Participantes: 11
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Antonio, Fini, Ana, Paco R., Enrique,
Antonio Usieto, Carlos, Manuel D., Jesús, Ricardo y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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15,5 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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1.160 metros
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Altura mínima: 930 m – Área Recreativa Río Dílar)
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Altura máxima: (1.860 m – Corazón de la Sandía)
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Tipo de recorrido:
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Circular, con un tramo lineal de
ida y vuelta
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Tipo de camino:
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Veredas , tramos de carril y el
cauce seco y arenoso de las ramblas.
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Iniciamos
el recorrido en el área recreativa del Toril, con el cielo sin una nube después
de una semana de lluvias, sin viento y con temperatura fresquita, 4°C. La
cuestecilla para salvar la casa forestal y albergue del Toril nos quitó el
frío. Aún así, en la pista, recibimos el sol con agrado.
Dejamos
la pista para entrar en la rambla Montellano. Para salir de ella hacia
Montellano dejamos la rambla en un barranquillo anticipadamente. Subimos monte
a través por una empinadísima ladera, poniendo a prueba toda nuestra energía y
añorando la sendita que por el barranquillo siguiente nos hubiera subido con
muchísimo menos esfuerzo. Las equivocaciones se pagan.
Claro,
después de esa subida tan trabajosa, la sendita por las Espaldas de los Alayos,
entre los barrancos Montellano y Poca Leña, nos pareció una delicia. Con ella
ascendimos al collado de Picacho Alto disfrutando de las vistas sobre la
llanura de Dílar y su entorno.
El
momento de coronar el collado es único, inolvidable. Después de haber llevado
la ladera delante de las narices durante toda la subida, el panorama se abre
apareciendo toda la parte alta de la inmensa cordillera completamente blanca,
bajo el cielo azul. Una vez repuestos de la visión se le puede prestar atención
al panorama más cercano, al Trevenque, a Cerro Hueco, al Corazón de la Sandía,
y a los innumerables agujas rocosas que sobresalen de crestas y laderas. Los
galayos, que por deformación han dado lugar a los Alayos.
La
subida a Picacho Alto es empinada, pero con las vistas tan bonitas se hace sin
sentir. En lo alto del Picacho la panorámica es de las mejores de la sierra,
tanto hacia las altas cumbres como hacia la llanura. ¿Qué mejor sitio para
hacer la paradita del Ángelus?
Por
no bajar a buscar la senda a Rambla Seca decidimos continuar por la cresta, un
camino que se demostró bastante más trabajoso y difícil que la senda. La misma
bajada desde Picacho Alto es complicadita; hay que poner pies y manos y los
cinco sentidos. Después comienza un sube y baja incesante hasta el collado de
Rambla Seca donde la senda nos hubiera traído.
En
la subida hacia el este, hacia el Corazón de la Sandía, se tiene a la derecha
el barranco de Prado Seco, uno de los más erosionados de los Alayos, con la
roca completamente fracturada, cascamajada.
Al
roquedo del Corazón de la Sandía subimos todos, incluso Enrique quien había
decidido esperar abajo. En la cima hubo una buena sesión de fotos en esa mañana
tan despejada y tranquila.
Paramos
a comer en un carasol bastante llano en el collado de Rambla Seca. Usieto no
quiso oficiar de metre como hace los miércoles y pasó lo de siempre, fiambreras
de un lado para otro sin orden ni concierto. Jamoncito del bueno, chorizo y
cecina se unieron con la tortilla de espárragos, croquetas, conejo, pollo en
dos preparaciones, pavo picantón, albóndigas y pescado seco, en un revoltijo
que aunque no quita sabor, no guarda las formas de la buena cocina. Lo único
que se respeta por ahora es el queso al final, con francés oloroso, y cabra, tomados
con la última copita de vino. Para rematar dulces y orujos. Muy buen almuerzo
aunque desorganizado. No tenemos remedio.
Al
bajar a Rambla Seca nos metimos en la umbría, y sin la caricia del sol la
gayuba guardaba aún la escarcha de la noche. Hubo que abrigarse porque estábamos
a 3,5°C.
La
Rambla Seca, tan bonita y fascinante como siempre. Suave, cómoda, agradable,
con esos farallones pétreos que la constriñen y la inmensa Boca de la Pesca
cerrando la vista. Gracias al puentecillo cruzamos sobre el Dílar y por el
carril terminamos en los coches.
Los
Alayos ofrecen una de las excursiones más bonitas y variadas.
Mapa de la ruta
Alamedas junto al Área Recreativa
La Boca de la Pescá
Buscando una salida
Senda arriba
Dílar y la niebla
Subiendo por las Espaldas de los Alayos
El collado nos abre las vistas
Camino del Picacho Alto
Una parada y una foto más
Crestas de dolomías muy descompuestas
La sombra a finales de noviembre es alargada
Los Alayos y el Veleta
Una buena capa de nieve
Panorámica de los Alayos y los tresmiles occidentales
Bajando del Picacho Alto
Una nube sobre la Boca de la Pescá
Cresteo
Pináculos con formas curiosas
Recorriendo crestas y laderas de blancas dolomías
Cerros tras cerros hasta llegar a Granada
Los Castillejos y las cumbres nevadas
Castillejos y Veleta
Los Gallos y El Caballo
Un cerrete con vistas
Más cerca de saborear
el Corazón de la Sandía
Entre pared y pared, el Trevenque
Algunos ya se encaraman roca arriba
en el nido de águilas del Corazón de la Sandía
Grupo en la cima
La bajada
Verticalidad
Sendero de vuelta
El blanco Caballo
Una foto para la despedida
Decididamente hacia abajo
Buscando restaurante
Vinos y espinas
Por Rambla Seca
Serenidad
Otoño en el Río Dílar
Atardece en Sª Nevada
Me apunto.
ResponderEliminarMe apunto. Jerónimo, ya me dices.
ResponderEliminarMe apunto, estare en la gasolinera de Nerja
ResponderEliminarVoy.
ResponderEliminarAna, a las siete menos cuarto donde siempre.
Ok Jerónimo.
ResponderEliminarPues a los Alayos. A las 7 estaré en la plaza
ResponderEliminarVoooy. Estaré en la plaza
ResponderEliminarMe apunto al madrugón de los Alayos Enrique
ResponderEliminarAntonio Usieto también viene. Necesitaremos los coches de Paco y Carlos
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminaroK
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