Participantes: 15
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Paco P., Pilar, Jesús R., Antonio,
Fini, Ana, Paco R., Tere, Carlos, Luci, Manuel D., Jesús, Miguel S., Ricardo y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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17,3 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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850 metros
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Altura mínima: (1.150 m – Vegueta del Caracol)
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Altura máxima: (1.846 m – Por los Cortijos del Hornillo)
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Tipo de recorrido:
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Circular
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Tipo de camino:
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Veredas
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Desayuno
en Güéjar Sierra. Estaba cerrada la cafetería habitual en la plaza. Unos
desayunaron en el bar del rincón de la plaza y otros en la cafetería del hotel
Juan Francisco, en la cuesta desde donde solemos aparcar a la plaza. En la
cafetería del hotel, café y unas tostadas enormes, 3€. Hay que pedir medias
tostadas. Cafetería y servicios muy limpios. Una buena opción.
Desde
Güéjar, camino de la Vegueta del Caracol, la zona del Castañar de Güéjar estaba
preciosa con los castaños y cerezos vestidos de rojo y amarillo. Al llegar a la
Vegueta casi no había dónde aparcar. ¡Qué barbaridad de coches! Todos habíamos
elegido la vereda de la Estrella este sábado.
El Genil bajaba pletórico, ¡qué velocidad!, ¡qué fuerza!, imposible no pararse en el puente para sacar unas fotos. Nos metimos en la Vereda, en la procesión de gente iniciando la caminata, charlando con los menos habituales: Ana, Miguel, Antonio y Fini. Al tomar el desvío a la Hortichuela nos quedamos solos, más tranquilos, para seguir la senda a nuestro ritmo, sin achuchones de los que van casi corriendo ni paradas de los más lentos. En la Hortichuela saludamos de lejos a los dos burros, sus habitantes habituales, y proseguimos al cruce con el carril que viene del Hotel del Duque, donde encontramos unas familias con jóvenes y un perrico. Por evitarlas seguimos sin detenernos a la senda hacia el cortijo del Hoyo. Vano intento. El perro y los jóvenes pasaban adelante y atrás correteando sin parar. Tuvimos que olvidarnos de ellos y seguir nuestra marcha.
El Genil bajaba pletórico, ¡qué velocidad!, ¡qué fuerza!, imposible no pararse en el puente para sacar unas fotos. Nos metimos en la Vereda, en la procesión de gente iniciando la caminata, charlando con los menos habituales: Ana, Miguel, Antonio y Fini. Al tomar el desvío a la Hortichuela nos quedamos solos, más tranquilos, para seguir la senda a nuestro ritmo, sin achuchones de los que van casi corriendo ni paradas de los más lentos. En la Hortichuela saludamos de lejos a los dos burros, sus habitantes habituales, y proseguimos al cruce con el carril que viene del Hotel del Duque, donde encontramos unas familias con jóvenes y un perrico. Por evitarlas seguimos sin detenernos a la senda hacia el cortijo del Hoyo. Vano intento. El perro y los jóvenes pasaban adelante y atrás correteando sin parar. Tuvimos que olvidarnos de ellos y seguir nuestra marcha.
El
robledal estaba en su momento justo, con tantas hojas caídas como en el árbol,
con su colores verdes y marrones. No se le puede pedir más cromatismo, pero las
hojas seguían cayendo para alfombrar senda y robledal.
Al
alcanzar la llanurilla del cortijo del Hoyo recibimos con alegría las cumbres
nevadas desde la Justicia a Vacares, uniéndose a las vistas sobre las Herrerías
que ya nos acompañaban en esa mañana soleada, cálida, sin viento.
En
la umbría de la loma del Muerto la llana senda permite disfrutar a placer del
paisaje, únicamente había que prestar atención a los manantialillos. El
lluvioso otoño y las tempranas nieves han puesto agua y barro en todas las
cañaditas y hondonadas. La de Hervía o de las Tormentas traía ya su buen chorro
de agua anunciando lo que sería la tónica en adelante.
Bajamos
a Cabañas Viejas cogiendo algún esporádico champiñón en las praderas. La vista
sobre las cumbres se amplió a la Alcazaba y Mulhacén, y con ese espectáculo blanco
de la nieve y azul del cielo hicimos el Ángelus en Cabañas Viejas, con el
extraordinario de una torta de chicharrones de Güéjar. Antes de retomar el
camino Antonio nos explicó un poco de la historia de esta finca y de los
habitantes de Cabañas Viejas.
La
senda entre Cabañas Viejas y el Hornillo es preciosa, quizá uno de los trozos
con más encanto de Sierra Nevada, con ese robledal medio deshojado, con las
hojas en el suelo, con las cumbres atisbadas a través del ramaje y con los
rayos del sol filtrándose por el bosque. Claro, hicimos paradas continuas para
sacar fotos en un vano intento de apresar esa belleza natural.
En
el colladito sobre el Hornillo nos reagrupamos un poco para iniciar la bajada a
las labores del cortijo Cazoletas. Manuel de Quéntar, amigo de Antonio, fue el
último que trabajo estas tierras.
