Participantes: 12 | Jesús C., Paco P., Pilar, Tere, Antonio S., Nori, Germán, Carlos, Manuel D., Paco Z., Ricardo y Jerónimo |
Distancia recorrida: | 20 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: | 1.100 metros |
Altura mínima: 280 m – Tolox) | Altura máxima: (1.170 m – Pto. Corona) |
Tipo de recorrido: | Circular |
Tipo de camino: | Veredas, carriles y calles del pueblo. |
Desayuno en la venta Umami. Local muy pequeño con buen pan, aceite y jamón. A 4,50€ pero la tostada era grande.
Aparcamos en Tolox, a los lados
del río de los Caballos y después de un largo rato de preparación comenzamos la
caminata. La salida desde los coches cada vez nos cuesta más, echamos una
barbaridad de tiempo en prepararnos.
En Tolox subimos a la plaza, hoy
engalanada para la fiesta de los Carnavales, y tomamos la calle Ancha que es la
que nos saca del pueblo y nos baja al río Alfaguara. A la izquierda dejamos los
molinos Viejo y de Gamboa, ambos movidos por el agua del Alfaguara, y también
la humilde fuente Amargosa, con su chorrillo constante de agua sulfurosa.
La pista va por la orilla
izquierda del cauce del río, entre huertas que están cambiando sus naranjos por
aguacates, con higueras, granados y muchos algarrobos en las lindes de las
parcelas. Los algarrobos son especialmente potentes junto al carril y senda.
Dejamos la pista hormigonada por un carril terrizo a la izquierda que se
transforma en senda más adelante trazada sobre la base de una acequia. Este
tramo de la senda es particularmente bonito por los añosos algarrobos y por el
talud de roca y travertino que cae a la senda. Otras veces hemos disfrutado de
algunas plantas curiosas en la roca, pero hoy estaban sin flores.
De la senda tomamos un carril
ascendiendo, primera tachuela importante, indicándonos que no toda la caminata
iba a ser el placentero camino de la acequia. El carril nos subió al puerto de
los Llanillos donde está la ermita de la Virgen de las Nieves con su extraña
capilla y la medialuna encima.
La subida a los Llanillos fue
para bajar enseguida al cauce del río y cruzarlo a la margen derecha. El río
aquí parece que se llama de los Horcajos y más abajo Alfaguara. Hacia arriba se
convierte en Carnicerías y Peña Gorda.
El carril va ascendiendo, cruza
el puerto de Martín Alonso y llega a la fuente-depósito del Cañuelo, con su
chorrillo de agua. Nada más pasar la fuente tomamos el carril a la derecha (el
ramal de la izquierda lo encontraremos arriba en el puerto de los Sauces),
ascendiendo, pasar debajo de las ruinas de la casa forestal de los Horcajos y
llegar al principio de la senda a puerto Corona.
Tomamos la senda hacia arriba
para encaramarnos a puerto Blanquillo, con unas preciosas vistas hacia La Caína
y Añiscle. En el puerto hicimos el Ángelus prosiguiendo después a la parte más
bonita de la excursión: el pinsapar de Tolox. Poco a poco los pinsapos iban
sustituyendo a los pinos carrascos para convertirse en el precioso pinsapar en
la cañada Corona con unos ejemplares de campeonato.
La senda sale de la cañada para
ir al oeste, al puertecillo del Madroño donde se divide, con el ramal de
enfrente hacia la cañada de las Carnicerías y el de la izquierda, el que
tomamos, hacia puerto Corona pasando primero por la húmeda umbría del Madroño y
después por la fuente Corona que nace debajo de unos grandes tajos, los Tajos
de la Fuente.
Serpea la senda por la ladera
izquierda de la cañada Corona poblada de pinsapos, se une a la sendita que va
hacia Fatalanda, y llega al puerto Corona, unión de las blancas calizas con las
peridotitas oscuras.
Un par de corredores extranjeros
iban a la Torrecilla tomando por la empinadísima ladera del cerro de los
Valientes. Mal camino llevaban, allá ellos. Nosotros tomamos la senda que rodea
el cerro Corona por el sur, cruzamos la loma de las Allanaíllas para llegar al
puerto Peñas Blancas donde cambiamos el pedregal de cerro Corona por la senda
terrosa debajo del cerro de la Cierva, descendiendo al puerto de los Sauces
donde paramos a almorzar.
Placentero almuerzo al sol que
finalmente se había impuesto a las nubes matutinas. Comenzamos con las frescas
cervecitas, la chacina, los encurtidos de Nori, para continuar con las
ensaladas de Antonio y Jerónimo, las alcachofas de Pili, el pisto de Germán, el
pollo de Carlos, los filetillos de Manolo, las albóndigas de Jesús, el lomo con
ajos de Paco… y alguna cosa más que no recuerdo. Terminamos con los quesos de
Ricardo y Jerónimo. Hubo vino variado y bueno, en abundancia, y aún sobró, como
debe ser en un grupo que se hace llamar Vinoteca. Terminamos con la clásica
tarta de Jerónimo, esta vez de queso de oveja, manzana y caramelo salado, los tés de los Pacos y los orujos de Manolo.
Algunos no conocíamos la senda
antigua de Tolox al puerto de las Golondrinas, ahora abierta y arreglada.
Preciosa senda que baja por el bonito pinar de pino resinero, con vistas a los
arroyos de los Caballos o al de los Horcajos, por la loma del Enebro al cerro
del Jaral. Al llegar por encima del campo de fútbol nos dividimos: unos bajamos
hacia el campo y tuvimos que coger una senda nueva para encontrarnos con los
otros que bajaron por la senda antigua hacia el Balneario. Toda esta ladera
está llena de sendillas.
Del Balneario, por la carretera,
al aparcamiento cruzando por un extremo casi todo el pueblo.
Mañana nubosa y tarde soleada,
sin viento y con una temperatura muy apropiada para caminar. Ruta muy bonita
que no debemos olvidar.