Participantes: 12 |
Paco P., Jesús R., Lucía, Luis, Nori, Ricardo, Lola V., Luci, Manu, Paco Z., Jesús C. y Jerónimo |
Distancia recorrida: |
17 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: |
1.030 metros |
Altura mínima: (1.015m – Barrera P.N.) |
Altura máxima: (1.730 m – Proximidades del Peñón de Enamorados) |
Tipo de recorrido: |
Circular |
Tipo de camino: |
Veredas, carril y campo a través. |
Desayuno en el bar Quini de Yunquera con los mejores molletes que conocemos. Mollete con aceite o zurrapa y café, 2,5€. Y la amabilidad de Mari Carmen.
Partimos de la barrera de acceso al Parque hacia el puerto del Saucillo. En la primera curva de la cuesta al Saucillo, tomamos un carril, a la derecha, conocido de algunos pero novedoso para otros.
El carril da la vuelta al cerro que antecede al puerto del Saucillo, por un tupido pinar de pino resinero que, poco a poco, conforme progresamos y entramos en el valle de la Cañada del Saucillo, se va entremezclando con pinsapo. El carrilillo se torna en senda por el llano del Alcornicalejo donde ya predomina el pinsapo. Además, todos los arbolillos jóvenes son pinsapos, indicando que ese pinar será un futuro pinsapar.
La mañana estaba fresquita, con un ligero viento, ideal para caminar por ese espeso bosque de pinsapos, con alguno memorable, como el de Candelabro que está junto a la senda.
Tomamos la subida hacia Bellina. Era de las primeras excursiones de la nueva temporada llevando la comida. Las mochilas pesaban lo suyo y se notaba la falta de costumbre de caminar con ese peso suplementario.
En el puerto de Bellina nos recibieron los conocidos cedros. Hoy estaban mucho más bonitos los pinsapos con sus enhiestas piñas en las ramas alteras que los cedros con las suyas por desarrollar.
Bajamos a cruzar el arroyo del Hornillo para remontar por la ladera izquierda del arroyo al puerto de las Camaretas. Esta subida es especialmente bonita aunque muy poco transitada. Desde ella tenemos la perspectiva hacia el norte del Parque, con el blanco caserío del Burgo, a la derecha el llamativo tajo de la Alberca con sus cuevecillas y a la izquierda los primeros tajos del cerro del Chaparral.
De la Camaretas nos internamos en el pinsapar de Cubero, quizá el más tupido de toda la sierra de las Nieves, que cubre la ladera norte del cerro del Chaparral. En un par de ocasiones dejamos la protección de los pinsapos; se agradecía la caricia del sol en esos cortitos trechos.
En la fuente del Hornillo paramos al Ángelus, no por el agua, pues la fuente echaba un chorrillo inaprovechable, sino por ese entorno tan bonito, de pinsapos, tajos, cuevas y pedruscos. Después del ratito de descanso arrancamos con ímpetu la cuesta al puerto del Hornillo por el pinsapar de ejemplares viejos, cada vez más escasos, hasta coronar el deforestado puerto.
El puerto nos recibió con un vendaval de cuidado. Pensábamos parar y reagruparnos allí, pero era imposible. El viento nos arrastraba. Así que continuamos luchando contra el viento más que contra la cuesta hacia el cerro Alto de Yunquera. Al pie del cerro la senda se divide; la de la derecha va hacia el puerto del Canalizo rodeando el Alto de Yunquera por el norte. Nosotros tomamos a la izquierda para rodear el cerro por el sur.
El cerro nos protegió parcialmente del viento, justo para que dedicáramos la atención a seguir la sendilla que en esta zona se pierde. Hay que subir para ir a unos 20-30 m por debajo de las cumbres, y en esa zona la senda reaparece nítida.
En el llano de la Gotera, al pie de Enamorados, nos reagrupamos. Allí supimos de los pinchazos de Lucía a quien el viento había tirado encima de un piorno. Subimos a la cresta, a encontrar la senda Saucillo-Enamorados, aunque pronto la dejamos para internarnos por el piornal salpicado de esos característicos quejigos de enorme tronco y copa escasa, buscando el inicio de la cañada de la Perra. En el inicio de la cañada, en una hondonada que albergó un antiguo corral, bajo la sombra de un buen quejigo, paramos a almorzar.
Con las adecuadas precauciones, desinfección de manos, cubiertos para servir en cada fiambrera, iniciamos el acostumbrado ágape de mediodía, con ensalada, tortillas, berenjenas a la japonesa, coliflor, caballa, lomo en adobo y lomo con ajillos. Después los múltiples quesos y para finalizar la tarta de Jerónimo, esta vez de queso, moras, arándanos y chumbos, riquísima, con un par de termos con té. Nos faltó el orujo de Manolo. Cervezas heladas, aunque no apetecían mucho, y vino fresquito, a temperatura de bodega: un rosado de Somontano, y tintos de Jumilla, de Cariñena y de Rioja. El vino fresquito es una delicia.
Decidimos bajar por la cañada de la Perra. Jerónimo nos guió por una sendilla poco marcada, entre magníficos quejigos de tronco y copa proporcionada. Una delicia de bajada. Y continuos abrazos a los troncazos para extraer un poco de su energía.
Subimos a los Lajares, por encima de los tajos de la Caína, con magníficas vistas a la cañada de la Carnicería con la loma de la Cortina, Fatalandar, cerro Coronas, etc. De la Caína regresamos por la era de los Gamones y hoyo de las Colmenas al puerto del Caucón, y por la pista a los coches.
Luis se apunta. Nori, quizás. Jero, si vas y puedo ir contigo, ya me dices
ResponderEliminarNori se apunta
EliminarLola V y P. Zambrana iremos.
ResponderEliminarJesús se apunta, con coche, a falta de Paco
ResponderEliminarJesús R. Y Paco Ponfe vamos.
ResponderEliminarVoy,
ResponderEliminarLuis, a las siete y media donde siempre.
OK. Nori se apunta también.
EliminarYo a las 7 en plaza. Ricardo
ResponderEliminarManu y Luci nos apuntamos
ResponderEliminarYo también me apunto.
ResponderEliminarParece que 5 en un coche somos muchos.
Lola Valle, desde donde salis?
Puedo ir con mi coche hasta algún sitio por Málaga y cambiar de vehículo.
Bueno, vosotros me decís.
Lucía, salimos desde Málaga. Podemos quedar a las 7,20 en la primera rotonda de la salida del Limonar. El aparcamiento del coche es fácil.
EliminarVale. Estoy de acuerdo con el plan.
ResponderEliminarNos vemos allí a las 7,20