Participantes:
Luis, Enrique, Miguel, Antonio de Fornes, Antonio Usieto y Jesús
Distancia
recorrida: 19,3 km
Desnivel
acumulado: 985 m
Partimos
de Molvízar por el paseíto a lo largo del río. En un determinado punto el paseo
asciende, nosotros lo dejamos, fuimos por el cauce del río y lo retomamos más
adelante. No vale la pena bajar al cauce que está resbaladizo, vale más subir
con el paseíto hasta el final.
Subimos
por la conocida pista del cementerio. Está hormigonada casi hasta el encuentro
con la pista por el pie de la sierra. En ese cruce tomamos la senda que va por
encima de la pista. Digamos que aquí se termina el trayecto de acercamiento a
la sierra que no es especialmente llamativo.
La senda va casi llana, con buen piso, limpia.
En ella se empieza a disfrutar de los tajos sobre nuestras cabezas y del
matorral de la sierra. Lástima que un incendio se llevase el pinar.
Dejamos
la senda por el pie de la sierra para subir al mirador del Barranco del Búho.
En él, un cartel totalmente descolorido informa de los cerros de Vázquez, cerca
de Torrenueva, Espartinas, ahí abajo y la loma de la Cera, por donde atraviesa
la sierra el túnel de Ítrabo en la autovía.
Enfilamos
luego el barranco del Búho, también con muy buena senda, sujeta por albarradas.
Usieto tomó la cabeza y con paso firme y tranquilo nos subió a la cresta,
parada obligatoria para contemplar al norte el valle de las Guájares y la
Sierra Nevada, hoy con poquísima nieve.
En
la cresta, mirando al sur, nos detuvimos al Ángelus. Continuamos disfrutando de
las maravillosas vistas que ofrece esta senda, trazada por la cresta de la
sierra, tanto al sur como al norte.
En
el cruce sobre el Minchar Alto decidimos seguir al frente. Se acabó la bien
trazada senda. Apechugamos con la subida al cerro de enfrente por una senda de
montañero directa a la cumbre. Luego continuamos llaneando para entrar en las
pizarras con viñas y al llegar al primer cortijo tomamos el carril que nos
llevaría a la Guindalera, entre casitas de recreo, casi todas muy poco
utilizadas, con nombres tan curiosos como “El capricho de papá”.
Poco
nos detuvimos en el cerro de la Guindalera. Si hubiera estado abierta la cerca
de la casita que encierra el vértice geodésico, hubiéramos entrado a ella,
porque el dueño lo permite y se enorgullece de mostrar los menhires, dólmenes y
mesas de piedra que ha instalado allí en lo alto.
Bajamos
al puerto de la Guindalera entre viñas añosas aún sin podar y tomamos la pista
al sur. Más abajo la pista se divide. Dejamos la que baja al área recreativa en
el barranco de Ítrabo, y tomamos a la izquierda, hacia Ítrabo y Molvízar. En la
cresta al barranco del Pueblo aprovechamos un mirador para almorzar.
En
una mesa al sol, con los bancos de piedra separados inexplicablemente de la
mesa, sacamos las viandas y comenzamos con suaves gambitas, fuerte chacina y
aromática ensalada de aguacate. Tortilla de espinacas con pasas y carnes
variadas, de pollo, de pavo y de conejo, una con verduras, otra con champiñón.
Queso delicioso de final. Para beber cervezas y vinos de Fornes, Toledo y
Ribera, el primero blanco fresquito, ideal para las gambas. Tés, orujo y
bombones. Todo bañado por el dulce sol de enero, sin viento, y con una vista
estupenda a Molvízar, Salobreña y al mar. ¿Qué más se puede pedir?
Recorrimos
el tramo de pista que restaba para entrar en al parte alta de Molvízar. En el
trayecto, un molviceño nos explicó que en los alrededores del barranco del
Pueblo quedan algunos restos prehistóricos y romanos, dudosos éstos a juzgar
por el emplazamiento.
Unos
refrescos en la plaza al lado de la iglesia y vuelta a los coches. Excelente
día.
Queda
por investigar una senda que desde el barranco del Pueblo sube hacia la
Guindalera, como posibilidad de cerrar la caminata circular cambiando pista por
senda. Para otro día.
En la senda al pie de la sierra
Atacando el Barranco del Búho
Agujero en la senda del Barranco del Búho
En la ventana de la cresta de la sierra
En la zona de pizarras
Viñedos y cresta
Los vinos y cervezas
En la mesa del mirador
Molvízar
Jureles puestos a secar en Molvízar
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