martes, 13 de noviembre de 2018

17 de noviembre: Circular Cortijo de los Hornillos - Vereda de la Estrella


Participantes: 15
Paco P., Pilar, Jesús R., Antonio, Fini, Ana, Paco R., Tere, Carlos, Luci, Manuel D., Jesús, Miguel S., Ricardo  y Jerónimo
Distancia recorrida:
17,3  kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
850 metros
Altura mínima: (1.150 m – Vegueta del Caracol)
Altura máxima: (1.846 m – Por los Cortijos del Hornillo)
Tipo de recorrido:
Circular
Tipo de camino:
Veredas


Desayuno en Güéjar Sierra. Estaba cerrada la cafetería habitual en la plaza. Unos desayunaron en el bar del rincón de la plaza y otros en la cafetería del hotel Juan Francisco, en la cuesta desde donde solemos aparcar a la plaza. En la cafetería del hotel, café y unas tostadas enormes, 3€. Hay que pedir medias tostadas. Cafetería y servicios muy limpios. Una buena opción.
Desde Güéjar, camino de la Vegueta del Caracol, la zona del Castañar de Güéjar estaba preciosa con los castaños y cerezos vestidos de rojo y amarillo. Al llegar a la Vegueta casi no había dónde aparcar. ¡Qué barbaridad de coches! Todos habíamos elegido la vereda de la Estrella este sábado. 
El Genil bajaba pletórico, ¡qué velocidad!, ¡qué fuerza!, imposible no pararse en el puente para sacar unas fotos. Nos metimos en la Vereda, en la procesión de gente iniciando la caminata, charlando con los menos habituales: Ana, Miguel, Antonio y Fini. Al tomar el desvío a la Hortichuela nos quedamos solos, más tranquilos, para seguir la senda a nuestro ritmo, sin achuchones de los que van casi corriendo ni paradas de los más lentos. En la Hortichuela saludamos de lejos a los dos burros, sus habitantes habituales, y proseguimos al cruce con el carril que viene del Hotel del Duque, donde encontramos unas familias con jóvenes y un perrico. Por evitarlas seguimos sin detenernos a la senda hacia el cortijo del Hoyo. Vano intento. El perro y los jóvenes pasaban adelante y atrás correteando sin parar. Tuvimos que olvidarnos de ellos y seguir nuestra marcha.
El robledal estaba en su momento justo, con tantas hojas caídas como en el árbol, con su colores verdes y marrones. No se le puede pedir más cromatismo, pero las hojas seguían cayendo para alfombrar senda y robledal.
Al alcanzar la llanurilla del cortijo del Hoyo recibimos con alegría las cumbres nevadas desde la Justicia a Vacares, uniéndose a las vistas sobre las Herrerías que ya nos acompañaban en esa mañana soleada, cálida, sin viento.
En la umbría de la loma del Muerto la llana senda permite disfrutar a placer del paisaje, únicamente había que prestar atención a los manantialillos. El lluvioso otoño y las tempranas nieves han puesto agua y barro en todas las cañaditas y hondonadas. La de Hervía o de las Tormentas traía ya su buen chorro de agua anunciando lo que sería la tónica en adelante.
Bajamos a Cabañas Viejas cogiendo algún esporádico champiñón en las praderas. La vista sobre las cumbres se amplió a la Alcazaba y Mulhacén, y con ese espectáculo blanco de la nieve y azul del cielo hicimos el Ángelus en Cabañas Viejas, con el extraordinario de una torta de chicharrones de Güéjar. Antes de retomar el camino Antonio nos explicó un poco de la historia de esta finca y de los habitantes de Cabañas Viejas.
La senda entre Cabañas Viejas y el Hornillo es preciosa, quizá uno de los trozos con más encanto de Sierra Nevada, con ese robledal medio deshojado, con las hojas en el suelo, con las cumbres atisbadas a través del ramaje y con los rayos del sol filtrándose por el bosque. Claro, hicimos paradas continuas para sacar fotos en un vano intento de apresar esa belleza natural.
En el colladito sobre el Hornillo nos reagrupamos un poco para iniciar la bajada a las labores del cortijo Cazoletas. Manuel de Quéntar, amigo de Antonio, fue el último que trabajo estas tierras.
En el corral bajo de Cazoletas buscamos acomodo para comer en una antigua corraleta llana bajo un roquedo. Acomodar a 15 personas lleva tiempo hasta en el mejor restaurante, cuánto más si uno se ha de preparar las piedras del asiento.
Este grupo de los sábados no tiene remedio. En cuanto nos acomodamos empezamos a comer como descosidos sin esperar a terminar los necesarios prolegómenos de fotos de los vinos, de preparación de ensaladas, de tomar esas cervecitas frescas, etc. Las fiambreras circulaban también a diestro y siniestro sin orden ni concierto, en fin, un caos hasta que el hambre se calmó. Cuando viene Miguel los vinos toman un especial protagonismo. Comenzamos por uno excelente de Yecla, seguimos con otro de Méntrida, terminamos un tercero del Bierzo, el de Campo de Borja se quedó a mitad y no hubo lugar para el Ribera. Para los postres, Jerónimo había preparado una de sus ya tradicionales, tremendas, riquísimas tartas. Pili había traído un mechero y unas velas en forma de un 2 y un 7. Se pusieron los números encima de la tarta, se encendieron las velas, y se agasajó a Manolo en su 72 cumpleaños.
En la vereda de la Estrella los robles ceden el protagonismo a los árboles de ribera. Los arces y los fresnos estaban de amarillo, los cornicabras de rojo, los robles de marrón y las encinas de verde oscuro. Hasta los sauces tenían colores llamativos entre el verde y el amarillo. ¿Se puede pedir mayor colorido? Y ese paisaje con la blanca Alcazaba de fondo y el ruido del agua abajo en el Genil.
Con pena giramos en la curva del Viso dejando ya de ver las cumbres nevadas. Pero en este último tramo se unieron los castaños al bosque y la estrechez de la garganta de los Arrecifes al panorama, para componer aquí también estampas inolvidables.
A los Hornillos y a la Estrella hay que venir al menos una vez al año. En otoño es obligado.
    
