martes, 21 de febrero de 2017

Sábado 25 de Febrero: SUBIDA AL PICO DEL CIELO DESDE EL RÍO DE LA MIEL


Participantes: Ana, Manolo, Ricardo, Paco Ruiz, Jesús
Distancia recorrida: 16,5 km
Desnivel acumulado: 1300 m

Desayuno en la gasolinera de Nerja con la agradable compañía de Fali que iba a sus cabras. Hubo pugna por pagar el desayuno, Ricardo porque había cumplido años y Ana porque los iba a cumplir. Al final pensamos que hay más días que longanizas, que pagara el que ya los había hecho y que Ana lo hiciera en una próxima salida. Felicidades a ambos.

Aparcamos a la entrada al carrilillo de costumbre. Ahora tenemos dos sendas para ir a Cornocalejo, la que sale desde la carretera poco antes del aparcamiento y el carrilillo. Tomamos este último por disfrutar de los tajos sobre la cueva de Gonzalo y de la profundidad del barranco de la Cuesta del Espartal a nuestra derecha. Los tajos son espectaculares por las formas de los roquedos, por la vegetación que los rodea y por el corralillo que aprovecha la cueva de Gonzalo.
Del carrilillo sale la vereda que sube a la cueva. La vegetación se había limpiado recientemente y descubrimos que al comienzo de la vereda había un carrilillo a la derecha que zigzagueaba primero al barranco y luego hacia los tajos. En realidad la vereda va por otro carrilillo hasta cerquita de la cueva de Gonzalo, allí lo deja y sigue ya como vereda para pasar por debajo del algarrobo centenario e ir al Cornocalejo.
Alguna foto en el cortijo, paradita en la fuente de Cornocalejo donde nos sorprendieron la cantidad de puestas de huevos de sapo, y un par de parejas de sapos que estaban “a lo suyo”, a producir las largas ristras de huevos.
En el puerto del Madroño tomamos la senda a la cuesta del Cielo que baja empinadísima a la cañada de los Madroños. La cañada iba sin agua, pero unos metros más abajo, se oía en una zona de junqueras, la surgencia de la fuente Mancaje. Dudamos por donde sale la senda de la cañada. Hay que subir un poco por ella y de allí sale a la izquierda. Desde la cañada de Colmenarejos la jara pringosa está invadiendo la senda, especialmente en el entorno de la fuente del Carrascalejo (a la cual no se puede acceder por las zarzas) así que pronto la jara cegará otra vez la senda y habrá que esperar a que se limpie para volver a utilizar esta senda.
La senda se une a la que sube de la Civila al Cielo en la zona de la mina Pozo del Hierro. Allí nos reagrupamos pero solo un momento porque en cuanto nos pusimos a caminar se establecieron cuatro grupitos entre los cinco que íbamos: primero Paco, después Ana, luego Manuel y cerrando la marcha Ricardo y Jesús. Ya se sabe, la gente unida. Más adelante Paco y Ana se unieron, Manuel cerquita de ellos y más atrás Jesús y Ricardo. Curiosamente posiciones muy relacionadas con la edad.
En el Alto del Cielo tomamos el Ángelus y nos volvimos a reagrupar. Continuamos hacia el este y en vez de subir al cerro de las Minillas de Herrera lo tomamos a media ladera buscando la sima. La encontramos gracias a Manuel y su “Manolito” porque viniendo del Cielo no se llega con facilidad. Pasamos por el collado de la Mina Herrera con los restos del incendio y al pie del Morrillo de los Cabreros nos volvimos a separar: Jesús al oeste buscando una sendita que decía había hasta el puerto de la Orza, Paco, Ana y Manuel al colladito entre el Morrillo y el cerro de los Pinos y Ricardo intermedio de ambos. Jesús perdió la poquita huella de senda que había al principio, se unió a Ricardo y ya continuaron a juntarse al resto del grupo que aguardaba en lo alto del cerro de los Piornos.
Bajamos al puerto de la Orza, pensamos que era pronto para comer e iniciamos la bajada por la senda que va por la cañada del Espartal. La niebla había entrado temprano desde el mar, tanto que creímos que llegaríamos al Cielo con niebla, pero el viento cambió a norte y la sujetó, pero ahora, conforme bajábamos, la teníamos cada vez más cerca, por eso, antes de entrar en ella, decidimos comer al solcito. Y allí en un clarito del matorral hicimos los honores a la chacina leonesa, a los tomates, pimientos, tortillas, carne y queso, terminando con el brownie, no de Ana, sino del Mercadona aunque lo trajo Ana, pastas de cabello de ángel de Alhama, té y orujos.
Proseguimos la marcha con la alegría que da el estómago lleno, bajamos al puerto del Madroño y a la fuente y cortijo de Cornocalejo. Paco fue más rápido porque quería buscar orquídeas y el resto, más despacio, llegamos a los tajos de la Cueva de Gonzalo y decidimos visitar la cueva. Con no mucha dificultad llegamos a ella, visitamos la habitación del cabrero, sin uso desde hace años, y pensamos bajar yendo hacia el barranco de la Cuesta del Espartal tratando de unir con el carrilillo que habíamos visto en la mañana. Imposible bajar por allí. Dimos la vuelta y proseguimos por la vereda conocida. Unos tubos al lado de la cueva nos hicieron suponer que los carrilillos se habrían hecho para hacer alguna perforación allí, poco exitosa a juzgar por el abandono.
Día magnífico, por la temperatura, sin viento, aunque la niebla nos impidió disfrutar de las magníficas vistas al sur desde lo alto de la cordillera.


La Ruta
Los tajos de la Cueva de Gonzalo. El puntito azul de abajo es Ana
En el cortijo de Cornocalejo con la Cabeza del Caballo al fondo
En la fuente de Cornocalejo
Lio de sapos a "lo suyo"
Por el collado del Madroño
Llegando al Pico del Cielo
El grupo en la cima del Cielo
Caminando hacia la Cuesta del Espartal
En la cima del Espartal
Preparando la comida

Bajando entre la niebla
Llegando al cortijo Cornocalejo
Cruzando la puerta de los tajos de la cueva de Gonzalo
La cueva de Gonzalo





5 comentarios: