viernes, 24 de abril de 2015

Salidas puente 1º de Mayo: Sª Nevada


Día 1. Paratas Negras. Salida de Jérez del Marquesado.
Participantes: Ana, Lucía, Antonio M, Jesús, Ricardo y Manuel D.
Recorrido: 25 km con desnivel de 1260 m.

Día 2. Puerto de la Ragua-Chullo-Laguna Seca

Participantes: Ana, Lucía, José Antonio, Antonio M. y Fini, Jesús, Ricardo y Manuel D.
Recorrido: 16 km con desnivel de 730 m.


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SALIENDO DE JÉREZ DEL MARQUESADO
CAMINANDO CON EL PICÓN AL FONDO
EN LAS CASA DEL POSTERILLO
ATACANDO CON DECISIÓN UNA DE LAS MÚLTIPLES SUBIDAS
POR LA ACEQUIA DEL CORAZÓN 
EN LAS PARATAS DE LAS CHORRERAS NEGRAS DONDE CAYÓ EL AVIÓN AMERICANO EN EL 8 DE MARZO DE 1960
LOS VINOS PARA CALENTAR EL AMBIENTE
EL RESTAURANTE "EL NEVERO"

EL MOMENTO RANÚNCULO
ADMIRANDO EL PAISAJE DEL MARQUESADO DE ZENETE
LA CASCADA DEL RÍO ALHORÍN

BAJANDO HACIA EL REFUGIO POSTERO ALTO


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SALIENDO DE LA RAGUA
SUBIENDO CON EL PICÓN AL FONDO
LA SUBIDA SIGUE SI TREGUA
EN EL VÉRTICE GEODÉSICO DEL CHULLO (2.608 M.)
EN EL MORRON DEL CHULLO
LLEGANDO A LA LAGUNILLA SECA
DESCANSANDO Y VIGILANTE
VOLVIENDO HACIA LA RAGUA
REFRESCANDO LOS VINOS EN LA FUENTE DE LAS AGÜILLAS
RESTAURANTE "EL PRADILLO"

jueves, 23 de abril de 2015

MIÉRCOLES 29 DE ABRIL: SIERRA DE ORTEGÍCAR

Participantes: Luis, Manolo, Paco, Pepe, Quirri, Antonio, María Victoria, Jesús
Distancia recorrida: 10 km
Desnivel acumulado:: 700 m

Desayuno en el Cruce de Ardales. Mejor el mollete que las rebanás que son trozos de pan de viena. FELICIDADES a María Victoria que tuvo el detalle de invitarnos por su cumpleaños.

En la carreterita de Serrato al Burgo tomamos a la izquierda un carril que nos llevó al cercano cortijo del Rompedizo. En él comenzamos la caminata siguiendo el carril unos 300 m donde lo dejamos para internarnos en la sierra por la cañada a la derecha. Aquí se acabo carril, senda, vereda… todo. Ya no hay más que andurrear por donde mejor se vea evitando vegetación, tajos y pedregales.
La cañada sube a un altiplano que ya todo es un lapiaz, más o menos dificultoso. Echamos a la derecha, al sur, donde están los montículos más elevados de la sierra. Primero el cerro del Escribano, de unos 940 m, nos asomó a unos tajos impresionantes con magníficas vistas a Serrato, Cañete la Real y Cuevas del Becerro, y a las tierras de labor con cereales, habas, veza y olivo, formando un rompecabezas de formas y colores precioso en esta mañana primaveral.
Al este destacaba otro cerrillo con un vértice geodésico. Sabida es la querencia de Manolo por los vértices. Así que a él nos encaminamos por el borde de los tremendos tajos con los que termina la sierra por el sur, disfrutando de los cortados, los farallones rocosos y los canutos.
Debajo del vértice tomamos el Ángelus. Éramos conscientes de que aún no habíamos quemado las calorías del desayuno, pero la costumbre es la costumbre, y ahí fueron saliendo mostachones, rosegones, plátanos, nueces, pasas…, terminando con los ya habituales caramelillos de Luis. Para entonces ya veíamos que la sierra era toda un puro lapiaz, todo roca y entre las grietas y en las pequeñas zonas de tierra, hierba y cardos altos que no dejaban ver donde se pisaba. El caminar se convirtió en un casi interminable baile de piedra en piedra, la marcha se tornó muy lenta, penosa y con su puntito de peligro por resbalones. Fuimos al noreste por el cancho de la Graceja hacia un cerrillo, el cerro del Mojón, que se nos antojaba el final de la sierra, pero llegados a él detrás había otro y quizá otro más. Decidimos buscar un sitio algo más cómodo de caminar, cambiamos el rumbo a noroeste y bajamos hacia un pinarillo de pino carrasco que sube por una cañada desde las tierras de labor. Está circundado por una valla de alambre que cruzamos al llegar y al salir de él.
Por entonces se ve que ya nos habíamos cansado del buen piso del pinar, enfrente teníamos una cordillerita de tres cerretes, el más alto justo enfrente, y nos metimos en el berenjenal de llegar a su cima. Ascenso difícil, trepando por peñascos y evitando coscojas en flor. Nos costó lo nuestro subir a la cima para, allí, plantearnos por dónde bajar. Lo hicimos por el noreste, por unos lapiaces lisos para evitar la maleza de encina y coscoja, y luego fuimos girando al oeste primero y al norte después para acceder al colladito entre los dos primeros cerretes y de él bajar ya con cierta comodidad al pinar. A su sombra nos sentamos para descansar de la malhadada decisión de subir al cerrillo y para almorzar. Conforme salían de las mochilas las viandas y los vinos se nos iba olvidando el mal rato pasado y se nos pintaban sonrisas en la cara al ver lo que se avecinaba. Hubo ensaladas de tomate y de aguacate con naranja, con una tortilla de espárragos deliciosa, pero fue un día esencialmente de carne: de solomillo de cerdo en su jugo y con chutney, de filetillos empanados, de carne con tomate, junto a chorizos, caña de lomo  y jamón. Para terminar María Victoria nos sorprendió con un excelente flan. Y todo regado con buenos vinos y orujos. ¿Qué más se puede pedir?.
A duras penas nos levantamos para proseguir la caminata, aunque para entonces ya teníamos claro que había que evitar los cerretes. Entramos otra vez en el lapiaz, ahora en dirección suroeste, buscamos la cañada de subida y por ella bajamos al carril y al cortijo.
Una nueva sierra explorada. Lo mejor el trozo entre el cerrete del Escribano y del vértice geodésico por el filo de los tajos, las vistas a las sierras de las Nieves, Prieta, Blanquilla, Alcaparaín, Huma…etc, en un día soleado y con una compañía inmejorable.

