lunes, 29 de enero de 2018

3 de febrero: Sª de Alcaparaín


Participantes: 11
 Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Jesús R., Manuel D.,  Luci, Manu, Jesús C., Carlos, Tere  y Jerónimo
Distancia recorrida:
16 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
940 metros
Altura mínima: ( 620 m – Balsa contraincendios junto al Arroyo de los Conejos )
Altura máxima: (Sobre los 1293m – Pico Valdivia o Grajo)
Tipo de recorrido:
Parte circular y parte lineal de ida y vuelta
Tipo de camino:
Carriles de tierra, veredas y pequeños tramos campo a través.

    

Desayuno en el bar de la carretera de Ardales. Molletes y rebanadas acompañadas de aceite, mantequilla y mantecas blanca y colorá. Todo para untar en el pan lo sacan junto en un plato. Ni se molestan en preguntar con qué quieres la tostada. Muy buen desayuno y a 2,5€.

Hicimos la ruta habitual: salida desde la balsa contra incendios y helipuerto, subida por el barranco más al este y vuelta por el del oeste de los dos que forman el arroyo del Conejo. En el altiplano de la sierra, caminamos primero por la senda, después por la pista y luego por la senda de subida al Grajo. Como novedad, en la subida al Grajo están abriendo senda un poco más hacia el este de la tradicional al colladito. Para ir al tajo de la Canana partimos de la senda por el altiplano con vistas a Ardales y volvimos casi al mismo punto para iniciar el descenso por el barranco. Jerónimo se acercó al tajo de la Canana por otra parte que el resto. Paco Ponferrada que se había quedado a esperarle donde dejamos la senda, tuvo que venir solo. Jerónimo descubrió una grieta con dos enormes tajos muy cerca del tajo de la Canana. Fuimos a verla y en verdad que es impresionante por la verticalidad de los acantilados que forman la grieta.

A la hora de almorzar el dilema de siempre: ¿dónde nos sentamos? Se eligió un lugar, luego otro y finalmente regresamos al primero. Fue el día de las tortillas. Al menos hubo cinco, aunque distintas: de atún, espinacas, patata, habas…Y de postre un gran bizcocho con arándanos, pasas y qué sé yo cuantas cosas más, hecho y transportado por Jerónimo. Riquísimo, esponjoso y suave. Un perfecto complemento para los tés y orujos.

Esperábamos un día desabrido, con frío, con viento y con lluvia. El frío lo notamos por la mañana, pero afortunadamente la previsión era equivocada y ni tuvimos lluvia ni viento. Un día magnífico con una visibilidad excelente, de esos días que el frío no molesta y ayuda a caminar.
 
Mapa de la ruta
 
Sendero en la subida
 
En el Pico Valdivia o Grajo
 
4ºC y bajando bien abrigados
 
Recorriendo la cresta que mira a la cara sur
 
Mariposa
 
Grieta vertical
 
Vistas a Ardales y los pantanos, bastante secos
 
Echando una miradita al inmenso paisaje
 
Grupo en el Tajo de la Canana
 
Bajando del Tajo de la Canana
 
Vinos agrietados
 
Bizcochito
 
Bajada por el Arroyo del Conejo
 
Piedras y avión
 
Formaciones verticales
 
Otra más; esta con penacho
 
Equilibrio con Carratraca al fondo
 
Huma y aerogeneradores en el Pto. de Málaga
 
Escoba de bruja
 
Flores de almendro
 

domingo, 28 de enero de 2018

MIERCOLES 31 ENERO: SIERRA DE ZAFARRAYA

Participantes: Manolo, Pepe, Victoria, Antonio y Jesús
Distancia recorrida: 11,2 km.
Desnivel acumulado: 660 m.

