Salida sábado 18 de abril: Tolox - Tajo de la Caína, por la Cañada de las Carnicerías

Participantes:  12	Paco Ruiz, Paco Ponfe,  Luci ,  Ana, Luis, David, Jesús, Lucía L., Juanma, Miguel Ángel, José Antonio y Jerónimo
Distancia recorrida:	22 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:	1.350metros
Altura mínima: 250 metros (Tolox)	Altura máxima: 1.310 metros (Puertecillo bajo los Tajos de Añicle)
Tipo de recorrido:	Básicamente circular

 

 

Bienvenidos Miguel Ángel, Juanma y Juan Antonio. Ya nos conocéis y sabéis cómo caminamos. Cuando queráis apuntaros, aquí estamos.

Desayuno en Tolox. Dejamos los coches en el río de los Caballos porque otras veces habíamos desayunado en la subidita desde el río al pueblo. Esta vez estaban todos los bares cerrados hasta uno al llegar a la plaza. Buen pan de rebanada y buen aceite. Además hubo mantequilla y mantecas blanca y colorá para quien quiso. Al del bar se le mudo la color cuando vio entrar a semejante tropa, pero ahí estuvo Luis cogiendo la comanda y ayudándole en lo que pudo para facilitarle la labor.

De la plaza salimos hacia el río de los Horcajos. Hay indicadores al río, Fuente Amarguilla y Virgen de las Nieves.

Justo al dejar las últimas casas, a la izquierda, está Fuente Amarguilla con su escaso caudal. El nombre de la fuente no anima al caminante a llenar la cantimplora de un agua “amarguilla”. La primera parte de la ruta va por el río de los Horcajos, con huertecillas, naranjales y aguacatales, por una pista hormigonada a trechos, con el delicioso aroma de azahar, la verdura de los campos y la vista de la sierra de las Nieves al fondo.

En su debido momento Jerónimo, que era el guía, nos sacó de la pista hacia un carrilillo a la izquierda que se transformó en senda. ¡Qué verdura por todas partes y qué de florecillas en esa mañana deliciosa de primavera! Además, como la senda iba casi llana, uno se podía solazar con las flores cercanas y la vista de la sierra al frente con los tajos de la Caína y Añicle, en la lejanía. Oportunamente dejamos la senda por un carrilillo que nos subió a la pista dejada, pasamos por el área recreativa de la Virgen de las Nieves, bajo una hermosa pinada, en uno de los poquitos llanos que encontramos.

La pista desciende al río, lo cruza y por la margen derecha asciende. Pasado un depósito de agua con una fuentecilla, la fuente del Cañuelo, dejamos la pista por un carril con poco uso, a la derecha. Más adelante el murmullo de una fuente, mucho más atractiva y caudalosa que la del Cañuelo, nos hizo sacar las botellas y cambiar el agua de casa por la de la fuente. Dejamos un cortijillo sin techo a la izquierda y, a poco, termina el carril, pero unos metros antes sale la senda a la izquierda por la que continuamos.

La senda asciende con fuerza y en el repecho se acabó el cachondeíto de la mariposita en japonés que iba rondando toda la mañana. Para aliviar la subida paramos en el primer collado a hacer el Ángelus. Las consabidas pasas, mostachones, frutos secos, plátanos con y sin funda, de distintos grosores y tamaños, apropiados para los chistecillos, y un bizcocho muy rico que trajo Lucía. Puedes repetir cuando quieras. Faltó el vinillo de Ricardo, a quien echamos de menos.

En el colladito principia el pinsapar de Corona. Proseguimos senda arriba por el lomo del collado del Ángelus que sube hasta el cerro Corona. Cada vez los pinsapos eran más espesos y de mayor porte con un montón de pinsapillos jóvenes tratando de medrar. Los pinos de la ladera tienen los días contados, no se ve ni uno nuevo. ¡Qué pinsapar tan bonito! en la cara norte de la ladera, con vistas preciosas a los tajos de la Caína y Añicle con una perspectiva totalmente distinta a la que estamos acostumbrados a verlos y con la loma de la Cortina entre la Caína y nosotros.

