Participantes:
Enrique, Miguel, Nori, Luis, Lucía, Luci, Victoria, Antonio de Fornes, Antonio
Usieto y Jesús.
Distancia
recorrida: 16 km
Desnivel
acumulado: 1270 m
La
senda, por detrás de los corrales, junto al cementerio, está bastante
desdibujada, fruto quizá del paso frecuente del ganado, pero conforme se va
ascendiendo va mejorando tanto en el piso como en el trazado.
La
subida por el lomo de la Cueva del Moro es continua y empinada, aunque suavizadapor
los múltiples zigzags, bajo el hermoso pinar de pino carrasco, dando vista,
cuando el pinar lo permite, al blanco Alcaucín que va quedando cada vez más
abajo.
Pasamos
por el cruce con la senda que viene desde Carrión y poco más arriba llegamos al
collado del mosquito. Por tomar un descanso en la subida nos acercamos al cerro
del Mosquito que ofrece una muy bonita panorámica sobre los olivares casi
llenos de casas, sobre Salia, con Periana, Colmenar y Comares como núcleos más
importantes, y sobre el vacío embalse de la Viñuela. El mar y los valles
estaban cubiertos por esa neblina que produce la evaporación en los días sin
viento, y por encima de la neblina teníamos todas las crestas nítidas.
Entramos
en el valle del barranco de las Adelfas. En él tuvimos la grata sorpresa de que
la senda, hasta aquí sin cuidado alguno desde hace años, estaba limpia. En la
zona del Matorral habían cortado la carrasca y coscoja rastrera dejando la
senda expedita aunque con muchos restos de ramas de esa roza. Desde el
Descansadero Altero hacia el collado del Aguadero también la senda estaba libre
de maleza cuando antes había trozos que el matorral de encinar casi la borraba.
Desde
la paradita del cerrillo del Mosquito la caminata fue continua hasta encima del
collado del Aguadero donde nos reagrupamos y echamos un ratito contemplando el
cortijo del Alcázar con su bosque circundante.
La
siguiente parada la hicimos a pocos metros de La Torrecilla, en un carasol con
excelentes vistas al oeste y, aunque era temprano, aprovechamos para tomar el
Ángelus. Fruta, dátiles y frutos secos, lo normal, más unas láminas de fruta
desecada que trajeron Nori y Luis. Ellos siempre ponen el punto exótico,
novedoso, igual con la fruta desecada que con los ya tradicionales caramelitos
japoneses.
En
el Mojón de la Torrecilla, nueva parada. El panorama hacia el sur, hacia la
Axarquía, lo merecía. Y de ese precioso panorama seguimos disfrutando por la
cresta de la Torrecilla.
Íbamos
con la intención de llegar hasta el puerto del Pico, mal llamado Proa del
Barco, pero por encima de donde el barranco de los Polvijeros cambia de nombre
a Barranco Hondo, vimos una sendilla por la Colada del puerto del Pico. Nos
picó la curiosidad y allá que bajamos a investigarla porque esa sendilla iba,
más o menos, a la parte alta del collado de la Zorra en la ruta Canillas de
Aceituno-Cueva de los Carneros-La Fájara. Además llevábamos todo el tiempo
caminando por senda y sabida es nuestra tendencia a la exploración y al monte a
través. Bajamos al barranco de los Polvijeros y más mal que bien nos adentramos
en la ladera. La senda que habíamos divisado desde arriba desapareció cuando
nos aproximamos a la zona. El paso para dar vistas a la zona sur de la loma
estaba complicado por los roquedos y por la pendiente, así que dimos por
terminada la exploración. Quizá, si lo intentamos otra vez, habría que dejar un
vigía en la senda por la parte alta del barranco de los Polvijeros, desde donde
se ve bien la sendilla, para que fuese guiando a los exploradores.
Volvimos
sobre nuestros pasos para ir a la majada de los Pradillos. Pasamos por una
antigua cabañita entre unos roquedos y luego fuimos llaneando demasiado abajo.
Tuvimos que subir por la ladera del barranco de los Pradillos hasta la majada.
Seguramente esta es la majada más bonita de la sierra, con su cabañita para el
pastor que algunos hemos conocido habitada, el enlosado corral para las cabras,
otra cabañita aledaña, y unos extraños asientos con lajas horizontales que no
adivinamos su uso.
Como
era temprano para comer nos acercamos al collado del Aguadero, donde el
arroyillo llevaba un hilillo de agua que se difuminaba luego en el lastonar
inferior. Un rebaño de cabras con algunos hermosos machos nos alegraron ese
ratito.
Sobre
las losas del corral de la majada sacamos las viandas y comenzó el ágape. Chacina,
edamame y ensalada de aguacate para abrir boca con unas cervecitas. Luego
alcachofas, tortillas, revuelto, albóndigas, carnes en su jugo, con ajos y con
tomate y más cosas que no recuerdo. De postre huevos nevados de Montejaque y
turrón. Vinos de Somontano, Cariñena y Manchuela. Orujos de Navarra y de una
firma comercial para suplir la ausencia de Manolo.
Estamos
convencidos que si saliéramos a la montaña todos los días engordaríamos con
estas comilonas. Victoria, especialmente, trae comida para diez y ella come
como un pajarito. Hoy, sin ir más lejos, ha traído alcachofas, carne y huevos
nevados, pero además cantidad de todo. Con lo que ha traído ella tiene para una
semana.
Para
el regreso tomamos la senda que sale de la majada, senda que desaparece un
trecho más adelante. Campo a través llegamos a la cabañita entre roquedos y a
la senda en el collado de la Torrecilla.
Regreso
por la senda de subida hasta debajo del collado del cerro del Mosquito donde,
para variar, tomamos la senda a Carrión. Paramos un poquito en el mirador de la
Glorieta y desembocamos en el carril de Carrión desde donde tomamos la senda
que termina en el colegio público de Alcaucín.
Por
llegar antes al cementerio nos metimos por una sendita que va prácticamente a
nivel desde al lado del colegio, pero esa senda estaba cortada por una
alambrada que nos hizo regresar y callejear con bajadas y subidas por el pueblo,
para llegar ya entre dos luces a los coches.
Muy
buen comienzo ha tenido 2020.
La Axarquía y Santon Pitar desde la loma de la cueva del Moro
Antonio, Mª Victoria y Nori
Los vinos
Nombres de los caminantes en japonés
Los artísticos mojones de Antonio
Mojón de la Torrecilla y sierras al oeste
En el Cerro del Mosquito
Antonio en el Collado del Aguadero
Ángelus cerca del mojón de la Torrecilla
Contraluz en el Mojón de la Torrecilla
Por la cresta de la Torrecilla
Cabras en los Pradillos
Alcaucín al atardecer
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