecha los potentes tajos de la sierra del Camorro. Abandonamos el carril por una sendilla a la derecha, casi borrada, que se acerca más aún a los bonitos, imponentes tajos, por una umbría llena de musgo, con añosas encinas. Este trozo del recorrido es especialmente bonito.
Salimos al cortijo de La Majada situado en un collado; al norte del collado están las ruinas del cortijo viejo y al sur se levanta el cortijo nuevo, en uso. Frente al viejo sale un antiguo carril al sur que se acerca hasta la alambrada que rodea las tierras del cortijo. Fuimos un rato a la vera de la alambrada hasta que se acercaba a los tajos y no quedó otra que cruzarla. Sin senda alguna anduvimos un rato por el pedregal, pero pronto encontramos un carril, recientemente construido, en la dirección que nos interesaba, suroeste, dejando el cerro del Morrón a nuestra izquierda.
El carril iba a un colladillo entre el Morrón y la gran cresta que sube a lo alto del Camorro. Una alternativa buena hubiera sido llegar al colladillo y haber seguido la cresta del Camorro, pero Jerónimo creía que en el pinar al este del Camorro habría Orchis conica y hacia él nos encaminamos, a media ladera, evitando cuando se podía pedruscos y matorral.
Encontramos unas cuantas, pocas, incipientes aún, conicas, en la parte alta del pinar y de allí subimos ladera arriba, por una zona dificultosa, hacia la cresta, cerca de la cual, nos agrupamos y tomamos el Ángelus.
Teníamos la cima del Camorro al este, bastante cercana. Hacia ella seguimos campo a través. Pasamos al lado, aunque sin enterarnos, de unas aberturas en la roca donde, en los días de invierno, parece que se nota una salida de aire caliente y húmedo. Lo llaman la Raja del Aire. Desde la Raja, unos 400 m al sureste, siguiendo la cresta del Camorro en dirección contraria a la cima, describen la entrada a la sima Simón, no se sabe si por ser una sima grande o por el nombre de pila de algún Simón.
Conforme nos acercamos a la cima del Camorro el lapiaz se hace más dificultoso. Hay que ir un poco más al sur de lo que fuimos porque el terreno es algo menos pedregoso. El vértice viene nombrado en los mapas como Cuevas Altas y tiene una panorámica de 360º fantástica. Por ella merece la pena llegar al vértice. Dos cosas llaman sobre todo la atención: el caserío de Cuevas de San Marcos allá abajo, a nuestros pies y el inmenso olivar en todas las direcciones. Es como si el Camorro emergiera de ese mar de olivos, un mar agitado, con muchas olas porque todo el olivar se asienta sobre colinas.
Continuamos nuestra ruta buscando la cresta oeste del Camorro, jalonada por un enorme poste metálico. En el descenso a la cresta hay una sendilla incipiente, sendilla que se pierde más allá del poste, aunque se recupera en la parte alta del pinar, mientras se rodea un cerrillo cimero para desembocar frente al Tajo del Reloj. El Tajo y el paso a su alrededor forman una estampa preciosa. Esta es otra zona muy bonita del recorrido.
Sobrepasado el Tajo y atravesada una inútil puerta metálica se llega a otra prominencia de la cresta señalada con una cruz o espada metálica, al oeste de la cual está el aljibe y los restos de la antigua ciudad de Belda. En ella teníamos reservado restaurante al sol, en una zona llana, herbosa y con algunas piedras que facilitaron el acomodo.
Tuvimos encurtidos, chacina y boquerones en vinagre para empezar, después tortillas de chorizo y patata, jibia en salsa, y caballa escabechada, luego las carnes, una con chutney y otra al ajillo, y se finalizó con naranjas y queso; vinos de la Mancha y del Bierzo. Como colofón una exquisita tarta de limón de la Viñuela con arándanos, tés y orujos varios. Como barruntábamos que el final de la excursión estaba cerca nos tomamos nuestro tiempo: casi dos horitas.
Del restaurante echamos al norte buscando el comienzo de la senda de bajada. Lo teníamos allí al lado del restaurante, pero nos despistamos un poco hasta dar con él. Abruptísimo descenso que se pasa, despacio, gracias a una cuerda y a unas escaleras metálicas que salvan un potente tajo. 
Una vez en la base de los tajos nos acercamos a la cueva de Belda, bien equipada con sus escaleras metálicas para llegar a la boca superior. Tiene unas grandes, profundas galerías con algunas potentes estalagmitas, otras en formación y, al decir de los que reptaron por una galería, con las paredes cubiertas de cristalitos dorados.
De la cueva, por el umbroso pinar, a los coches.
Excelente excursión que conjuga la botánica, con las preciosas vistas, con los asentamientos históricos y con la gran cueva de Belda. No debemos olvidar esta deliciosa sierrecilla.

Iniciando el camino

Himantoglossum robertianum - Orquídea gigante

Por el pinar de la cara norte

Anagyris foetida - Altramuz hediondo

Entre almendros

Grupillo de Ophrys fusca

Tiempo de recoger algún que otro espárrago

Rhamnus alaternus - Aladierno

Fedia cornucopioides

Por el camino de los Matorrales

Narcissus...

Ocupando todo el camino

Bajo los tajos de Peñas Altas

Por el húmedo bosquecillo de encinas

Linaria almijarensis

Tajos de Peñas Altas

Remontando por el sendero hacia el cortijo

Ruinas del antiguo Cortijo de la Majada

Buscando un paso hacia el oeste

Gagea...

Orchis conica

Pantano de Iznájar, Rute y Sierra de Rute

Reponiendo fuerzas

Por el lapiaz hacia la cima del Camorro

Erodium...

Orchis collina - Orquídea pobre

Vistas a Cuevas de San Marcos desde el Camorro

Grupo en el Camorro de Cuevas Altas

Buscando la bajada entre el pedregal

Una traza de sendero con vistas

a Cuevas de San Marcos

Por la cresta que sirve de unión entre los tajos del este y del oeste

Junto al Tajo del Reloj

Panorámica desde el Tajo del Reloj

Remontando el tajo

Otra tachuela

Sorteando el paso rocoso

Praderillas bajo el Pico de la Cruz

Tajos al sur del pico de la Cruz

Fotografiando orquídeas

Grupo de orquídeas gigantes

Grupo en la Cruz

Aljibe del antiguo poblado de Belda

Vinos y orquídeas

Las vistas desde el "restaurante"

Tarta de almendra, ricotta, limón y arándanos

Himantoglossum hipocromático

Restos del poblado mozárabe de Belda

Panorámica en la bajada


Escaleras de bajada

Euphorbia characias

Cueva Alta

Aulaga

Subiendo hacia la Cueva de Belda

Los tajos de los que cuelga la cueva

Interior de la cueva

Las paredes con un extraño brillo dorado

La entrada y la salida

Ophrys fusca - Abejera oscura