Distancia
recorrida: 16,8 km
Desnivel
acumulado: 1100 m
Una
calurosa bienvenida de la Vinoteca para nuestros amigos granadinos: Jorge, Bea,
Augusto y Charo; y a Manolo.
Las
previsiones del tiempo eran malas: lluvia a partir de las 11 y frío desde por
la mañana. Como para no salir. Pero el que se siente montañero va a sus
caminatas bastante independientemente del tiempo. Y allá que fuimos.
Nos
juntamos en La Alcaicería y de allí al Robledal Alto. Toda la explanada que
solemos emplear para aparcamiento estaba llena d ramas y troncos, tractores y
camiones. Estaban realizando una buena entresaca de pinos y cedros, y esa zona
era el lugar de acopio de la madera. Aparcamos detrás, al lado del área de
acampada, y de allí comenzamos por el carril a los Barracones entre árboles
caídos, ruido de motosierras, y mulos y caballos acarreando troncos.
Comenzábamos
con tiempo agradable, frío pero sin viento, y poco nuboso. Pasamos por los
corrales de Martín, por el Contadero, y en el cerro de los Pilones paramos a
recuperar el resuello y a contemplar el panorama. Arriba, por el pico de la
Tejeda, comenzaba a nublarse. Por los collados de Rojas ya la niebla había
cubierto las cumbres desde la Lobera hacia arriba y el frío se dejaba sentir.
Con el acicate del frío subimos con rapidez por el Salto del Caballo y en la
Lobera comentamos si meternos en la niebla y seguir, a sabiendas de que no
tendríamos visibilidad alguna, o volver. Decidimos seguir. ¿Quién dijo miedo?
Claro,
perdimos las preciosas vistas de Tajo Volaero y agrupados para no despistarnos,
entre la niebla, llegamos al monolito del Pico de la Tejeda un poco antes de
las 12. Estábamos a - 4,4ºC. Las fotos de rigor junto al monolito, una visita
rápida a la sima de la Maroma y vuelta por donde habíamos venido con algunos
copitos de vez en cuando.
Antes
de llegar a la Lobera decidimos visitar la Tacita de Plata pues Manolo fue el
albañil que la preparó junto con Pedro Aguilar. Nos explicó la obra y el
esfuerzo de subir hasta allí cargado con los materiales y las herramientas.
Volviendo de la Tacita comenzó a nevar con rasmia. Eran unos copos esféricos,
novedosos para todos. Parece que se forman por acreción al tocar un copo
gotitas de agua sobreenfriadas. La nevada fue a más mientras bajábamos por el
Salto del Caballo, cubrió todo el suelo rápidamente y en ese entorno frío,
silencioso, con el repiqueteo de los copos en el impermeable y el crujir de la
nieve bajo las botas, nos sentimos dichosos de disfrutar una más de las
maravillas de la Naturaleza.
Antes
de los corrales de Martín dejó de nevar, salió el sol y con él llegamos hasta
los coches que tenían también su capita de nieve.
Y
con los coches a Alcaucín, a casa de Pedro, donde nos esperaban hacía rato
Pedro, Paco, Antonio de Fornes, Miguel y María Jesús. Preparamos los
aperitivos, se sirvieron las migas, se abrieron cervezas y vinos, todo en un
ambiente estupendo de camaradería. Las migas se acompañaron de ensalada cateta,
jamón, gambas, morcilla, ajo bacalao, tomate, aguacate, pan casero de Antonio…,
y quizá alguna cosa más. Con ese ambiente la candela ni se necesitaba, aunque
allí seguía crepitando.
Estas
reuniones son germen de otras. Y así paso. Jorge anunció que tenía preparada
una rutita por las acequias entre Mecina y Yegen con parada posterior en su
casa. Tomamos buena nota y con ese señuelo en perspectiva nos dimos un abrazo y
cada mochuelo a su olivo.
Debajo del Contadero
El grupo en el Cerro de los Pilones
En el Collado de Rojas
Hacia el Collado Loberas
En el Pico de la Tejeda -4ºC
Nieva bajando de La Lobera
Por la senda bajo en Salto del Caballo
Sigue nevando
Por el pinar nevado
En los Corrales de Martín con sol
Preparando el ágape en casa de Pedro
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