lunes, 19 de septiembre de 2016

Sábado 24 de septiembre: Río Grande de Jayena


Participantes:  6
 Paco Ponfe, Pilar, Jesús R., Manuel Díez, Manuel González y Jerónimo
Distancia recorrida:
24 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
650 metros
Altura mínima: 940 metros (Área recreativa del Bacal)
Altura máxima: 1.312 metros (Pto. Colica)
Tipo de recorrido:
Tramo circular y tramo de ida y vuelta


Entre los que sí, la que sí pero no y los que no, juntamos media docena. A saber: el clan Ponfe: Pilar, Paco y Jesús, Jerónimo y su máquina y los Manueles.
Cambiamos el sitio del desayuno y en el restaurante El Cruce, puntuales, solucionamos el trámite. Después, un montón de kilómetros hasta el Bacal. Lagrimones al paso por los dos embalses; como siga la pertinaz sequía nos vamos a tener que lavar con gaseosa.
Sobre las diez menos veinte comenzamos la ruta. El río Grande de Jayena, de grande ya tiene poco (¿cómo será el Pequeño?), muy poco caudal y poca corriente, la sequía está latente. Las escasas pozas con bastante verdín, y a tramos desaparece como el Guadiana. La caminata, por tanto, siempre sobre seco, ya que los sucesivos pasos a un margen y al otro, se han hecho sobre piedras y troncos. Enseguida comenzó la vendimia de moras. Nos vamos a poner malos, vaya cagalera que nos va a entrar -sentencias que íbamos coreando como letanías, pero que no impedían la comida incesante de sabrosísimas y dulces moras-. A la vista de la enorme cosecha que se abría ante nosotros, cabe pensar que hace mucho que no se frecuenta esta ruta. La razón terminó imponiéndose y poco a poco dejamos de comer; era preferible no escudriñar las zarzas para no caer en la tentación. A la vuelta tenemos que hacer una enorme cosecha para comer en crudo o hacer mermelada, -esa era la determinación de la tropa-; ya entre Jerónimo y Pilar nos estaban dando las medidas y recetas para triunfar en la cocina y Jerónimo nos ponía los dientes largos con su mermelada de la cosecha del Cebollón. Yo las recogí en una botella y la llené con un kilo trescientos gramos -nos ilustraba nuestro fotógrafo oficial-, o sea, que pronto convenimos que la botella de vino nos la teníamos que ventilar, sí o sí, para asegurarnos la cosecha. Empeño satisfecho con interés, como es norma de la casa, aunque no hubiera existido vendimia.
En un momento nos aparece Jerónimo con un palo enorme, porque se habían oído los ladridos de un perro. Si se atreve y viene me lo cargo –tal era su determinación-, hasta que lo convencimos de que el perro iba con alguien por delante y que ya había pasado río arriba. Se relajó y tiró el palo.
La poza Romance la vimos que sigue bajo mínimos y la ruta continuaba por senda y carril. Pocas margaritas que fotografiar y paso ágil. En el Ángelus debatimos si continuar hasta la cueva Colica, como había propuesto Jesús en su momento, y concluimos que ya veríamos cuando llegáramos al cruce. Y llegamos al cruce con mucho ánimo y continuamos a la cueva.
Pilar nos iba comentando su primera ruta en el río, hace muchos años, y de cómo la llevábamos corriendo con la marcha impuesta por los caminantes de otros tiempos. También me decía recordar que, en alguna ruta, habíamos pasado por una plantación abandonada de frutales  y habíamos cosechado ricas manzanas. Yo asentía en ese recuerdo pero tampoco recordaba el sitio, hasta que tras una curva del carril llegamos a la plantación en cuestión y proseguimos con nuestro menester de vendimia para comer in situ y para los postres.
Antes de llegar a la cueva Colica nos recibieron en el cauce del riachuelo de turno, cuatro o cinco ciervas preciosas y enormes y un  jabalí pardo y veloz que, lógicamente, se quitaron de en medio a toda prisa, prueba evidente de que por allí no pasa ni el tato. En mi arrebato de entusiasmo por señalarle con el bastón a Manuel por donde corría una cierva, casi me toca ponerle un estanco, dado lo cerca que estuve de desgraciarle un ojo. A la siguiente, con las manos en los bolsillos como Paco Ruiz. Al jabalí, Jerónimo le hizo unas cuantas fotos, con tan mala fortuna, al parecer, que sólo le sacó el culo o la cabeza porque no llevaba la máquina en automático. Cruz roja en el expediente y que no se vuelva a repetir. Sin embargo Pilar y Paco, ya de vuelta de la cueva vieron un jabato mediano confiado y lo fotografiaron hasta que el animal se percató del asunto y se quitó de en medio.
A la cueva trepamos Jesús y los Manueles. El miedo a las garrapatas y las famosas fiebres asustó a los demás. Hicimos las fotos de rigor y al carril.
Cerca del derruido cortijo de Cabañeros, paramos a comer junto a unas preciosas pozas. Nos lo tomamos con mucha calma y terminamos con todo lo que llevábamos (Jesús con su bocata habitual), incluidos algunos trozos de la pipirrana de pulpo de Pilar que acabó en el suelo, por un desfase entre la entrega y recepción del taper.
Y ya de vuelta la anunciada recolecta de moras. No sé la de kilos que pudimos coger. Llenamos botellas y tapers a discreción. Nos pinchamos hasta en el velo del paladar y muy lentamente llegamos a los coches pasadas las siete y media de la tarde, después de 24 Kms y 650 m de desnivel, según datos de nuestro especialista en vidrios, que, dicho sea de paso, nos dio una lección magistral con componentes, temperaturas y enlaces químicos, sobre diversos procesos de elaboración y fundición.
Llegamos de noche a nuestras casas, contentos con el día de campo, con la ruta y con el aliciente de las cosechas y fauna que encontramos.