Como cosa curiosa, en la cima de varios cerrillo hay grabada en la piedra una inscripción que nos costó descifrar y dice “PROPIEDAD ORTEGICAR”


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SUBIENDO POR LA CAÑADA
EN LOS TAJOS CON SERRATO AL FONDO
EL GRUPO Y LUIS DE FOTÓGRAFO
ADMIRANDO EL PAISAJE
SUBIENDO A OTRO DE LOS TAJOS
VÉRTICE GEODÉSICO DE ORTEGÍCAR
MAR DE FLORES
POR ENTRE LOS PINOS EN BUSCA DEL ULTIMO CERRO
SUBIDA ESCALONADA AL CERRO
LOS ESTUPENDOS VINOS
RESTAURANTE A LA SOMBRA DE LOS PINOS
EL SABROSO FLAN CON QUE NOS OBSEQUIO MARÍA VICTORIA
POR LA CALERA BAJANDO HACIA EL CORTIJO DE LOS ROMPEDIZOS

domingo, 19 de abril de 2015

Salida día 25 de abril: Circular Pto. Golondrinas - Pilar de Tolox


Participantes:  12
 Paco Ruiz, Miguel S.,  Ricardo, Luci, Ana, Luis, Jesús, Manuel Díez, Manuel González, David, Antonio S.  y Jerónimo
Distancia recorrida:
20 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.100 metros
Altura mínima: 845metros (Pto. de las Golondrinas)
Altura máxima: 1.750 metros (Pto. de los Valientes)
Tipo de recorrido:
Dos tramos circulares con un tramo central de ida y vuelta

 
Desayuno en Tolox, en el bar debajo de la plaza. Luis avisó al del bar de que llegábamos los comedores de tostadas y salió a buscar pan.

De vez en cuando tenemos la visita de nuestro amigo Miguel de Alhaurín. Disfrutamos pocas veces de su buen humor. ¡A ver si vienes más!

Dejamos los coches en el puerto de las Golondrinas y echamos por la pista al noroeste. En el collado de la Machoruela aguardamos a Jerónimo que, como casi siempre, venía rezagado con sus fotos. Nos indicó que siguiéramos por la pista que rodea el cerro de la Cierva. Todos seguimos sus indicaciones excepto Paco Ruiz y Ricardo que echaron por el pendiente cortafuegos hacia la cima del cerro. Entonces nos convencimos de que llevábamos con nosotros al verdadero Ricardo y no un sosias suyo.

En Peñas Blancas cambiamos a dirección suroeste, a poco dejamos la pista que sigue rodeando el cerro Corona hasta el puerto Corona para continuar por un carril hormigonado a trechos que sube con fuerza, prosiguiendo después unos metros por una mal marcada trocha hasta encontrar la senda que viene desde el cerro de la Cierva. Allí nos esperaban Ricardo y Paco, y una vez reunificados proseguimos al oeste por la senda en la ladera sur del Corona hasta puerto Corona.

Como se preveía niebla al mediodía decidimos subir hacia el Pilar de Tolox por la más complicada ladera de la cañada de las Carnicerías y regresar por el puerto de los Valientes. La senda está bien marcada al noroeste. A poco de entrar en ella llega la que sube por el pinsapar Corona desde la senda del sábado pasado. La senda cambia a dirección norte con magníficas vistas al Tajo de la Caína y al río de los Horcajos y después gira al oeste. Aquí empieza la parte más agreste del recorrido por unos andenes rocosos, con pinsapos más o menos gruesos, y con toda la panorámica de la ladera izquierda de la Carnicería coronada por los tajos de la Caína y Añicle, con la loma Cortina abajo.

