Participantes: 13
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Paco P., Jesús R., PIlar, Antonio,
Paco R., Fini, Manu, Luci, Manuel D., Lili,
Lucía, Jesús C. y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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15,7 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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600 metros
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Altura mínima: (1.187 m – Bco. de las Tejoneras)
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Altura máxima: (1.657 m – Cerro de los Pollos)
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Tipo de recorrido:
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Una doble circular con un tramo de
ida y vuelta
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Tipo de camino:
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Veredas y carriles y algún tramo
campo a través.
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Desayuno
en la gasolinera de Beas. Buen pan con aceite, buen servicio, a 2,5€.
Bienvenida
Lili. Buena compañera y buena caminante. Encantados de tenerte en el grupo de
la Vinoteca.
La
sierra de Huétor siempre nos depara un montón de sorpresas agradables. Esta vez
también, a pesar de que ya hemos andado por ella en muchas ocasiones.Partimos
del puerto de la Mora, en la antigua carretera a Guadix, justo donde principia
la pista a la casa forestal de Los Peñoncillos. A 50 m de la carretera comienza
el sendero de la Cañada del Sereno, bien señalizado, por una vereda amplia,
limpia, con buen piso, inmejorable.Allí
mismo, en los alrededores de los coches, tuvimos la primera sorpresa del día:
unos pie azul nos estaban esperando.
La
senda va subiendo muy suavemente mientras rodea la loma del Toril, pasando por
el barranco y cortijo de Los Corrales para llegar a un mirador a Sierra Nevada
con su banco de piedra. La Sierra Nevada estaba bellísima, como en sus mejores
momentos, blanca, impoluta, refulgiendo bajo el sol, adornada con alguna
nubecilla a modo de corona, mostrándonos sus cumbres mayores desde el Veleta al
Picón de Jérez. Más cerca, dentro ya de la sierra de Huétor, el cerro de Los
Cazadores que en realidad son varias cumbres formando una pequeña sierrecilla,
cubierto de pinos; debajo la umbría de Bolones, y entre la Umbría y nuestro
mirador el valle del Barranco de las Tejoneras. Todo lo que alcanza la vista es
un precioso pinar, con un verde brillante, salpicado de algunas notas amarillas
de los chopos, en una mañana serena, sin viento, sin nubes, templadita, ideal
para caminar.
La
vereda va por pinar de pino carrasco y resinero, perfectamente construida,
sujeta con jorfes en el talud, con la misma tónica del principio: llanear o
subir muy suavemente. Caminar por ella es una delicia porque propicia la
conversación entre los grupitos que habitualmente se suelen formar en las
caminatas.
Atravesamos
el barranco de Los Cajeros, fuimos paralelos al barranco de la Cueva de los
Mármoles, para cruzarlo y llegar a otro mirador, esta vez dando vistas al
norte, hacia el cerro del Corzo con su caseta de vigilancia, hacia el peñón de
la Mata, al cerro del Esparto, sierra de la Yedra, cerro de la Fuente Fría,
cerro Maúllo, y debajo La Veguilla que es donde principia el Darro como
conjunción de los barrancos de las Tejoneras, Cueva de los Mármoles y
Polvorite.
La umbría de Polvorite es un precioso bosque
de pino silvestre, encina, quejigo, con sotobosque de coscoja, oxicedro,
romero, aulaga, etc. Nosotros la cruzamos, con algunas paraditas porque
encontramos negrillas, esas setas pequeñitas que, dada su pequeñez, son
costosas de coger; además tenían predilección por salir debajo de los rosales
para dificultar aún más la recolección. Cuando la senda se divide dejamos la
del frente que termina poco más allá, y tomamos a la izquierda para bajar a
cruzar el barrancoPolvorite y encontrar allí la pista. Ascendimos por la pista
hasta el collado del Cigarrón donde tomamos un carril a la derecha que sigue el
valle del Polvorite.
En
un carasol pedregoso paramos al Ángelus con tan buena fortuna que estaba
repleto de champiñones. Entre el lastón, debajo de las matas, había nidadas de
champiñones esperándonos. Luci se volvía loca cortándolos; tomó el Ángelus de
prisa y volvió a la carga. Y encontró más. No contenta con eso siguió buscando
y dio con un buen rodal de pie azul. Todo un éxito micológico el lugar del
Ángelus.
