19 de mayo: Montejaque: Riberas del Río Gaduares o Campobuche, Llanos de Zurraque y Llanos del Culantro

Participantes: 11	Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Jesús R., Isabel,  Ana, Manuel D.,  Luci, Jesús C., Ricardo y Jerónimo
Distancia recorrida:	21 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:	575 metros
Altura mínima: ( 690m – Nacimiento Huerta Gorda, junto al pantanillo de Montejaque)	Altura máxima: (940 m – Llanos de Zurraque)
Tipo de recorrido:	Circular
Tipo de camino:	Carriles de tierra y veredas.

    

Desayuno en la venta de la Vega. Excelentes rebanadas, gruesas, tiernas, bien tostadas, contundentes, ideales para poner aceite o manteca blanca, servidas por un ventero agradable y a buen precio. Felicidades a Ricardo y muchas gracias por invitarnos al desayuno.

Bienvenidas Ana e Isabel de Vélez. Ambas son componentes del grupo, pero hacía tiempo que no las veíamos.

La ruta circular vertebrada por cuatro arroyos. Primero el Campobuche o Gaduares, después por el de las Diez Pilas, luego cerca del de los Álamos y finalmente, descendiendo, el del cordel del Pozo de los Álamos. Además hicimos dos apéndices para visitar dos árboles singulares, uno el chaparro de las Ánimas, un imponente alcornoque, chaparros llaman por aquí a los alcornoques, y otro la encina de Zurraque. El chaparro está al lado de la ruta circular, la encina en cambio necesita un buen rato para llegar y volver de ella, aunque el camino hasta los llanos de Zurraque es muy bonito.

Cada año es singular. No hay dos iguales. Este año el invierno ha sido seco y frío. En marzo y principio de abril se hartó de llover y siguió haciendo frío. Estábamos a principio de mayo y aún no se veían signos de primavera. Estaba larvada, en zurrón, agazapada, para saltar explosivamente con los primeros días soleados. Y esta primavera es la que nos ha regalado la excursión de hoy. Todo el campo verde, los alcornoques y las encinas con su verde más oscuro, los quejigos con sus hojas ya totalmente desplegadas, pero con el brillo y el verde claro de su niñez. Unos quejigos, encinas y alcornoques añosos, retorcidos, cubiertos de musgo, formando galerías bajo las cuales caminábamos. Entre esos tremendos árboles los majuelos exhibían sus florecillas blancas y las jaras sus grandes flores blancas y rosas. Por el suelo un tapiz de flores de colores con el amarillo de sonchus y senecio, las margaritas, bellis, con blanco y amarillo, los blancos antéricos, los geranios (Geranium malviflorum) púrpura, los lotus amarillos y las orquídeas desde azulado a dorado e incluso violeta. La fuerza de la primavera estaba representada en esas potentes, airosas, abejeras Ophrys tenthredinifera, orgullosas de mostrar sus bellísimas flores en lo alto del escapo; había miles de ellas.

Por ese jardín del Edén hicimos nuestro paseo. Uno necesita apartarse un poco del grupo, de la conversación, para dejar entrar toda esa belleza, y caminar despacio, evitando hollar tantas y tan bonitas flores, disfrutando con los juegos de luces de los rayos del sol entre los árboles, y así disponer el espíritu para comulgar con ese jolgorio primaveral de los pájaros en su constante revoloteo, en su incesante canto, atronador a veces, luciendo sus mejores y más intensos colores. La primavera no es silenciosa en estas riberas, es bullanguera, cantarina, explosiva, alegre, despreocupada, llena de vida.

La guinda que faltaba la pusieron los embalses y remansos del Campobuche con sus orillas cargadas de blanca hierba lagunera (Ranunculus peltatus subsp. peltatus), los quejigos y alcornoques reflejándose, y la paz que emana de esa estampa tranquila, sosegada, relajante, inundando a los caminantes.

Estos bosque y praderas alimentan aún una buena ganadería de vacas y ovejas. Los ganaderos y pastores utilizan los cortijos. Y así la campiña se ve salpicada de cortijos blancos en uso, no derruidos, las pistas están utilizadas, se ve actividad y se ve vida. No hay solo belleza. Ese monte sigue alimentando a un buen puñado de familias como siempre ha hecho. Hay vida animal, vegetal y económica.

El día nos ha acompañado. Despejado por la mañana, con un vientecillo fresco que invitaba a caminar. Hacia el mediodía aparecieron nubarrones tormentosos pero afortunadamente se quedaron ahí, en nubes. Un día excelente.

 

Mapa de la ruta

 

Ophrys scolopax

 

...

 

Por el Cortijo de los Calabazales

 

Geranium malviflorum

 

Puente sobre el Gaduares donde tuvo lugar un enfrentamiento con las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia

 

Por la Cañada Real de la Manga

 

Viejo quejigo con el tronco carcomido por los años

 

Alcornocal

 

Orchis langei

 

Azud y lagunas del río Campobuche

 

Ranunculus peltatus subsp. peltatus

 

Orillas llenas de ranúnculos

 

Anthericum baeticum

 

Bajo los quejigos con la hoja nueva

 

¿Cómo sorteamos este barrizal?

 

Cruzando el río Campobuche

 

El camino cruza tramos de alcornocal

 

Serapias lingua

 

Zerynthia rumina - Mariposa arlequín

 

Junto al río en la zona de los Terrazgos

 

Chaparro de las Ánimas

 

Ophrys tenthrendinifera

 

La Sª del Endrinal al fondo

 

Llanos del Cabrizal

 

Linaria platicalyx

 

Por los Llanos del Cabrizal

 

Pradera de jacintos estrellados

 

Scilla peruviana

 

Monte adehesado

 

Llegando al Hoyo de la Matanza

 

Llanos de Zurraque

 

Vinos

 

Una pradera para comer y disfrutar

 

Encina de los Llanos de Zurraque

 

Quejigos monumentales

 

Medio quejigo

 

Hoyo de la Matanza

 

Volviendo hacia los Llanos del Cabrizal

 

Infrecuente en los caminos de Málaga: andar por mullida yerba

 

Flores de espino majoleto - Crataegus monogyna

 

Convolvulus meonanthus - Campanilla de colores

 

Cancho del Torero

 

Por los Llanos del Culantro

 

Pozo del Culantro

 

Melitaea aetherie

 

Cruzando los Llanos bajo nubes que tronaban

 

Paeonia coriacea - Peonías

 

En las cercanías del Pto. de Foreila

 

Cleonia lusitanica

 

Ophrys fusca - Abejera amarilla

 

Insecto sobre botón de oro

 

Antirrhinum australe - Conejitos