domingo, 10 de enero de 2016

MIERCOLES 13 DE ENERO: ROBLEDAL - LOMA DEL CAMINO - LLANADAS DE SEDELLA - TACITA DE PLATA


Participantes:  7
 Paco Hernando, Paco Aragón, Pepe, Manolo, María Victoria, Antonio y Jesús
Distancia recorrida:
18 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.060 metros
Altura mínima: 1.048 metros (Arroyo Cerezal)
Altura máxima: 1.850 metros (Tacita de Plata)
Tipo de recorrido:
Circular

Desayuno en Puente Don Manuel, con pan que tiene mucha mejora.

Dejamos los coches en la división del camino al Robledal Alto y al Cerezal Alto, yendo hacia este último, con los campos blancos de escarcha y los charcos y el barro helados. Al no haber nada de viento la frescura de la mañana se soportaba muy bien.
Nos sorprendió encontrar el barranco de la Solana del Espartal seco,  en el mes de enero. No hizo falta utilizar el tronco que hace de puente con el alambre a modo de pasamanos.  La sequía de 2015 se hace notar.
Entramos a la Loma del Camino por el caminillo paralelo al barranco, a través de una puerta, para subir a la Majada Peña y por otra puerta salir a la Loma siguiendo la vereda del ganado, en una mañana luminosa, con el viento en calma, con el cielo azul y temperatura fresquita pero indicando que subiría enseguida con el sol. Desde la loma tuvimos una segunda sorpresa: el antiguo cortijo de Venta Palma ha sido totalmente derruido y en su lugar se alza ahora un chalet de estilo moderno. Nos dolió ver cómo se perdía una seña de identidad de esta zona.
Pasamos al lado del Cortijillo y continuamos por la senda, marcada con algunos, pocos,  hitos de piedra, por la ladera oeste de la Loma, remontando a veces a la cresta. Las vistas eran impresionantes en esta mañana tan clara. Al este el barranco de las Piletas con toda la loma subiendo hacia Malas Camas, al sur el cerro de los Machos, al oeste, parte de las Llanadas, el Espolón y Peña Sol, con los barrancos del Llanillo de los Tilos y la Cueva de la Parra uniéndose para formar el de la Solana del Espartal.
Esta senda a Venta Palma se usa muy poco y la vegetación la va cegando. Nos propusimos dedicar un día a señalarla con hitos cogiéndola de arriba abajo. La ruta bien podría ser subir por la loma de Malas Camas, a Malas Camas y por el collado de Albucaz ir al puerto de Sedella para tomar desde allí la senda a Venta Palma. Ahí queda.
Por la ladera oeste del cerro de los Machos, sobre la Cañada Seca, subimos entre los cerros de los Machos y de la Encina a la zona de los Arenalejos, pero en vez de seguir al sur al Cerrillo de los Tejones y al puerto de Sedella nos escoramos al oeste por una sendilla del ganado para llegar al Hoyillo de los Muertos y salir por un colladito al oeste a la Cinta Manzano. Allí nacía una senda al oeste, hacia la cañada del Agujero Grande. La tomamos, pero desapareció al poco dejándonos en una selva de rascaviejas adobada con pinchosos rosales y majuelos. Tuvimos que volver sobre nuestros pasos bien arañados y hasta ensangrentados. Allí el animoso Antonio tomó el mando de la expedición para subir a la senda entre el cerrillo de los Tejones y la falda del cerro Santiago. En la senda paramos a descansar y a tomar el Ángelus repleto de sobras de Navidad que nadie quería volver a casa y con una carne de membrillo exquisita de Paco Aragón.
Salimos a las Llanadas y por los Ventisqueros entramos en la senda a la Tacita. Paramos un poco en la fuente de Cuesta Pardilla, también con muy poco caudal y zigzagueamos hasta la cresta del Espolón en mangas de camisa como si fuera verano. Llaneamos por los Tendederos donde se ha hecho una repoblación poco exitosa y en la Tacita de Plata paramos a almorzar, entre sol y sombra de los hermosos pinos, no sin antes haber hecho la obligada visita a la fuentecilla que sigue con su chorrillo de agua constante.
El ágape de principio de año fue pantagruélico. Comenzamos con unos aperitivos de chorizo, cecina y lomo en manteca, continuamos con tomate y ensaladilla rusa, pasamos después al capítulo de las tortillas y habas, dejando para el final los guisos de pollo y jibia. Cuando salieron los quesos ya no podíamos más y con gran dolor de corazón los dejamos porque Victoria había traído un enorme flan y no era cuestión de que lo bajara. Así que ayudados con unos vasitos de orujo liquidamos el flan no sin apuro.
Bajamos por el collado Lobera y al pie de los tajos del Salto del Caballo buscamos una cueva llamada de los Ladrones por unos y del Agua por otros, pero no fuimos capaces de encontrarla. Queda para una futura exploración un poco más arriba.
En el Contadero paramos a beber porque el condumio pedía agua a raudales, dejamos a dos jóvenes tocando la guitarra y cantando por encima de los Corrales de Martín y sin más incidencias llegamos a los coches donde Antonio hizo malabares contables para ajustar la gasolina y Paco Aragón nos obsequió con unas deliciosas naranjas. ¡Que no se te olviden para el próximo día!


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Subiendo por la Loma del Camino, abajo el nuevo edificio de la Venta Palma
En la Loma, al fondo el cortijo Cerezal Alto
Pausadamente la subida sigue

Bajando a investigar la senda hacia el Hoyillo de los Muertos
Saliendo del Hoyillo de los Muertos, la maleza no nos dejo continuar.
El Ángelus
Por la senda hacia las Llanadas de Sedella
En la fuente de Cuesta Pardilla
En la Tacita de Plata
Refrescando el vino en la Tacita de Plata
Restaurante "Sol y Sombra de la Tacita"
El magnífico flan de María Victoria
Bajando hacia el Robledal
La Ruta

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