miércoles, 2 de mayo de 2018

5 de mayo: Sª de las Chimeneas y norte del Torcal


Participantes: 6
 Paco Ruiz, Lola V., Paco Z.,  Ricardo, Tere  y Jerónimo
Distancia recorrida:
19 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.270 metros
Altura mínima: ( 580 m – Nacimiento de la Villa)
Altura máxima: ( 1377 m – Camorro Alto – Sª de las Chimeneas)
Tipo de recorrido:
Circular
Tipo de camino:
Sendas más o menos marcadas y campo a través


(EL LATIR DE LAS PIEDRAS SILENTES)
    Podéis hablarme. No he venido hasta aquí para soportar tanto silencio. Ya sabéis que  no tengo unos objetivos claros y precisos, como también sabéis que mis consignas no son claras ni precisas. Vengo hasta aquí para traeros mi confusión, mi precisa imprecisión. Pero entendedme, os suplico, ya que he llegado hasta aquí como testigo de otro tiempo.
    Lloro porque me encuentro endeble y he llegado hasta este lugar donde no encuentro más que piedras silentes. Entendedme porque cada día encuentro más miradas ausentes y yo por ratos me siento más endeble.
      Miro a otros que persiguen  el  rosa exacto de la peonía abierta, el iris agazapado en el morado perfecto, la angosta subida a la Escaleruela, la clara orquídea mariposa, el cielo claro de la linaria. ¡El Camorro Alto! Los admiro. Me comparo y pierdo. Me  mira el rostro del indio enamorado que me dice: muéstrate benevolente.
     Hoy, tan solo,  he venido hasta aquí para sanar con vuestro latir; porque sé que tenéis una gran vida ahí dentro, porque sois firmes, enhiestas, verticales, seguras. Soy capaz de sentirlo, aunque hoy solamente me ofrezcáis vuestra cara norte, aunque no me habléis yo solo traigo el propósito de acercarme, recostarme un momento, latir. Ya sabéis que soy frágil, blanda, insegura, condescendiente, y que vengo a ofreceros mis dudas. Sabedlo: hoy no tengo otra cosa, es por esto que he venido a impregnarme con algo de vuestra firmeza.
    ¿Sabéis, piedras silentes, que por un momento me he sorprendido hablando? Le estaba contando a Lola Díaz que me duele la rodilla. Sí, algo tan simple, pues… eso que le estaba contando a Lola que la rodillera no me ajusta y que las figuras de las piedras me la tambalean y ella me escucha y yo le sigo contando que siento un calor grande en la rodilla derecha  y que la toco y la encuentro inflamada y que por las noches antes de acostarme me siento en el filo de la cama y pongo mis manos encima de mis rodillas y que les digo: ¡sois unas rodillas endebles!  Y le cuento a Lola que este mes de mayo no tengo azucenas blancas, que tendré que pasarlo sin azucenas. Ella me escucha y conforme ella me escucha, le cuento que yo no sabía cuál era mi propósito de  un venidero hoy; pero le digo que conforme yo hablo y ella me mira, y me pregunta el porqué  de mi amor por las azucenas blancas lo voy vislumbrando. Pues… así de simple,  encuentro mi propósito. Es el siguiente: yo quiero cultivar azucenas blancas. Lola, azucenas blancas. Porque creo, Lola, que por eso me duelen mis rodillas porque no huelen a las calladas azucenas blancas.
    Miro a mi derecha  y no veo a Lola. ¿Hablo sola? Creía que esta amiga había venido hoy, que se había bajado del coche, que hablaba con Tere, y que escuchaba el canto del gorrión chillón. ¿Será acaso que esta amiga no ha venido porque está endeble? ¿Quién, entonces, me ha escuchado? ¿Quién, pues, sabe que lloro porque no tengo azucenas blancas?¿Quién pone su oído en mi rodilla?  ¿Vosotras, piedras del Torcal Norte?
   Ya no escucho al gorrión, subo el puerto de las Escarihuelas con determinación. Tere me pregunta por Lola y le digo que está guapísima, que se escucha y que se siente y que como las piedras, ella aprende el sabio estado de silente. Miro a mi derecha y me habla un ramo de lirios agazapados entre  las piedras. Me dicen los lirios  que  el silencio  es hermoso, que ellos florecen cada año. Brotan. Les contesto que, probablemente, el próximo mayo  no vendré a visitarlos y les dejo el encargo de que florezcan así, tan juntitos como este año, en un altar inigualable.  Le digo al gorrión chillón que  el año que viene chille más fuerte que este año. Quiero oírlo donde quiera que esté. Desde mi casa. No  lo escucharé desde la sierra de las Chimeneas. No sé dónde estaré.
Es probable que aún me queden algunos mayos sin cultivar azucenas blancas. ¿Seguirá mi rodilla endeble?

Nota cariñosa a la Vinoteca Andarina: el recurso de la hipérbole recorre mi rodilla.
                                                                                     5 de mayo de 2018


Mapa de la ruta

Nuestro objetivo al fondo

Petronia petronia - Gorrión chillón

Tragopogon porrifolius - Salsifí

Empezando la subida al Pto. de las Escaleruelas

Peonía

Peña de los Enamorados - El Indio

Linaria oblongifolia

Ophrys tenthrendinifera var. ficalhoana

Camorro Alto

En el Pto. de las Escaleruelas

Vistas del Torcal y el Navazo

Muscari neglectum - Nazarenos

Subiendo la ladera del Camorro Alto

Junto al vértice

Sorteando las rocas y grietas de la cresta

¿Serán estos tajos los que le han dado el nombre a esta sierra?

Terraza natural con vistas

La bajada, con tanta piedra suelta, se hace lenta

Iris subbiflora

Orchis papilonacea - Orquídea mariposa

Vamos dejando el Camorro Alto a lo lejos

Por un vallecillo bajo los tajos de la cara norte del Torcal

Verdes dolinas entre calizas

Botón vino de oro

Hyacinthoides hispánica - Jacinto de bosque 

Ranunculus spicatus subsp. blepharicarpos  

Arabis verna

Un canalillo de subida

La cornisa como un jardín

Cornisa del Diablo

Parte alta del Torcal desde el Camorro de las Siete Mesas

Formas en la piedra

Formaciones en el Torcal Alto

Bajando hacia la Sierra Pelada

Por una cantera abandonada

Cruzando un prado de ranúnculos

Bajada por los tajos por un sendero de cabras

Vicia vicioides 

Linaria anticaria

Tajos sobre el Nacimiento de la Villa

6 comentarios:

  1. Lola Valle y P. Zambrana nos apuntamos.

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  2. Voy yo; Tere a lo mejor.

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    1. Jero, podemos quedar en el pantano? si fuera así, a qué hora? PZ.

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  3. Estaré en la plaza. A ver cómo va la rodilla.

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  4. Estupendo el reportaje fotográfico, qué envidia... pero, no menos estupendo, el texto casi onírico que lo acompaña.

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