Desayuno en el Cruce de la carretera de Benamargosa. Pitufos con aceite

Aparcamos en Ventas de Zafarraya nada más pasar el puente de la vía del tren, a la izquierda, justo donde comienza el sendero a los miradores del Pradillo y de la U, y al Boquete. La veredita que abrieron para esta ruta es estrechita y a trechos poco marcada, pero facilita mucho la subida por esa empinada pendiente.
Admirando las vistas de la llanura de Zafarraya desde el mirador del Pradillo estuvimos un ratito. Antonio, que no puede parar, pronto tomó la veredita al Boquete. Hace años, cuando comenzó a salir, jamás tomaba la iniciativa. Ahora, gracias al aprendizaje recibido,  se siente más seguro y suele abrir las caminatas.
Poco antes del mirador de la U la sendita se divide yendo la de la izquierda al Boquete y la de frente al mirador. Ambos lugares se han de visitar. El Boquete es impresionante por sus dimensiones. Es un agujero inclinado que traspasa la sierra dando vistas al sur, de entre 10 y 20 m de altura y algo más de anchura, realmente llamativo. Por encima, el mirador de la U tiene buenas vistas al Llano pero también al sur que son novedosas.
Íbamos con temor al viento y a la lluvia anunciada por Pepe, portavoz de Maldonado, para mediodía, por eso nos entretuvimos poco en el mirador de la U. Lo justo para decidir evitar la cresta bajando por la ladera sur aprovechando una traza que parecía vereda. Descendimos a esa traza pero desapareció enseguida. Disfrutamos viendo a un grupito de cabras trepar por el acantilado sur del Boquete. ¡Con qué facilidad trepan y saltan por el abismo! Ni que fueran cabras.
Intentamos continuar al oeste sin perder altura. Imposible. El roquedal se pone intransitable. Bajamos pues un poco más hasta una lengua de tierra que hay más abajo. Decisión acertadísima porque en la tierra las vereditas de las ovejas nos facilitaron el camino para ir remontando la ladera hasta el majuelo y colladito que da vista al Hoyo del Toro, una inesperada dolina herbosa en lo alto de la sierra.
Siguiendo la marca de las ovejas sobrepasamos el Hoyo para llegar enseguida a la cueva de los Guaicos. Nos sorprendió el aire húmedo y cálido que salía de la cueva. Entramos en ella, al principio tres y luego los cinco, la exploramos hasta el final gracias a la luz de un teléfono y allí nos preguntamos por el significado de Guaicos ¿qué querrá decir?
Continuamos la andadura. Manuel divisó en lo alto del cerro Hoyo del Toro un vértice geodésico y, claro, hubo que subir a él y hacer las consabidas fotos. Bajamos a recuperar la senda al oeste. Esta senda se marcó en su tiempo porque de tanto en tanto hay postes. Hoy las marcas que permanecen y guían son los rastros de las ovejas.
Una vereda, en tiempos notable, viene desde el sur, la nuestra se une a ella un corto trecho, hasta el collado inmediato, y allí desaparece. Vuelta a seguir las marcas de las ovejas para subir al Tajo del Cabrero, por el sur, evitando la cresta y la cima. Dimos vista a Marchamonas, Vilo y puerto del Sol y, confiando en las ovejas, nos encaminamos al collado de Veredas Blancas. No nos defraudaron y al collado nos llevaron. Era casi la hora predicha para la lluvia, pero afortunadamente el tiempo estaba estable y aún con sol.
La Vereda Blanca nos parecía una autopista después de los pedregales y aulagales pasados. A media ladera un indicador señala una sendita a la cueva de los Guaicos y Hoyo del Toro. Una propuesta para explorarla cayó en saco roto; el personal no quería caminar más. Nos figuramos que debe subir al colladito a donde llega la vereda que sube del sur.
Bajamos al final del pinar en un santiamén y en un llanito cerca del carril entre sierra y llano buscamos acomodo para el almuerzo. ¡Qué banquetazo! Comenzamos por un caldito caliente, luego unos canapés de queso y salmón, después jamón, chorizo, cecina y longaniza. Mientras la ensalada de tomate y aguacate, y las anchoas pasaban de mano en mano. Salieron también albóndigas y magro de cerdo con ajos. Para terminar quesos variados, chocolate y orujos. ¡Ah! Y lo más importante, una botellita de Botani garnacha que Pepe había prometido y otra de Rioja. Memorables las dos.
A duras penas arrancamos de ese magnífico restaurante para tomar el carril que los mapas nominan como “Vereda de Alfarnate a Vélez”. El carril cruza el llano hasta Ventas de Zafarraya donde terminamos la caminata celebrando que Maldonado se hubiera equivocado hoy, tanto en la lluvia como en la fuerza del viento.

EN EL MIRADOR DEL PRADILLO

EL BOQUETE

SUBIENDO AL MIRADOR DE LA "U"
EN EL MIRADOR DE LA "U"

EL BOQUETE POR LA CARA SUR


EN LA CUEVA DE GUAICOS

VÉRTICE GEODÉSICO HOYO DEL TORO

IRIS PLANIFOLIA. LIRIO DE INVIERNO




LOS INMENSOS NOGALES



domingo, 21 de enero de 2018

27 de enero: Gallo y Vilo


Participantes: 19
 Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Jesús R., Lola V., Paco Z., Lola D., Manuel D., Carlos, Rafa,  Enrique,  Lucía L., Luci, Manu, Jesús C., Luis, Nori, Tere  y Jerónimo
Distancia recorrida:
15,5 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
850 metros
Altura mínima: ( 925 m – Alfarnate )
Altura máxima: (1412 m – Pico del Vilo)
Tipo de recorrido:
En parte circular y en parte lineal, de ida y vuelta
Tipo de camino:
Carriles de tierra, veredas y pequeños tramos campo a través.