Continuamos
por el carrilillo hasta el nacimiento del barranco Polvorite, donde lo dejamos
para tomar la senda al oeste que sube al cerro de los Pollos. En la subida
paramos en un lugar donde se abría el pinar dejando a la vista toda la blanca
inmensidad de Sierra Nevada. Una panorámica extraordinaria. Fotos y más fotos a
contraluz del sol. Todos queríamos tener ese fondo de foto como recuerdo.
En
el cerro de los Pollos nueva sesión de fotos porque el lugar, despejado, con
farallones rocosos, sobre la verde sierra de Huétor y con la Sierra Nevada
detrás, lo merecía.
Antonio
nos sacó del cerro bajando por la cresta, al oeste, con vueltas y revueltas
para evitar los pedregales y la vegetación. Poco a poco, con alguna vuelta
atrás, fuimos progresando entre el encinar y la maleza hasta dar con la senda
ya recorrida, casi donde esa senda cruza el barranco de la Cueva del Mármol.
Esa
cueva era nuestro próximo objetivo y a ella llegamos cruzando el fenomenal
pinar del valle del barranco. La cueva es bastante profunda, con algunas
estalagmitas a modo de pilares, ennegrecida por el humo de las fogatas delos
pastores. Bonita. Merece una visita.
Bajamos
a comer a un sol y sombra en el barranco de la Cueva del Mármol. Una comida
pantagruélica, como siempre: chacina de aperitivo, ensaladas variadas, un
montón de tortillas diversas, carnes de pollo y de cerdo…en fin, comida para
dos días. Pero vino no, dos solitarias botellitas de vino para un grupo de 13
personas. Si seguimos así le tenemos que cambiar de nombre al grupo, en vez de
Vinoteca pasaremos a Tetera, o algo así, porque teníamos tres tipos de té.
Claro, con tan poco vino hubo que estirarlo para que llegase al queso, rico por
cierto. De postre bizcocho de coco con lima. Nos lo comimos con gusto, aunque
no fue la mejor creación de Jerónimo.
Mientras
comíamos Jesús R. se puso a caminar por el pinar y vino con un puñado de
negrillas, las mejores de todo el día con mucho. Se animó y encontró muchas
más. Lucí no pudo resistir al señuelo de las setas, fue a buscar y también
trajo un gran puñado. Todo negrillas de grandes, hermosas, frescas. Así, un par
de buenos buscadores cogieron setas para todos mientras estábamos sentados de
sobremesa.
Salimos
hacia el barranco de Polvorite donde encontramos la pista, cerca de la Fuente
de la Teja, antigua área recreativa, con un par de fuentes que manaban
abundantemente. Este punto es, para algunos, el nacimiento del Darro.
La
pista va luego a buscar el valle de las Tejoneras y por él regresamos al punto
de partida.
Día
excelente, casi primaveral, por un entorno idílico. La sierra de Huétor es un
tesoro.
Mapa de la ruta
Cortijo de los Corrales
Vereda entre pinos y monte bajo
Vistas hacia el Bco. de las Tejoneras
Una vereda bien marcada con pequeñas subidas y bajadas
Vistas de las sierras hacia el norte
Por la Umbría de Polvorite
Pino de seis ramas
Macrolepiota procera - Parasol
Grupo con Sª Nevada al fondo
El Veleta helado
Tajos calizos
Subiendo al Cerro de los Pollos
Algunos subiendo a la cima
Panorámica desde el Cerro de los Pollos
Por vereíllas de cabra
De nuevo damos vistas a la Sierra Nevada
Las mujeres en el mirador
Cueva de los Mármoles
Vinos
De vuelta junto a la Casa forestal de Los Peñoncillos
Me apunto, estaré en la gsdolinera de Nerja
ResponderEliminarMe apunto.
ResponderEliminarJ. Rodríguez, Pilar y Paco Ponfe vamos.
ResponderEliminarMe apunto. Estaré en la plaza de la Axarquía a las 7
ResponderEliminarNos apuntamos Manu y yo
ResponderEliminarYo también voy.
ResponderEliminarMe podéis recoger en la gasolinera de Algarrobo a las 7.10?
Hola Lily amiga de Luci también va
ResponderEliminarVoy. Paco, ¿me recoges en la rotonda del Pantano del Aguajero a las siete menos cinco?
ResponderEliminarSí Jero. Allí estaré.
EliminarComo vienen 6 de Torre,en la furgo, yo me voy con mi coche directamente
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