martes, 26 de septiembre de 2023

30 de septiembre: Sª Negra de Coín: La Albuqueria - Cerro Castillejos

Participantes: 10
Jesús C., Pilar, Jesús R., Lola, Paco Z., Lily, Germán, Ricardo, Jerónimo y Nori.
Distancia recorrida:
17,2  kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.090 metros
Altura mínima: (340 m – Cantera Vieja, junto al Río Pereilas)
Altura máxima: (1.075 m – Cerro Castillejo)
Tipo de recorrido:
Circular, con un tramo de ida y vuelta
Tipo de camino:
Veredas y carriles

Desayuno en La Cruz de Piedra II, en Coín. Buenas rebanadas con aceite y tomate. Jerónimo tuvo el detalle de invitarnos al desayuna por su santo. Felicidades, Jerónimo.

Partimos de la Cantera Vieja por un carril sin uso, en dirección sur, por el arroyo de Cubero que baja de puerto Albuqueria, llevando al norte la ladera de cerro Gordo y al sur la ladera del cerro de la Víbora. Las linarias de Clemente estaban exultantes, altas, luciendo sus bonitas flores. Del carril sale un sendero por la orilla derecha del arroyo y allí el grupo se dividió, los más arriesgados siguieron por el cauce del arroyo mientras los más conservadores seguían la senda, senda que estaba señalizada con cintas de plástico de la Diputación para una carrera de montaña que se iba a celebrar mañana día 1.

Por uno u otro lado la vegetación es de alcornoques, pino resinero y algunos robles, y en el sotobosque lentisco, erguén, jara negra, cantueso, etc.

En el puerto Albuqueria nos reunimos los dos grupos para continuar por la umbría pista que va a la casa de Monte Pagüito. Allí aparecieron la colicosa cargadita de flores, las campanillas de otoño con sólo un par de florecitas seguramente afectadas por la sequía y la brecinilla con sus florecillas en el extremo de las ramas.

En una curva fuerte a la izquierda abandonamos la pista para tomar a la izquierda una sendilla que, por el bosque de alcornoques nos subió a la pista de arriba. Aunque caminábamos por sombra hacía calor y allí echamos los primeros goterones de sudor.

Tomamos la pista al oeste, respiramos, nos relajamos y fluyeron las conversaciones impedidas antes por lo empinado de la senda. Tiene vistas muy bonitas sobre el llano de la Albuqueria surcado por el río Pereila.

La cascada del barranco del Lobo antes de llegar al Vivero estaba seca, no podía ser de otra manera con el año tan seco que llevamos, sin embargo en la fuente de las Chorreras, al lado de la pista, había agua.

En el Vivero abandonamos la pista para tomar la senda al sur por el magnífico pinar de pino resinero. Senda empinada que tomamos despacio, ajustando el paso a nuestras posibilidades de esfuerzo, pasamos por un excelente mirador al norte y poco más arriba se llega a la cresta dando vistas al sureste. La ladera sureste está totalmente deforestada.

Iniciamos la andadura al oeste, por la cresta, por una senda bastante bien marcada y señalizada para la carrera de mañana, aunque parcialmente invadida por matorral de coscoja, aulaga vaquera y aulaga merina. Los corredores terminarán con las piernas ensangrentadas. La senda pasa por un primer promontorio para llegar al segundo, al Pico del Águila, con sus tajos pétreos.

Desde aquí al oeste había una sendita mal marcada, pero los caminantes y las limpiezas para las carreras de montaña han conseguido marcar la senda debidamente, aunque nadie evita los pedruscos que en ella hay. El siguiente cerro, el más alto, es el cerro de la Colmenilla, en la cresta de las cumbres más altas marcando la divisoria de términos de Ojén al sur y Coín al norte. Paramos en La Colmenilla al Ángelus y continuamos la bajada para rodear el cerrillo de la Ciruela y llegar al puerto de la Medialuna.

La cresta es un continuo sube y baja. Del puerto de la Medialuna subimos al cerro del Cañuelo y al de las Canchas para bajar al puerto del Caballo, rodear el cerro del Caballo y atacar el último repecho al Castillejo, algunos a pecho por la pendiente máxima y los más siguiendo la senda por el norte del cerro ascendiendo con suavidad para dar con el carril que sube a las antenas y al cerro Castillejo.

Después de las fotos correspondientes bajamos por el carril para tomar una vereda recuperada que va por la cresta que divide los términos de Monda y Coín. La vereda tiene algunos tramos muy empinados, pero en general está bastante bien arreglada y termina en puerto Colorado.

En puerto Colorado, a la sombra de los pinos resineros, nos sentamos a almorzar, con más ganas de sombra y descanso que de comida. Hubo cervecitas frescas para comenzar que supieron a gloria, un poco de chacina de aperitivo y después comenzó el ir y venir de las fiambreras con calabacín, pisto, berenjena, ensaladilla, tortilla… para pasar después a las carnes con tomate y con ajillos. Terminamos con ricos quesos variados y un bizcocho de Jerónimo. Para beber vinos de Ribera, Rioja, La Mancha y Bierzo, tés y un poquito de pacharán. Opíparo ágape.

