miércoles, 20 de noviembre de 2019

23 de noviembre: Marbella - Tajos Negros - Ojén


Participantes: 8
Paco P., Rafa R., Paco R., Tere,  Manuel D., Jesús C., Paco Z.  y Jerónimo
Distancia recorrida:
20,3  kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.370 metros
Altura mínima: (140 m – Cementerio de Marbella)
Altura máxima: (1.092 m – Tajos Negros)
Tipo de recorrido:
Circular
Tipo de camino:
Veredas principalmente aunque también algún tramo de carril y otro de carretera .

Desayuno en La Esquinita, en Fuengirola. Muy bien, con excelente atención, rebanadas con ajo aceite y tomate. A 3€.
 
Aparcamos en el cementerio de Marbella. Jerónimo nos explicó que la ruta era un poquito de sube y baja hasta Ojén, luego la senda conocida al Juanar, subir al Tajo Negro y ya bajar todo el tiempo por Puerto Rico. Decidimos hacerla en ese sentido para después del almuerzo tener todo bajada.
Justo a la entrada al camino de Puerto Rico, a la derecha, sale un carrilillo con indicación a Ojén, el carril por donde sacaban el mineral de magnetita (óxido ferroso-férrico) desde la mina del Peñoncillo; en él quedan aún algunas rocas negras de magnetita, muy pesadas.
Se camina por encima de la carretera a Ojén hasta un cruce donde hay que tomar a la izquierda por un empinado carrilillo sin uso, descarnado por las aguas. Echábamos la vista adelante y el carrilillo seguía empinado. Comenzamos a quitarnos capas porque el viento no daba y en cambio el sol se empezaba a notar. Y la cuesta seguía. Pensamos que este era el comienzo del sube y baja anunciado por Jerónimo. No nos lo habíamos imaginado tan empinado cuando él, al explicarlo en el cementerio, hacía un gesto con la mano hacia arriba y abajo, como sinuoso. De sinuoso nada, empinadísima esta primera cuesta.
Cuando termina la cuestecilla, la senda se divide, yendo ambas a la Gran Senda de Málaga, la de la izquierda más hacia el puerto del Acebuche, la de la derecha, la nuestra, más hacia Ojén.
Hasta la Gran Senda el sube y baja de Jerónimo se había quedado en la primera parte, en el sube. Y así continuó hasta un puertecillo sobre el enorme explanada de la mina del Peñoncillo. Pasamos a caminar llevando a la derecha una alambrada sobre la mina y el antiguo basurero. La Gran Senda aquí es una sendilla estrecha, casi sin huella, llena de pedruscos. Se han limitado a pintar la doble raya roja y blanca por una senda de montañero, no tradicional, con unas subidas y bajadas empinadísimas, por la linde entre el monte público y las parcelas privadas.
Al dar la vuelta a una loma apareció el blanquísimo Ojén enfrente. Nos avisó Jerónimo que no nos hiciéramos ilusiones, que la senda daba un montón de trechas y que teníamos aún una hora larga. Con esa perspectiva seguimos subiendo, cabizbajos, por la zona de Los Columpios, para pasar un par de cañadas, sin agua. Más adelante se comenzó a oír ruido de agua. Era el arroyo de Tajo Negro, con un abrevadero junto a él, y una fuentecilla que nos sirvió para echar un trago.
En la antena que llevábamos viendo un ratazo antes comenzó un carrilito que cruza la carretera por debajo, pasa por la zona deportiva y va a Ojén. Nosotros dejamos esa pista por una veredilla después de la zona deportiva. En su comienzo paramos al Ángelus en un carasol. Ángelus cortito. Enseguida Jerónimo se puso en pie porque íbamos con retraso según su horario.
La senda lleva al carril que rodea las huertas de la parte alta de Ojén, donde tomamos la senda a la Ermita, pasando por el largo, oscuro, ventoso y frío túnel debajo de la carretera. La senda a la Ermita, estupenda, limpia, subiendo con suavidad, bajo los pinos carrascos con algunos tremendos ejemplares de pino resinero. Y la Ermita con más santos, vírgenes, jarrones, flores y porquerías que nunca.
Antes de las 2 estábamos en el puertecillo del olivar del Juanar. Nos dividimos. Unos fueron al puerto de Marbella por la suave pista y otros tuvimos la mala idea de ir al Tajo Negro. La senda al Tajo Negro comienza perfecta, casi llana, entre el bosque, con preciosas vistas a Ojén y al este. Luego se hace más pedregosa y finalmente gira al oeste para atacar el cerro del Tajo Negro. La subida, a algunos, se nos hizo eterna porque íbamos justitos de fuerzas, el viento soplaba de lo lindo y el repecho era fortísimo.
Llegamos más mal que bien, y continuamos enseguida cresta adelante porque el viento nos llevaba. Aún quedaba otro segundo cerrillo al que había que trepar y después la interminable bajada al puerto de Marbella. La parte este del Tajo Negro es un tremendo tajo, precioso.
El grupito que sabiamente había elegido la pista nos esperaba para almorzar en el mirador del Puerto de Marbella. Y debajo del mirador nos sentamos, no tan sabiamente, porque tuvimos un rosario de gente gritando y haciéndose fotos sobre nuestras cabezas. En plena comida vinieron unas fuertes rachas de viento, cargaditas de arena, que nos llenó de arena todos las fiambreras abiertas además de a nosotros mismos. El ágape fue pues, de ricasaceitunas caseras, chacina, lomo en manteca, tres variedades de tortilla, ensaladilla de judías verdes, albóndigas, carne con tomate y lomo al ajillo, todo riquísimo… pero con arena. Sabrosos quesos, especialmente el camembert, vinos de Ribera, Rioja y Bierzo, y de postre una exquisita tarta de queso con chocolate que pasamos con tres tipos de té y unos orujos variados.
Lo que quedaba era la parte más fácil del día, por la senda, muy buena y amplia, y porque era todo descenso. Pasamos por Puerto Rico Alto, al lado del enorme roquedo de travertino que separa Puerto Rico Alto del Bajo, por las casas de Puerto Rico Bajo y ya anocheciendo llegamos al cementerio de Marbella. Por debajo de Puerto Rico Bajo una manada de jabalíes pequeños estuvo un buen rato allí a nuestro lado, quizá esperando algo de comida que no les llegó.

Día muy bueno, con sol, después del día lluvioso de ayer, con mucho viento en las crestas de Tajo Negro y en el mirador-restaurante. Un poco larga la subida al Tajo Negro.

    
Mapa de la ruta
 
Subiendo por el pinar desde el carril de las Casas de las Minas
 
Marbella de fondo
 
Atravesando unas de las manchas de pinar que jalonan este tramo
 
Con Ojén al fondo, cerca pero lejos
 
Una fuente con un enorme pilar
 
Cruzando una nueva cañada
 
Ojén
 
Setas -
 
Camino de los Tajos Negros con el Cerro Nicolás a la derecha
 
Subida, Ojén, la Alpujata, Sierra de Mijas, Fuengirola y el Mediterráneo
 
Encarando los últimos repechos
 
En la cima más alta de los Tajos Negros
 
Recorriendo la cresta que une las dos cumbres de los Tajos Negros
 
La grieta bajo la otra cumbre
 
Paso entre mármoles sacaroideos
 
Vino y... ¡milagro! vino el vino
 
El Peñón enmarcado en las crestas de Sª Blanca
 
En el nacimiento de Pto. Rico Alto
 
Travertino de Pto. Rico
 
Fruto de la zarzaparrilla
 
Nuestra compañía en Pto. Rico Bajo

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