Sábado 13 de enero: Capilla y Huma desde el Valle de Abdalajís

Participantes: 15	Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Jesús R., Paco Z., Manuel G., Lucía L., Luci, Enrique, Ana, Nori, Carlos,  Jesús C., Tere  y Jerónimo
Distancia recorrida:	19 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:	1.325 metros
Altura mínima: ( 356m – Valle de Abdalajís )	Altura máxima: (1191 m – Huma)
Tipo de recorrido:	Circular en su mayor parte
Tipo de camino:	Carretera, carriles de tierra, veredas y tramos campo a través.

 

Desayuno en Los Caballos. Rebanadas contundentes con aceite, lomo, mantecas, etc. El personal aprovechó para comprar pan, mandarinas y naranjas al lado del bar.

Una gran afluencia en el primer día hábil después del paréntesis navideño. Se ve que queremos quemar pronto los turrones.

Salimos del Valle de Abdalajís por el carril que sube hacia el oeste por el valle del Charcón, entre lirios de invierno, en una mañana fresquita, sin viento, con algunas nubes que de momento no amenazaban lluvia. En la primera cuesta el carril está destrozado porque por él baja toda el agua que recoge el valle. Sorteamos piedras y arroyadas echando de menos la antigua senda que el carril se llevó. Y ese mal estado del carril propició que en la primera curva el grupo se dividiera: unos continuando por el carril y otros tratando de seguir por la antigua senda del valle entre aulagas de buen tamaño. En las ruinas del cortijo del Charcón nos volvimos a reunir, con los buitres sobrevolando y el majestuoso pico Capilla allí a nuestra derecha.

Siguiendo el rastro del ganado nos aproximamos al cerro por la parte más alta del valle, entre esas formaciones pétreas tan llamativas que siempre nos llaman la atención y que siempre suscitan comentarios sobre sus curiosas formas. Atravesamos el aulagal al pie del Capilla, continuando por los rastros del ganado, ascendiendo en dirección noroeste. Ahí se produjo una nueva división con una pequeña parte que no quería subir al pico y hubo que encarrilar hacia el cortijo del Arrejanado. Poco a poco, entre conversaciones de nuestras actividades navideñas, fuimos remontando el cerro y cuando nos dimos cuenta teníamos ahí ya, al alcance de la mano, el roquedo de la cumbre. Vistas panorámicas preciosas, especialmente hacia la laguna de Fuete Piedra, al embalse del Guadalhorce y a parte de la llanura de Antequera hendida por la línea del AVE.

Después de las consabidas fotos tornamos por donde habíamos subido, bajando luego entre el matorral hacia el cortijo del Arrejanado. Junto el grupo de nuevo, hicimos la paradita del Ángelus, breve porque quedaba un buen trecho aún, rellenamos las botellas en la fuente e iniciamos la aproximación al Huma.

Paco Ruiz había subido una vez por la ladera oeste partiendo de una pequeña cantera abandonada, aprovechando la huella de un viejo carril que se abrió de la cantera hacia arriba. El carrilillo tiene una pendiente imposible, pero más imposible era continuar desde donde terminaba por la inclinadísima ladera. Trepamos como pudimos hasta una cresta que baja del Huma al oeste. Desde allí, cresta arriba, la pendiente se suavizó y ya subimos sin mayor problema que el desnivel y el cansancio acumulado.

Según llegábamos a la cima del Huma el cielo se iba cubriendo y por el oeste se veía avanzar la niebla y algunas ráfagas de lluvia. En unas rocas cerca del vértice geodésico, al abrigo del vientecillo, aguardamos a reagruparnos y viendo el cariz que tomaba la tarde pensamos en descender ya sin llegar al vértice. La propuesta tuvo una aceptación desigual y unos bajaron y otros fueron al vértice.

Bajamos por la conocida ladera norte, por el cascajar, al principio despacio y luego, en la pedriza, resbalando como niños. En el pinar buscamos acomodo para almorzar con las primeras gotas ya sobre nosotros. Sacamos de prisa las fiambreras, los vinos, el pan, y comenzamos a comer a buen ritmo con los chubasqueros puestos, pensando que la lluvia nos iba a obligar a cortar la comida enseguida. Pero la llovizna amainó, terminamos el ágape, tomamos nuestros buenos tés y dulces, y con el cielo aclarándose comenzamos el descenso a la cantera de la que partimos.

Llegamos al cortijo del Arrejanado y seguimos hacia el Valle por el carril que bordea el tajo del Cuervo por el sur, por la zona de la Fresneda, con tranquilidad, con el sol queriendo volver a salir entre las nubes, y con la alegría de haber coronado los dos picos propuestos.
 

Mapa de la ruta

 

Iris planifolia - Lirio de invierno

 

Tajo de las Palomas

 

Tajo de las Palomas y Sª de la Chimenea

 

Por el carril que sube por encima del Tajo del Cuervo

 

Linaria verticillata  floreciendo fuera de tiempo

 

Asomándonos a La Capilla

 

Cortijo del Charcón y la Maroma

 

Por el Cortijo del Charcón

 

Torcal del Charcón y Pico Capilla

 

Subiendo por las laderas del Pico Capilla

 

Grupo en la cima (1.186 m)

 

Vértice natural

 

Ladera abajo

 

Llegando al Cortijo del Arrejanado donde nos espera parte del grupo

 

¡Muflones!

 

Huma arriba

 

por una pendiente ladera que no permite el descanso

 

Peña Gorda y Sª Nevada

 

Llegando al vértice del Huma (1.191 m)

 

La Capilla desde la vertiente norte del Huma

 

Vinos

 

Rodeando un sembrado en la bajada

 

Narcissus papyraceus - Narciso meado de zorra

 

Lobularia maritima

 

Moricandia moricandioides

 

Tajo del Cuervo

 

Últimos metros antes de llegar al Valle de Abdalajís