Después de comer quedaba la interminable pista que pasa por la cabecera de los arroyos del Jaguarzo, Pereilas y Lobo antes de llegar al Vivero. Como novedad, en el Pereilas han construido una fuente que echaba un buen chorrillo de agua. Nos supo a gloria ese refrescón porque, quien más quien menos, todos íbamos justitos de agua.

En vez de tomar la senda de la mañana seguimos por la pista al puerto del Castaño bajando después al de la Albuqueria. Allí el personal, sin encomendarse a Dios ni al diablo, siguió por el carril en vez de tomar la senda del arroyo Cubero. Después de unos cuantos gritos y silbidos volvieron sobre sus pasos para tomar la senda que nos devolvió a los coches.

Día soleado, sin viento, con calor. Menos mal que en la cresta el levante nos refrescó.

Un viejo algarrobo 

Linaria clementei - Linaria de Clemente, endemismo exclusivo de las arenas de los mármoles sacaroideas de algunas sierras malagueñas 

Internándonos por el carril

hacia un alcornocal bien conservado pero que sufre los efectos de la sequía

Entre brezos, alcornoques y quejigos

Acis autumnalis - Campanilla de otoño

Calamintha nepeta - Colicosa. poleo de monte

Por el carril inferior

Un alcornoque que nos trae recuerdos 

Nuestro objetivo: el Cerro Castillejos

La subida por el pinar desde la balsa contraincendios

Panorámica del Valle del río Pereilas

Una bolsa de suero en la subida

A partir del collado al sur, el levante nos va refrescando

El Cerro del Águila a la vista

Roquedo con vistas a la Sª de las Nieves

Una zona empinada

Ya a la vista el más alto Cerro de la Colmenilla

que alcanzamos

en poco tiempo

parte del grupo en este cerro que los carteles señalan como Cerro del Águila pero del que a Jesús, gentes conocedoras del terreno, le han dado el nombre de Colmenilla

Siguiendo por la cresta

con tramos algo más complicados, pero nada que no podamos superar

Panorámica de los que vamos dejando atrás

Hacia el Cerro del Caballo


Urginea maritima - Cebolla albarrana, tanto en la sierra como en la costa

El Cerro Castillejo

cada vez más cerca

A sus pies, decidiendo si enfrentarlo o rodearlo

Llegando de frente

y llegando de lado

La desforestada ladera sur tras el incendio de 2014

Foto de grupo en el Cerro Castillejo

Hacia abajo

para coger la nueva vereda que va entre los límites de Coín y Monda

y que nos permite cortar un par de kilómetros de carril

A la sombra de los pinos

ponemos los vinos

y nos ponemos nosotros


Bizcocho de plátano, chocolate y nueces

Peridotitas, una roca ultrabásica como bien recordó Lily, proveniente del manto y que encontramos en las sierras pardas, bermejas o negras -para gustos, los colores- de las sierras de Málaga. Es una roca extraña en la corteza, rica en metales pesados, de suelos poco aptos para el cultivo pero rico en endemismos vegetales y que tiene en nuestra provincia una de las mejores manifestaciones mundiales.

Galatella malacitana, un endemismo exclusivo de Málaga propio de las sierras peridotíticas.

Mapa de la ruta

martes, 19 de septiembre de 2023

23 de septiembre: La Maroma desde El Robledal

Participantes: 13
Jesús C., Paco Ponfe, Pilar, Lola, Paco Z., Lily, Manuel D., Germán, Carlos, Ricardo, Jerónimo, Lucía y Nori.
Distancia recorrida:
16,2  kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.090 metros
Altura mínima: (1.080 m – El Robledal)
Altura máxima: (2.068 m – La Maroma)
Tipo de recorrido:
De ida y vuelta con dos tramos circulares
Tipo de camino:
Veredas y carriles

Desayuno: La Alcaicería y El Cruce del Trapiche.

Se había quedado en La Alcaicería a las 8, pero un error al recoger a Lola y Paco Z. hizo que la llegada de parte de los malagueños-fuengiroleños se retrasara deteniéndose a desayunar en El Cruce.

En el Robledal había 6ºC, fresco, y todo el mundo vestido de verano. No estaba el ambiente como para esperar mucho a los retrasados, por eso un par de grupitos más lentos, comenzamos a caminar, despacio, para entrar en calor y esperar andando a los rezagados.

Tomamos el camino de la subida tradicional, por los corrales de Martín, cerro de los Pilones y Contadero. Los que habíamos salido antes pronto comenzamos a oír las conversaciones de los que venían detrás y en el collado Bajero de Rojas nos reunimos todos con efusivos saludos a los 4 que se habían retrasado.

