6 de julio: Río Cebollón

Participantes: Tere, Jerónimo, Luis, Ana, Paco Ponferrada, Jesús R., Ricardo, Paco Ruiz, Luci y Jesús C.

Distancia recorrida: 21,5 km

Desnivel acumulado: 320 m

Desayuno en la Churrería de Alhama. Buenos churros, el chocolate regular, buen pan con aceite, bien de precio, 2€. Servicio lentísimo por problemas entre el churrero y la chica que servía.

La explanada de la resinera era un hervidero de coches, furgonetas y gente. Nos temimos una romería de gente Cebollón arriba. Afortunadamente no fue así. La gente se quedó en el Cacín o en la primera parte del Cebollón.

Con la normativa contra incendios no se permite el paso de vehículos al Cebollón. Eso supone 4 km de carril entre la Resinera y las Parideras hasta donde llegábamos antes con los coches. Tomamos el carril con estoicismo, a buen paso, para quitárnoslo de encima cuanto antes. En otras ocasiones hemos entrado al río en ese tramo; esta vez no porque suele estar con maleza, estrecho y el lecho del río con piedras y hoyos, dificultoso de caminar.

La fuente de la Teja echaba tanta o más agua que en años anteriores a pesar de la sequía primaveral.

Ya en el río, Ricardo que iba el último tuvo la suerte de ver a una culebra que tenía cogida una gran trucha. Un trío de caminantes la estaba fotografiando.

Unos ratos fuimos por el río y otros por la senda. A las 12 el Ángelus junto al agua sirvió para reunirnos porque caminábamos dispersos. Íbamos mucho más retrasados que en otras ocasiones por el lento desayuno de la mañana.

Un perro se nos había unido antes de las Parideras. Al parecer iba lleno de garrapatas y Jerónimo que las teme lo echó.

En el comienzo de la cuesta de los Pastizares todos entramos al río. Llama la atención la cantidad de pinguícolas en las paredes cerca del agua. Si no ha habido avenidas últimamente están proliferando mucho.

Las famosas pozas Romanza están muy colmatadas. Sólo en algunas se puede uno remojar y en muy poco espacio. Necesitan una buena avenida para que se limpien y vuelvan a tener la profundidad y el espacio de antaño. Sin embargo, la desembocadura del arroyo de las Culebras viene con su buen chorro formando la cascada y la transparente poza de siempre.

En la cascada había una multitud. Al menos una docena de personas gritadoras estaban en traje de baño aprovechando la caída. Los primeros de nuestro grupo llegaron y estaban solos, pero enseguida bajó ese grupo desde la pista que cruza la Almijara adonde habían llegado con coches.

Con tanto gentío no se podía estar. Era la hora del almuerzo y lo hubiéramos hecho allí al pie de la cascada, pero con tamaña multitud no se podía. Un poco más abajo, en una zona llanita nos aposentamos.

Aperitivos de chorizo, boquerones en vinagre y tomate; tortillas variadas, ensalada de habichuelas, verduras al horno, bonito en escabeche, pollo, albóndigas y alguna cosa más que seguro olvido. Cervezas frescas y vinos Cabernet de la Ribera del Júcar y Garnacha de Calatayud. Para terminar unos quesos, pastitas de Alhama y una hermosa tarta de las cerezas cogidas el martes en La Hortichuela. Faltó el orujo de Manolo.

Después de un rato de reposo unos fueron río abajo y los últimos optamos por subir a la pista que cruza la Almijara y por el carril de la Culebra y cuesta de los Pastizares bajar al cauce del río. Esta cuesta y senda era el recorrido habitual hacia los cerecillos. Ahora la gente no la usa y en algunos sitios está con mucha hierba.

El grupo nos reunimos ya bastante abajo en el río y juntos continuamos a por el último baño en la cascada de la presa de los Tajos del Cebollón.

Al regreso todavía quedaban algunas familias en las praderas del Cacín. Este enclave se ha hecho muy popular. Demasiado para nuestro gusto.

La mañana comenzó nublada, con calor y con viento cálido, presagiando la posibilidad de tormentas. En el camino hacia Las Parideras cayeron unas gotitas, nada, y ahí quedó todo. Con el día nublado, el viento refrescó y al final fue una de nuestras visitas al Cebollón más fresquitas y agradables.

Algunas plantas vistas: Hierba de la Virgen (Teucrium rotundifolium), Lisimaquia blanca (Lysimachia ephemerum), Uva de gato (Sedum álbum), Lotus (Lotus corniculatus), Hipérico (Hypericum caprifolium), Brecina (Erica terminalis), Banderillas (Celtica gigantea), Centaurea amarilla (Blackstonia perfoliata), Liquen naranja (Xanthoria parietina). El Arraclán (Frangula alnus) llevamos varios años sin verlo ¿habrán desaparecido los pocos ejemplares que había?

El tramo de carrileo

Cigarrón

Entre pinos y álamos

Primer contacto con el agua

Tronco caído en el cauce

El río se estrecha

No hay mucha gana

de mojarse los pies

Pollo de lavandera en su nido

Junto a una de las pozas colmatada

El agua ha labrado estrechos toboganes en la roca

Equilibrios

En la poza del Arroyo de las Culebras

Cascada en el Arroyo de las Culebras

Argynnis adippe

Grupo en la cascada bajo el puente

Vinos

Trata de cerezas

Cascada

Que es por el otro lado

Cada cual en su estilo

Río abajo

Agua a pesar del seco año hidrológico

Otra poza casi colmatada

Trata de alcanzarlos

Trachelium caeruleum - Flor de la viuda

Melanargia lachesis

Hierba de la Virgen - Teucrium rotundifolium

Grupo en semibaño en la cascada de la presa

Oruga de Hyles euphorbiae - Esfinge de las euforbias

Caballito del diablo con su presa

Rubus ulmifolius - Zarzamora

Onopordum nervosum - Cardo

Allium scorodoprasum - Ajo pardo

Lysimachia ephemerum - Lisimaquia blanca

Centaurea solstitialis

Centaurium erythraea - Hiel de la tierra