viernes, 25 de noviembre de 2016

MIERCOLES 30 DE NOVIEMBRE: ENTRE BUSQUíSTAR Y TREVÉLEZ


Participantes: Miguel, Paco, Pepe, Manolo, Luci, Antonio, Jesús, Emilio y José.
Distancia recorrida: 13 km
Desnivel acumulado: 600 m.

Desayuno en el cruce de Órgiva. Buen pan, aceite y tomate a menos de 2€/persona.

A la entrada de Busquístar aparcamos en los dos únicos huecos que había, y allí nos reunimos con Emilio y José, este último vive en Busquístar y conoce su monte estupendamente. Iba a ser nuestro guía.
Salimos del pueblo por el Camino Real a Trevélez, perfectamente indicado encima de la carretera, justo al salir del pueblo. Senda limpia y bien señalizada aunque José nos advierte que eso termina más adelante. Por la zona del Tejarillo subimos a la zona del Partidor llegando más adelante a la Acequia Gorda de Busquístar con su buen caudal de agua que llega también a Pórtugos. Según nos cuenta José Pórtugos paga dos partes del agua pero disfruta solo una por una antigua sentencia.
De la acequia entramos en el encinar-robledal disfrutando de esos vistosos colores otoñales que visten los robles. La senda, perfectamente trazada, va ascendiendo con suavidad. Recordamos a los antiguos moradores de estas tierras caminando entre Busquístar y Trevélez por esta senda que ahora nosotros hollamos.
Pasamos el barranco de las Cañaillas y más adelante el Seco para llegar a la pista que sube a la mina de María Cristina. Allí el GR-7 sube por la pista a buscar la que va entre Pórtugos y Trevélez. Desde Busquístar a Trevélez había tres caminos, uno por el río hasta el cortijo de la Isla, otro el de Pórtugos a Trevélez y el tercero, este que llevamos, que era el que iba más llano a su destino. El GR-7 aquí no ha recuperado el antiguo Camino Real, sino que ha ido a buscar el de Pórtugos a Trevélez.
Nosotros tratamos de seguir el antiguo camino entrando en la maleza, cruzamos el barranco del Tesoro dejando abajo el cortijo Capullo Bajo, y luego el barranco de los Llanos para salir al carril particular junto al cortijo de la Hoya Maya. En ese cortijo nació la madre de nuestro guía José. Del carril intentamos seguir el Camino Real por encima de la desaparecida acequia del Castaño Grande. No había paso y la maleza estaba cada vez más enmarañada. Para evitarlo bajamos a la carretera cerca del pinar de la loma Molinero, caminamos por la carretera unos cientos de metros para dejarla después de pasar el barranco de los Alisos por la zona de Jamuga.
Un carril nos bajó al cortijo de los Guindos. José nos informó que su padre nació en el cortijo Castellar en la orilla izquierda del Trevélez y pasó la juventud en este cortijo de los Guindos hoy rehabilitado. Dejamos el carril y por una senda mal marcada descendimos a la acequia de los Llanos y después a la Nueva antes de alcanzar el río al lado de la desembocadura del barranco de los Sapos. El camino de Busquístar a Trevélez por el río llegaba hasta aquí y aquí se dividía yendo un ramal a la orilla izquierda, por el cortijo del Camino (hoy hotel de lujo) y otro por la orilla derecha por donde hemos bajado.
De nuevo nos metimos por la maleza tratando de seguir el perdido camino del Río en dirección a Busquístar. En el barranco de los Alisos vimos una familia de jabalíes y al otro lado del barranco ya la senda estaba marcada. Antiguamente desviaban el agua del Trevélez para regar las llanurillas cercanas y criar pasto para las vacas. Esas zonas les llamaban islas y pagaban un canon al ayuntamiento por aprovecharlas. El padre de José tenía la isla del Barranco de los Alisos.
José cultiva tomates, manzanos y setas en su finca del Rascal. Llegamos a su cortijo del Rascal Medio y allí almorzamos en una mesa en su terraza, con sillas, como las personas. Excelente ágape, como siempre, con gambas, chorizos varios, lomo, cecina y tocino de aperitivo. Tortilla, carne, albóndigas y pastel de atún como platos principales y chocolates, bombones, té y orujos de postre, además de vodka rumano que sacó José.
Emilio nos abandonó porque tenía trabajo esa tarde. El resto seguimos al sur para bajar al río por el lomo donde va la antigua Cañada Real. Recuperamos la senda de Busquístar al Helechal, estuvimos en el puente del Helechal y regresamos al pueblo pasando por las ruinas del cortijo Panizo, los barrancos de los Llanos y Seco, cortijos Catifa Moreno, Alfonsico o Rozuela Alta, y Majuelillo donde se une a nuestra senda la de Trevélez por el río. La era del Portichuelo fue el último hito antes de entrar a Busquístar anocheciendo.
Día estupendo, con algunas rachas de viento, intenso colorido otoñal en castaños, chopos, sauces y fresnos. Recorrido cortito, con su punto de investigación, nuevo y con excelente guía.

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La Ruta
Iniciando la ruta en Busquístar
La acequia Grande de Busquístar a Pórtugos

El Otoño en todo su esplendor 


Trevélez y los Papos con nieve

En el río Trevélez

Cargando Energía
El grupo con Jose el guía
Por la acequia
Haciendo practicas
El vino
El restaurante




Bajando hacia el puente del Helechal sobre el río Trevélez

Llegando a Busquístar



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