sábado, 28 de febrero de 2015

MIÉRCOLES 4 DE MARZO: LAROLES - MAIRENA - VÁLOR

Participantes: María Victoria, Antonio Muñoz, Antonio Usieto, Luis, Jesús y Manuel.
Recorrido: 14 km con 480 m de subida y 620 m de bajada.
Desayuno en el bar al lado de la gasolinera de Laroles. Buen pan, buen aceite y excelentes vistas desde su terraza. Celebramos por anticipado el cumpleaños de Luis. FELICIDADES ALPUJARREÑAS.
Las rutas de la Alpujarra nos obligan a ir cada vez  a recorridos más al este, más lejos de Fuengirola-Torre del Mar-Nerja. Por eso decidimos hacer una noche en un punto cercano a la ruta para así evitar conducir, tarde, de noche y cansados. En esta ocasión reservamos alojamiento el hotel Real de Laroles.
Después del desayuno Antonio y Manolo fueron a dejar un coche a Válor mientras el resto dejamos el escaso equipaje en el hotel, recorrimos el pueblo y les esperamos en la Era Baja.
Partimos por la GR-7, por la ladera derecha del río de Laroles, dejamos un par de molinos al lado de la senda y ya en los primeros compases de la ascensión hubo que parar y quedarnos con una camiseta pues el sol calentaba lo suyo. Era el primer día del año en el que la primavera se dejaba sentir con fuerza.
Cruzamos el río y por la ladera derecha seguimos ascendiendo hasta encontrar la pista de Júbar al Castaño Real. Al lado de ese punto llega también el sendero local de Laroles al Castaño. Tomamos la pista en dirección sur, descendiendo, con unas preciosas vistas al sureste, a Laroles, Alcolea y a la sierra de Gádor coronada de nieve; al sur la hoya de Ugíjar con sus invernaderos. En todo el recorrido llama la atención la cantidad de almendros, algunos en plena floración alfombrando la pista con sus blancos pétalos.
La parte alta de la torre y tejado de la iglesia de Júbar es lo primero visible cuando nos acercamos al pueblecito. La iglesia está en una buena plaza en el extremo este de Júbar y por la calle de la Iglesia y Real llegamos a la plaza del pueblo con su correspondiente fuente vertiendo agua continuamente. Salimos del pueblo por la carreterita de acceso a él con la sorpresa de ver allí aparcado un camioncito con matrícula de Zaragoza y rótulo de Borja en la puerta. ¿Qué haría allí alguien de Borja?. La carreterita de acceso al pueblo nos bajó a la principal y a un carril a la derecha donde retomamos el GR-7 perdido en Júbar. El carril nos llevó a la entrada de Mairena, por la calle principal a la plaza de la iglesia y, llaneando, a las afueras del pueblo. Entretanto Antonio Muñoz había pegado la hebra con un viejecillo para preguntarle por dónde salir a la senda a Nechite porque en los pueblos el GR se pierde, y María Victoria se puso de palique con una señora que le contó las penas de su marido y de ella.
De Mairena bajamos al río de Mairena, con su chorrito de agua, seguimos GR adelante, ascendiendo, por una solana reseca donde descubrimos algunas matas de la Lavatera de las Alpujarras. Después ya, llaneando atravesamos el barranco de la Barranca para entrar en el valle del río Nechite. Al este, Nechite con sus tres barrios, Válor, Yégen  y abajo, Medina Alfahar. El rumor del agua del río se percibía cada vez con mayor potencia y como deseábamos dejar atrás el sol, decidimos comer en el río. Luis buscó un buen restaurante, a la sombra, junto a la corriente, nos aposentó y comenzamos el querido ritual de dar cuenta de unos mejillones, queso con salmón, chorizo, cecina y jamón de aperitivo, tomate con aguacate, ensaladilla rusa y berenjenas a la japonesa como entrantes, y tortilla de atún, carne con champiñones y lomo con cebolla entre los platos fuertes. Un par de quesos, té, bombones y orujos varios cerraron el ágape. Todo ello en animada charla, con la musiquilla constante del río.
Salimos del cauce, atravesamos las huertas de Nechite y entramos en el Barrio del Medio. Sin indicaciones del GR bajamos al Barrio Bajo, lo atravesamos hacia el cementerio y allí vimos que no había signos del GR. Antonio Muñoz retrocedió, llamó en una casa y un señor le indicó por donde salir. Teníamos que haber cogido por la calle superior del Barrio del Medio y por ella hubiéramos entrado de nuevo en la GR. Como curiosidad, encontramos un par de señoras que iban con botijos a llenarlos en la fuente que mana en esa calle superior, entre los barrios Medio y Bajo.
La GR nos llevó por la vera de una acequia de riego a la parte alta de Válor, a una casas nuevas con pinta de mansiones de nuevos ricos, y de allí al bar las Perdices donde estaba aparcado el coche.
José Ramón, el del hotel, nos recibió con mucha amabilidad, nos acomodó y se preocupó de toallas y papel higiénico. Ya duchados y con ropa limpia salimos a “tomar algo” aconsejados por José Ramón. En el bar Trébol nos estrenamos con una cervecita y un emparedado de lomo tremendo como tapa. En el siguiente bar nos acomodamos en una mesa y ¿Nacho? nos sacó un vinillo de Laroles acompañado de unos riñones al jerez, unas aceitunas, unas croquetas, una perdiz alpujarreña y unas chuletillas de cordero a la brasa. Total, como si no hubiéramos comido nada a medio día.
Y ya con la boca caliente fuimos a tomar una copita al bar de la gasolinera donde habíamos desayunado. Una vez que recogimos a los más trasnochadores de Laroles, a dormir al hotel.
Una excelente experiencia esta de quedarnos a dormir una noche fuera de casa. La repetiremos.

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INICIO DE LA RUTA EN LAROLES
RIO LAROLES
LAROLES Y LA SIERRA DE GÁDOR
MAIRENA
CAMINADO HACIA VÁLOR
EL VINO
RESTAURANTE A LA ORILLA DEL RÍO NECHITE
DESCANSANDO DE LA DURA JORNADA
LLEGADA A VÁLOR

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