En
el corral bajo de Cazoletas buscamos acomodo para comer en una antigua
corraleta llana bajo un roquedo. Acomodar a 15 personas lleva tiempo hasta en
el mejor restaurante, cuánto más si uno se ha de preparar las piedras del
asiento.
Este
grupo de los sábados no tiene remedio. En cuanto nos acomodamos empezamos a
comer como descosidos sin esperar a terminar los necesarios prolegómenos de
fotos de los vinos, de preparación de ensaladas, de tomar esas cervecitas
frescas, etc. Las fiambreras circulaban también a diestro y siniestro sin orden
ni concierto, en fin, un caos hasta que el hambre se calmó. Cuando viene Miguel
los vinos toman un especial protagonismo. Comenzamos por uno excelente de
Yecla, seguimos con otro de Méntrida, terminamos un tercero del Bierzo, el de
Campo de Borja se quedó a mitad y no hubo lugar para el Ribera. Para los postres, Jerónimo había preparado una de sus ya tradicionales, tremendas, riquísimas tartas. Pili había traído un mechero y unas velas en forma de un 2 y un 7. Se pusieron los números encima de la tarta, se encendieron las velas, y se agasajó a Manolo en su 72 cumpleaños.
En
la vereda de la Estrella los robles ceden el protagonismo a los árboles de
ribera. Los arces y los fresnos estaban de amarillo, los cornicabras de rojo,
los robles de marrón y las encinas de verde oscuro. Hasta los sauces tenían
colores llamativos entre el verde y el amarillo. ¿Se puede pedir mayor
colorido? Y ese paisaje con la blanca Alcazaba de fondo y el ruido del agua abajo
en el Genil.
Con
pena giramos en la curva del Viso dejando ya de ver las cumbres nevadas. Pero
en este último tramo se unieron los castaños al bosque y la estrechez de la
garganta de los Arrecifes al panorama, para componer aquí también estampas inolvidables.
Mapa de la ruta
Por el robledal, camino de la Hortichuela
Ganadería extensiva y montañera
Los Peñones de S. Francisco desde el Cortijo del Hoyo
Robledal de la Loma del Muerto
Vista a los tresmiles del Mojón Alto, la Justicia y el Cuervo
La Loma de Papeles desde las cercanías del Cortijo de Cabañas Viejas
Una pequeña lección de historia
El rocío de la mañana
Luces y sombras en el robledal
Parte del grupo
Nubes en el horizonte
Robles melojos
Vistas de los grandes tresmiles y del Cortijo del Hornillo
Cortijo del Hornillo
Unas vistas inmejorables
Comienza el descenso en busca de la Vereda de la Estrella
Pisando en blando
No de tan cerca
Desde las Cazoletas
Vinos y Barranco del Guarnón
Ya próximos a la Vereda de la Estrella
Bajo un roble melojo - Quercus pyrenaica
La Alcazaba
Vereda de la Estrella
Paleta de colores
Alto Valle del Genil
En un recodo del camino
Bosque mixto
Cada rincón ofrece una postal
Arce de Montpellier - Acer monspessulanum
Cornicabra - Pistacia terebinthus
Curva del Viso, hacia el Norte
La misma curva hacia el Sur
Buscando apoyo
Cada curva tiene una foto
Cornicabras en la Loma del Calvario
Hacer monspessulanum
Hojas de arce de Montpellier
Sorbus torminalis - Palosanto o mostajo
Loma del Muerto en su caída al Genil
En un arroyo lateral
Fresno - Fraxinus excelsior
Frutos y hojas de Sorbus torminalis
No se cansa uno de mirar
cada rincón, cada árbol, cada matiz de color
Castaño de la Terrera
Frutos del mostajo - Sorbus aria
Sorbus torminalis - De tormina (disentería) pues se utilizaba para la cura de esta enfermedad
Nos cuesta acabar el camino
Los Arrecifes
El río entre los árboles otoñales
Álamos en la Vegueta del Caracol
Río Genil
Yo me apunto, esperaré en la gasolinera de Nerja el paso de la caravana de Torre
ResponderEliminarMe apunto.
ResponderEliminarMe apunto. Jerónimo, ya me das indicaciones.
ResponderEliminarMe apunto. Jerónimo, ya me das indicaciones.
ResponderEliminarPaco, Jesús y Pili... Vamos
ResponderEliminarEstaré a las 7 en la plaza
ResponderEliminarVamos Tere y yo.
ResponderEliminarAna, a la siete menos veinticinco en el Higuerón.
Os espero en la plaza
ResponderEliminarEstaré en la plaza
ResponderEliminarOk Jerónimo. Allí nos vemos.
ResponderEliminarMe apunto,he quedao con Paco Ponfe.
ResponderEliminarMiguel Sanchez
Aunque tarde, me apunto. Ricardo
ResponderEliminarComo siempre, Ricardo apuntándose a última hora. Carlos si quieres traer el coche yo os espero en la gasolinera de Nerja, si venis los 5 de Torre os pasais alguno a mi coche.
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