Dejamos a la izquierda una sendita que sube a puerto Corona, unos pinsapos memorables que a algunos les transmitieron su energía, y al trasponer a la cañada de los Salaíllos aparece a la izquierda, arriba, el enorme tajo de Fatalandar continuado por una gran pedrera fruto de la descomposición de tan tremenda roca. Otra sorpresa maravillosa. La senda sale a la zona quemada, ya no hay arboleda, baja al arroyo de las Carnicerías y sube por la ladera izquierda hasta la altura de la base del tajo de la Caína. En vez de ir hacia él la senda comienza a descender por la ladera de la loma de la Cortina. Este trozo de senda es muy poco usado y hay que ir con cuidado para no perderla. De ella sale un ramal a la derecha por la ladera de la loma de la Cortina, quizá menos usada aún que la nuestra. Cruzamos la cañada bajo el tajo y vamos hacia el este por debajo del cerro Guadaraz a la loma cercana cresta.

Antes de llegar a ella, en un trocito más amplio de la senda decidimos parar a comer. Y de nuevo el festín acostumbrado: gambones, lechuga, alcachofas, tortillas varias, arroz con setas, pollo, carne con tomate, albóndigas calentitas… y alguna cosa más. Después delicioso té, pastelillo y brownie. A duras penas retomamos la caminata, cruzamos la cresta y seguimos descendiendo, descansamos un rato en una era para proseguir al puertecillo de Janón donde giramos a la derecha por el borde de una alambrada introduciéndonos en un buen pinar de pino carrasco. En el arroyo Aguilera tuvimos algún problema para pasar debido a la maleza y algún árbol caído. Llegamos a una pista, la abandonamos en seguida a la derecha y poco después desembocamos en la pista a la ermita de la Virgen de las Nieves que nos llevó al pueblo entre un montón de caballistas que venían de la ermita.

En Tolox tomamos unas cervecitas frescas y a casita.

Una muy bonita excursión, nueva, en un día estupendo de sol y temperatura, con gente magnífica.

 

 

 

Mapa de la ruta

Valle del Río de los Horcajos

Por una vereda junto a las huertas de los Horcajos

Ophrys speculum - Abejera del espejo

Linaria tristis

Loma de la Cortina, entre la Cañada de las Carnicerías y la Caína

Llegando al pinsapar de Cerro Corona

Por el interior del pinsapar

El sendero va rodeando los Tajos del Picacho de Fatalandar; al fondo, los Tajos de Añicle

Por la Umbría del Madroño, maravillados por el paisaje

Pinsapos que se descuelgan por la cañada

Cañada de las Carnicerías; al fondo, de izquierda a derecha, los Tajos de la Acelimilla, Tajos del Chaparral y Tajos de Añicle

Pinsapos sobre el barranco

Pinsapo candelabro al borde del sendero

Viejo pinsapo, casi en el esqueleto

La vereda sigue sorteando tajos

Llegando a la cañada de la Peña Gorda (parte alta de las Carnicerías)

Viola demetria - Violeta africana

Desde unas peñas, mirando el pinsapar bajo el Picacho de Fatalandar

Pinsapo solitario bajo los Tajos de Añicle

Caminando a la sombra del Tajo de la Caína

Bajo los Tajos de Guajaraz, con la Caína al fondo

Atajo de vinos

Llegando al Puerto de la Espartera

Orchis papilonacea - Orquídea mariposa

Apareamiento de Coccinella septempunctata - Mariquita de siete puntos

Empusa pennata

Bajada junto al Arroyo Aguilera

 

Papaver rhoeas - Amapolas

A caballo, en coche, a pie

Putoria calabrica

Grupo en el puente sobre el río de los Horcajos