Participantes: Ana, Paco-Pili, Paco
Zambrana, Miguel González, Manuel de Rincón, David, Lola Díaz, Carlos, Luci,
Antonio de Fornes, Manuel de Nerja, Isabel, Jesús y Tango.
Recorrido 23 km. con desnivel acumulado
de 1040 m.
Desayuno en la venta Navasillo con una
tostada de campeonato, aceite y mantecas de diversos colores. Excelente.
Felicidades a Manuel de Nerja y gracias por la invitación. ¡Qué cumplas todos
los sábados!
Después de un viernes de lluvia salió un
día fenomenal, con el cielo despejado, con excelente visibilidad, con un
poquito de viento y una temperatura aún demasiado alta para mitad de noviembre.
Ya desde el coche, en la subida desde San
Pedro, se veían los castañares contrastando con el entorno. Los íbamos a coger
en su plenitud otoñal. Y así fue. En la bajada a Igualeja, en ese punto tan
llamativo donde termina la caliza y las encinas y comienzan las pizarras y el
castañar, dejamos los verdes oscuros y nos sumergimos en los amarillos del
castañar.
Queríamos probar una ruta nueva hasta Pujerra.
Salimos del nacimiento de Igualeja, atravesamos el pueblo en dirección a
Pujerra por debajo del tajo Millán y a 20 m de pasar el puente sobre Río Seco
tomamos el carril hormigonado a la izquierda. Hormigonado estaba porque de otro
modo el agua lo hubiera arrasado. Cuando la pendiente se suavizo cambió a
terrizo. El carril sube por el estrecho valle de Arroyo Hondo, con unos alcornocales
y encinares que albergan una tupidísima vegetación. Un excelente e inesperado comienzo.
En la cabecera de Arroyo Hondo aparecen
los primeros castañares, nuestro carril termina en otro perpendicular que
tomamos a la izquierda entrando en ese bosque mágico de hojas amarillas, doradas,
ocres, verdes y marrones, que filtran la luz del sol dejando pasar los rayos
justos para iluminar ese limpio sotobosque poblado sólo por los enormes troncos
de los castaños, como columnas entre el suelo y la capa continua de las copas
de los árboles. No venía mal, de vez en cuando, apartarse un poco del numeroso
grupo para disfrutar en silencio ese paisaje encantador; silencio, roto sólo
por el canto de los pájaros y el rumor de los pies entre la hojarasca. En esos
momentos mágicos el único riesgo era perder la noción del tiempo abstraídos,
embelesados, por ese entorno… y perder también el contacto con el grupo.
El carril termina en una cancela,
afortunadamente abierta, y sale a la pista asfaltada que desde el puerto de los
Madroñales va a Pujerra. Por el inhóspito asfalto tomamos al oeste entre
castañares a la derecha y eucaliptos y pinos de repoblación a la izquierda
(¿será alguna finca estatal?) para dejarlo en el primer carril a la derecha
señalado por unos enormes alcornoques. Otra vez entramos en el bellísimo y
acogedor entorno del castañar caminando por la cresta hacia Pujerra. En la explanada
de las antenas dejamos la cresta a la izquierda y entre troncas inabarcables de
cuya energía se aprovechó bien Lola, llegamos a Pujerra.
Atravesamos el pueblo para salir por el
mirador de la Cruz al camino de herradura que baja por la empinada ladera al
Genal en el punto donde lo cruza la carretera y desemboca el arroyo Bolage. El
entorno del río es agradabilísimo, tanto que más de uno propuso almorzar allí.
Afortunadamente se impuso el buen criterio de quitarnos de en medio la subidilla
a Cartajima. Cogimos la subidita con ganas, a buen ritmo, se ve que teníamos
ganas de esfuerzo y la cuesta acalló las conversaciones, nos bajó los humos y
nos hizo sudar, resoplar y sentir que la montaña es la montaña y en cualquier
entorno le debemos un respeto.
Buscamos
un carasol llanito y almorzamos contentos de haber salvado el repecho de
la loma de Cartajima. Y en el almuerzo, lo de siempre. Ensaladas, tortillas,
carnes de pollo y de cerdo con distintos aderezos, vinos en cantidad, postres
varios, tés y orujos… y mucha alegría en un magnífico ambiente. ¡Qué más se
puede pedir!