Bajamos la primera cadena y una segunda para llegar a un agujero que parece ser la boca de la sima del Picacho. A continuación hicimos el Ángelus en el cauce de la cañada de los Salaíllos. Cuando nos levantamos nos dimos cuenta que no hacía falta bajar la segunda cadena sino continuar llaneando. Subimos por donde nos pareció hasta recuperar la sendilla y de nuevo entramos en una zona escarpada con preciosos ejemplares de pinsapo, ascendiendo, hasta llegar bajo el tajo de Fatalandar por cuya base va la sendilla; hacia abajo una tremenda pedrera tachonada de pinsapillos.

Entramos en la cañada de los Tejos y en ella nos dividimos: unos continuaron por la sendilla y otros ascendieron sin ella, por donde mejor parecía a buscar los famosos tejos. Están escondidos entre los pinsapos pero allí nos esperaban. Los troncazos de dos de los tejos impresionan por su volumen. Deben ser milenarios, uno desmochado pero el otro con su buena copa. Ricardo subió a la base de los tajos que delimitan la cañada por arriba, encontró unos mojones y siguiéndolos llegó a la sendilla dejada ya en la ladera de Froncaire. Jerónimo, Miguel y Jesús bajaron a buscar la sendilla para luego ascender. Interesante el descubrimiento de Ricardo porque permite visitar los tejos y salir de la cañada por una ruta cortita y perdiendo poca altura. Y más interesante sería proseguir la búsqueda de un paso, ascendiendo por la ladera derecha de Froncaire. Queda para otra ocasión.

Bajamos al cauce de Froncaire y por la ladera izquierda nos unimos a la senda que viene desde Enamorados y parte alta de la Carnicería. Con la ayuda de otra cadena atravesamos el paso difícil que tiene, cambiamos a la ladera derecha y llegamos al collado de Froncaire.

Del Torrecilla venía un vocerío tremendo. La ladera era una procesión de gente, así que decidimos dejar el Torrecilla para una ocasión más tranquila y enfilamos al puerto de los Valientes. Además las nubes habían bajado y por la Carnicería ya había niebla.

Cruzada la cresta del Torrecilla almorzamos con el alborozo acostumbrado y diversidad de viandas: lechuga con anchoas, aguacate con kiwi, tomate, tortillas varias, pollo pera, bonito con pisto, pastelillos, carnes diversas, chorizo de león…, en fin, la variedad acostumbrada terminada con el té de Paco, los pastelillos de Alhama y el brownie de Ana con los múltiples aguardientes de Manolo.

Refrescaba, subía la niebla y el pedregal donde nos habíamos sentado no permitía una siesta cómoda. Así que levantamos el campo con las mochilas aligeradas, cruzamos el puerto de los Valientes y descendimos por la bien marcada senda por toda la ladera sureste, entre sabinas y con lisos lapiaces, a puerto Corona. Retornamos por la bien marcada senda hasta el cerro de la Cierva y de él descendimos por el empinado y resbaloso cortafuegos al collado de la Machoruela y al puerto de las Golondrinas.

Preciosa excursión que entrará por derecho propio a las tradicionales del grupo, en un día nublado y fresquito, muy agradable para caminar.

Recordar al personal que hay algunos que hacemos fotos, tomamos notas y nos paramos con las plantitas de vez en cuando. Aflojad un poco el paso y no nos hagáis ir con la lengua afuera para alcanzaros.

 
Mapa de la ruta
 
Xolantha guttata
 
Sª de Tolox con matagallo y jara blanca
 
Atlantarctia tigrina - Polilla tigre
 
Rodeando el Cerro Corona
 
Viola kitaibeliana
 
Entre pinsapos dispersos que empiezan a poblar las laderas de la Cañada de las Carnicerías
 
Dando vistas al Picacho de Fatalandar
 
Caminando entre cortados
 
Subiendo por un roca muy empinada
 
Bajando la primera de las cadenas
 
Llegando a la Cañada del Salaíllo, con el Picacho al fondo
 
Cruzando la cañada
 
Bajando la segunda cadena
 
Sima  del Picacho
 
Intentando seguir el sendero, muy desdibujado a ratos
 
Caminando bajo los tajos
 
Bajo un tejo que puede rondar los 1.000 años
 
Pasando por la Colaílla del Tejo
 
Quejigos de montaña aún sin hojas
 
Subiendo desde el Pilar de Tolox hacia el Pto. de los Valientes
 
Vinos
 
Bajando hacia el Pto. de las Palomas
 
En unos canchales de roca lisa
 
Fotografía en una fotografía
 
Aethionema marginatum
 
Pinsapo muerto
 
Pinsapos y sabinas en la Cañada de los Cazadores
 
En un tronco de un pinsapo quemado en el incendio de 1971
 
Bajando por la Loma del Pino hacia Pto. Corona
 
Cistus ladanifer - Jara pringosa
 
Arenaria montana