Primer cruce del río
 
Cahorro en el Río Grande
 
Trachelium caeruleum - Flor de la viuda o alfileres
 
Pasarela de troncos sobre el río
 
Arco natural
 
¡A la rica mora!
 
Haza Grande de Córzola
 
Chamaecyparis lawsoniana - Falso ciprés de Lawson - Especie originaria de Oregón de la que hay cinco o seis ejemplares que medran bien junto al Arroyo de la Almijara.
 
En el Mojón de las Diferencias
 
Cortijo Almijara
 
Zona umbría y fresca junto al arroyo
 
En el interior de Cueva Colica
 
Cueva Colica. Al fondo el Cerro del Gallo y el Cabañeros
 
Pasando por el Cortijo Cabañeros
 
Valle del Arroyo de las Golondrinas
 
Poza formada por el travertino en el Arroyo de las Golondrinas
 
Manuel en la poza
 
Vino solitario
 
Cruzando el río a la vuelta
 
Parnassia palustris
 
Poza casi colmatada

8 comentarios:

  1. ¡¡Me apuntoooooo!!. Ya toca mi vuelta al cole montañero.

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  2. Ana me alegro que retomes las buenas costumbres.Yo iré a la plaza de la Axarquía a la hora prevista.

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  3. Con mucha penica me tengo que desapuntar. Nos han convocado a todos los fisios para una reunión el sábado a las 11.

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  4. Paco. Pili y Jesús R.
    Nos apuntamos. Un saludo

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  5. Voy. Nos vemos. Habría que pensar otro sitio para desayunar. Ricardo dice que el Bar del Churrero está cerrado. Podría ser en El Cruce a las siete y media. ¿Se os ocurre otro sitio?

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  6. Siento no acompañados en esta ruta que me gusta especialmente. Tengo familia en casa y los tengo que atender.
    Que tengáis un buen día

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  7. Me apunto al río y al desayuno en el Restaurante El Cruce a las 7,30 h.
    Estaré a las 7 h en la plaza
    Manuel

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  8. Como no hay nadie de Torre del Mar, los dos Manueles nos vamos directamente al restaurante del Trapiche a las 7,30 h

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