Atravesamos Cartajima y bajamos al Genal
en la zona del Molino Real. El paso del Genal revistió su problemilla porque
bajaba crecido, así que la solución más segura fue descalzarse y cruzarlo
despacio porque el saltar de piedra en piedra era hacer méritos para una caída
en toda regla.
En la maraña de la vegetación de la
orilla izquierda sale una senda bien marcada pero muy empinada que luego se
transforma en carril para subir al cerro y cresta Garduña. Subimos despacio,
con un talante distinto al de la cuesta de Cartajima, disfrutando de los
colores que ponía la luz de la tarde en el castañar y charlando.
Iniciamos el descenso hacia Igualeja,
atravesamos el arroyo Halda en un cortijo con perros que querían atacar a
Tango, el carrilillo se transformó en senda y a poco llegamos a una encrucijada
en la que el carrilillo se desviaba a la derecha. Nosotros tomamos a la
izquierda por una sendita que se hizo cada vez más tenue hasta desaparecer. No
podíamos terminar la jornada sin un poco de aventura y allí fuimos de izquierda
a derecha buscando cómo bajar al cercanísimo Igualeja… pero llegar a él por
algún punto donde hubiera puente. Finalmente encontramos una sendilla que nos
llevó a una casilla y de ella ya tomamos la senda al puente. Vista la ruta
después, en casa, se aprecia que no debimos tomar a la izquierda, sino seguir
de frente para haber llegado a Igualeja por donde lo hicimos, por el puente de
arriba.
Excelente día. Cada año tenemos que volver
a disfrutar de estos encantadores castañares.
ENLACE PARA VER LA RUTA EN WIKILOC
SALIENDO DE IGUALEJA EN BUSCA DE LOS CASTAÑOS
MANCHA DE CASTAÑOS ENTRE ENCINAS
CARTAJIMA E IGUALEJA
CARTAJIMA
EL GRUPO EN EL MIRADOR DE LA CRUZ DE PUJERRA
BAJANDO HACIA EL RÍO GENAL
BUENA COLECCIÓN DE VINOS
EL FANTÁSTICO RESTAURANTE ENTRE CASTAÑOS
ABRAZADOS AL CASTAÑO ARENAS DE 300 AÑOS. TIENE 17 M. DE ALTURA Y 7 M. DE PERÍMETRO
PILI FOTOGRAFIANDO EL OTOÑO
DISTINTAS FORMAS DE CRUZAR EL RÍO GENAL
LLEGADA A IGUALEJA
Me apunto muy prontito.
ResponderEliminarDespués de un tiempo en el dique seco, con gusto madrugaré para visitar los castaños.
ResponderEliminarNo hay dos sin tres
ResponderEliminarEs menester que nos abriguemos para disfrutar de los otoñales castaños; fresquito habemus.
Cual clavo en la gasolinera de rigor a la espera del convoy de levante
Manuel
Estaré en LaFlores con pan casero de Espelta y Centeno para los amantes del impacto de lo nuevo.
ResponderEliminarAS
Estare en la plaza a la hora indicada.Luci
ResponderEliminarYo también me apunto. Estaré en la gasolinera con Manuel.
ResponderEliminarUn abrazo montañero
Lola D.
Iré este sábado, estaré pendiente de la caravana del este, especialmente de la del Rincón a la que podría esperar en el Limonar. Paco Zambrana
ResponderEliminarPili y Paco se apuntan a los castaños. Saludos. Paco Ponfe.
ResponderEliminarNos vemos a las 7 en Tamoil (Renault)
ResponderEliminarMiguel González + Tango
Siento no poder acompañaros. Otra vez será. Jerónimo.
ResponderEliminarJerónimo, los castaños sin ti no tienen color. Recupérate cuanto antes que no llevamos bien tu ausencia.
EliminarUn fuerte abrazo y muchísimo ánimo
Manuel
Estaré en la plaza a las 6,45 h. Dos sábados ya son muchos sin veros.
ResponderEliminarEstaré en la plaza , que le vamos a hacer .
ResponderEliminarYo tb me apunto con los del Rincón
ResponderEliminarDavid
Le pasé un mensaje a Luci, esta vez puedo ir
ResponderEliminarIsabel