Mapa de la ruta
 
Por el robledal, camino de la Hortichuela
 
Ganadería extensiva y montañera
 
Los Peñones de S. Francisco desde el Cortijo del Hoyo
 
Robledal de la Loma del Muerto
 
Vista a los tresmiles del Mojón Alto, la Justicia y el Cuervo
 
La Loma de Papeles desde las cercanías del Cortijo de Cabañas Viejas
 
Una pequeña lección de historia
 
El rocío de la mañana
 
Luces y sombras en el robledal
 
Parte del grupo
 
Nubes en el horizonte
 
Robles melojos
 
Vistas de los grandes tresmiles y del Cortijo del Hornillo
 
Cortijo del Hornillo
 
Unas vistas inmejorables
 
Comienza el descenso en busca de la Vereda de la Estrella
 
Pisando en blando
 
 
No de tan cerca
 
Desde las Cazoletas
 
Vinos y Barranco del Guarnón
 
Ya próximos a la Vereda de la Estrella
 
Bajo un roble melojo - Quercus pyrenaica
 
La Alcazaba
 
Vereda de la Estrella
 
Paleta de colores
 
Alto Valle del Genil
 
En un recodo del camino
 
Bosque mixto
 
 
Cada rincón ofrece una postal
 
Arce de Montpellier - Acer monspessulanum
 
 
Cornicabra - Pistacia terebinthus
 
Curva del Viso, hacia el Norte
 
La misma curva hacia el Sur
 
Buscando apoyo
 
Cada curva tiene una foto
 
Cornicabras en la Loma del Calvario
 
Hacer monspessulanum
 
Hojas de arce de Montpellier
 
Sorbus torminalis - Palosanto o mostajo
 
Loma del Muerto en su caída al Genil
 
En un arroyo lateral
 
Fresno - Fraxinus excelsior
 
Frutos y hojas de Sorbus torminalis
 
No se cansa uno de mirar
 
cada rincón, cada árbol, cada matiz de color
 
Castaño de la Terrera
 
Frutos del mostajo - Sorbus aria
 
Sorbus torminalis - De tormina (disentería) pues se utilizaba para la cura de esta enfermedad
 
Nos cuesta acabar el camino
 
 
Los Arrecifes
 
El río entre los árboles otoñales
 
Álamos en la Vegueta del Caracol
 
Río Genil

13 comentarios:

  1. Yo me apunto, esperaré en la gasolinera de Nerja el paso de la caravana de Torre

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  2. Me apunto. Jerónimo, ya me das indicaciones.

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  3. Me apunto. Jerónimo, ya me das indicaciones.

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  4. Paco, Jesús y Pili... Vamos

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  5. Vamos Tere y yo.
    Ana, a la siete menos veinticinco en el Higuerón.

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  6. Ok Jerónimo. Allí nos vemos.

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  7. Me apunto,he quedao con Paco Ponfe.
    Miguel Sanchez

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  8. Como siempre, Ricardo apuntándose a última hora. Carlos si quieres traer el coche yo os espero en la gasolinera de Nerja, si venis los 5 de Torre os pasais alguno a mi coche.

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