Desayuno en el bar Cañero de Alfarnate. Hay que avisar para que tengan pan para el desayuno. Bollos muy grandes, con medio es suficiente. 3€/persona incluyendo algunos bollos con jamón.
Dar la bienvenida a Rafa que llevaba tiempo liado con su rodilla y a Luis, que lo vemos poco debido a sus actividades estudiantiles.
De la gran sequía a la gran remojada. De los 7 del sábado pasado a los 19 de hoy, y eso que faltó Manuel de Rincón que estaba apuntado. ¿Razones para esta tremenda afluencia? O la gripe ha abandonado al grupo o el personal tenía ganas de una ruta suavecita. Sea como fuere los 19 salimos del colegio de Alfarnate por la pista a la cortijada del Alguacil, en una mañana fría y ventosa, más apropiada para disfrutar de una buena chimenea que para salir al monte.
En el colladito de las antenas el vendaval nos llevaba, menos mal que después la mole del Gallo nos protegió durante el trayecto al final de la pista del cortijo del Alguacil. También durante el trayecto por el pinar los árboles mitigaban el viento, en cambio en la era otra vez soplaba de lo lindo. Los antiguos sabían dónde ubicar las eras para tener siempre viento. Desde el final del pinar al Vilo de nuevo sufrimos el azote del viento, especialmente en el último tramo por la cresta. Tanto sufrimos el viento que llegados al peñascal donde está el vértice geodésico del Vilo la mayoría nos refugiamos en el lado sur y sólo unos cuantos tuvieron arrestos para subir al vértice.
Bajamos a la era donde un grupo de senderistas gritones estaba fotografiándose y de ella al collado entre Vilo y Gallo. Allí, al abrigo, en un carasol, hicimos la parada del Ángelus. Iniciamos el recorrido por el Gallo, todo él cubierto por un lapiaz inclemente sin senda alguna. Fuimos primero a buscar la cabañita en el pinar al este del Gallo. Debimos salir del pinar demasiado altos porque subiendo por la cresta de rocas al norte del pinar, donde está la cabañita, no la encontramos. Subimos al Gallo por donde nos pareció y se repitió la misma historia del Vilo: sólo unos cuantos subieron a las rocas cimeras, los demás se refugiaron al sur protegiéndose del viento.
Para regresar del Gallo nos dividimos. Unos fueron a buscar el pinar porque cerca de él, decían, había mejor piso para caminar. Otros echamos por la ladera sur, protegidos del viento, siguiendo las senditas de las ovejas y descendimos estupendamente. No sé qué haremos cuando falten las ovejas.
Reunidos junto a la senda del pinar decidimos alargar un poco la caminata bajando al cortijo Lagar de Diego o de Olmedo y volver a Alfarnate por el Sábar. Desde la pista del cortijo del Alguacil tomamos la senda descendiendo al valle donde están situadas las ruinas del cortijo. Por la resbalosa bajada hubo algún culetazo, sin consecuencias, y con la esperanza de que los muros del cortijo brindasen protección del viento para sentarnos a comer nos acercamos a ellos. Vana esperanza porque el viento soplaba. En la cañada al oeste del cortijo se notaba menos el viento y después de varios intentos, como es usual, nos sentamos en un gran corro y salieron las fiambreras y las botellas. Un ágape digno de la Vinoteca, con final de tés y orujos variados.
Bajamos por el carril de la carretera al Lagar de Olmedo y lo dejamos en un determinado momento para seguir por las trochas de las ovejas hasta encontrar la senda de Alfarnatejo a Alfarnate por el valle del río Sábar. Siguiendo por el carril también se llega al inicio de la bien marcada senda. Pasamos por el área recreativa de Las Morillas y entramos en Alfarnate por las naves de ganado.
Aún hubo tiempo para ir a tomar un café o un refresco al bar de la piscina de Alfarnatejo, un bar nuevo, amplio, luminoso, en el que dicen ponen un buen chivo al ajillo. Hicimos propósito de venir a probarlo, otra cosa es que lo cumplamos.
 
Alfarnate
 
El Chamizo
 
Carril del Cortijo del Alguacil
 
Los Tajos del Sábar
 
En la era
 
Por una dolina antes de acometer la subida al Vilo
 
Momentos de charla
 
Grupo en Vilo
 
De vuelta bajo el vendaval
 
En un colladito a los pies del Vilo
 
Lapiaz hacia el Gallo
 
La Torca y la Maroma
 
El viento arrecia
 
La protección del pinar
 
Un espeso pinar
 
Llegando a la cumbre del Gallo
 
En la cresta del Gallo
 
Camino de vuelta, que no hay quien pare
 
De nuevo en el carril
 
Aulaga en flor
 
Por la veredilla que nos conduce al lagar
 
Un solitario árbol junto al Lagar de Olmedo
 
Grupo en el lagar buscando acomodo que no encontró
 
Esta aulaga da unos frutos "mu" raros
 
Bajo el Morrón de Malinfierno
 
Dando vistas a los campos de Alfarnate
 
Sendero de las Morillas