Dos muchachas habían salido solas desde el Robledal, se habían equivocado de camino, se las había reconducido al correcto y en el collado Bajero de Rojas nos adelantaron mientras charlábamos. Poco más arriba del collado Altero de Rojas las adelantamos mientras tomaban un bocadillo.

Lo más llamativo del recorrido era la sequía: hasta las aulagas estaban secas. Y en la umbría del Salto del Caballo, esa vegetación tan variada y magnífica, también acusaba la sequía con muchas hojas de los arces ya en el suelo.

En el collado Lobera, como ya es habitual, paramos al Ángelus aprovechando el sol y sombra de los arces. Las muchachas nos adelantaron y ya no las veríamos hasta el Pico de la Tejeda.

Conforme nos acercábamos al borde de la cresta donde se da vistas a la Axarquía y al mar íbamos viendo aparecer la niebla por esa cresta. El levante suele meter el aire cargado de humedad del mar en la Tejeda privándonos así de disfrutar esa maravillosa vista hacia el sur.

El Pico parecía una feria. Nos reunimos allí casi una cincuentena de personas en grupitos más o menos grandes. Unos cuantos de nuestro grupo subieron al monolito y eso despertó el interés de otros caminantes, de modo que casi se tuvo que organizar una fila y pedir la vez para subir.

Dejamos el Pico y seguíamos cubiertos por la niebla, mas en cuanto empezamos a bajar se fue despejando y abriendo huecos hacia esa intrincada Axarquía y al mar. En Tajo Voladero ya estaba despejado y aprovechamos para hacer la tradicional foto al borde del abismo.

Teníamos reservado restaurante en la Tacita de Plata, que continúa vertiendo su chorrito de agua. Al llegar había una familia, 4 personas, donde solemos asentarnos y no parece que les gustó mucho que intentáramos tomar asiento allí, por eso fuimos un poco más abajo.

Resulta que la familia conocía a Ricardo porque habían sido compañeros en el Instituto. Enseguida se marcharon.

Hicimos un buen rolde debajo de los pinos y pronto comenzaron a salir chacinas malagueñas y leonesas a modo de aperitivo. Después la ensalada y las verduras. Fue una comida de mucho verde. Estaban las verduras adobadas y picantes y las berenjenas de Nori, la tortilla de berenjena, el pisto, las judías verdes, la calabaza, etc. Alguna carne también con habas, filetillos variados y el solomillo con ajos.

Terminamos con la rica tarta de Jerónimo y con los tés y orujos consabidos. Hubo más vino del que podíamos beber. Recuerdo uno de la Mancha, otro de Ribera, otro de Rioja, uno de Alicante excepcional y algún otro que se me queda en el tintero. Comida tranquila, reposada, charlada, excelente. Ricardo ofreció traer calabazas a quien quisiera y le adjudicamos tres a Pili para que las haga tan ricas como sabe hacerlas.

El regreso tranquilo, con paradita en lo alto de los tajos del Salto del Caballo para disfrutar del panorama y en la división de la senda hacia los Barracones. Por cambiar hicimos el descenso hacia los Barracones y por el área recreativa, muy concurrida por cierto, a los coches.

Primer día con fresquito otoñal al comienzo, muy bueno después, sin viento, despejado, excepto la niebla en lo alto de la sierra.

Ya sin la cubierta de pinos y robles

vamos subiendo por un roquedo oscuro, casi negro

Peña Sol arriba, haciendo gala a su nombre

y el Barranco de Presillejos abajo

Colchicum montanum - Merendera, quitameriendas

Sorbus aria - Mostajo, cerecillo de Sta. Lucía

Recorriendo el sendero que serpentea

bajo los tajos del Salto del Caballo

Pasado el Collado de Loberas

Crocus serotinus - Azafrán silvestre

Aún queda un buen desnivel para la meseta cimera

La niebla asoma

y va cubriendo los tajos al sur

¿Viene?

La niebla, sí

Erodium cheilanthifolium - Alfilerillos

Caminando

al borde del abismo

Asomando por el Tajo Volaero

El vértice se sugiere

y con él nos hacemos la foto de grupo

Esta losa bien se merece una siesta

Parece que se va

a caer no, la niebla

Y no se va pero con el recorte desaparece

Preparativos

para la foto de grupo en el Tajo Volaero

Como conquistadores, en busca de la Tacita de Plata

Desde El Fuerte a La Lobera

Lucía y la cabra, sin comas

Parece mentira que aún nos dé un poco de agua fresca tras años de sequía

Tres a dos y uno de reserva

Algo queda de aquel queso de cabra y de la compota de membrillos del Cacín

Y las calabazas quedaron bajo los pinos: ¿7?

De arriba a abajo

Esta vez de bajada

el Salto del Caballo

Lo único comestible del tejo, sus arilos

Desde aquí no se ve el deteriorado panel pero sí la Comarca del Temple

Tres

Algunos volvieron de Los Barracones por este camino

Con tanta falta de agua y tantos pinos secos, ¿es tiempo de resinar?

Mapa de la ruta