Participantes: Pili, Paco Ponferrada, Lucía, Manuel de Rincón, Antonio
de Fornes, Manuel de Nerja y Jesús.
Distancia recorrida: 12,8 km
Desnivel acumulado: 1010 m
Desayuno en la venta Los Chavos. Grandes rebanadas con aceite, tomate y
ajo. ¡¡¡Muchas felicidades, LUCÍA, por tu santo!!! Una excelente manera de
celebrarlo con la invitación al desayuno.
Partimos del Refugio del Juanar. Para evitar la carretera entre el
Juanar y el comienzo de la senda de Juan Lima, buscamos la sendita que desde el
Refugio va por la orilla izquierda del arroyo del Juanar. Hay que cogerla desde
la carretera, cruzando el arroyo, para ir justo a la alambrada de la parte
trasera del Refugio.
Esta senda es un poco extraña porque tiene tramos muy bien cuidados y
otros, especialmente para cruzar los barrancos, en los que casi no se ve la
huella.
Por la senda de Juan Lima comenzamos a ascender. Pronto hubo que parar
para quitarnos ropa, porque la mañana estaba muy suave, sin viento, y el sol
comenzaba a calentar.
Pasamos por el collado del Alto de la Playera y por el valle del arroyo
del Pozuelo llegamos al Pozuelo, donde nos desviamos al norte por el valle del
barranco que nace justo allí. Baja con mucha pendiente la senda a buscar el
cauce del barranco, bajada que se ha de hacer despacio para evitar resbalones.
Esta senda que va por la ladera izquierda del barranco estuvo cegada por la
maleza mucho tiempo. Ahora está limpia y en buenas condiciones. Esto hemos de
agradecer a las carreras de montaña, que se hayan limpiado y se mantengan
algunas sendas.
En este recorrido son llamativos los oxicedros, que pasan de matorrales
a arbolillos, los únicos que sobresalen por encima de la maleza, porque pinos
sólo se ven algunos, jóvenes aún.
Alrededor del cortijo de Purla hay unos buenos pinos resineros,
señalando la ubicación, que llaman la atención durante todo el trayecto. Aquí
comienza la parte dura de la caminata: la subida hasta la cresta de la Canucha.
La senda va por la parte oeste del morro que hay sobre el cortijo. Al principio
uno piensa que para rodearlo y alcanzar la cresta tras el morro, pero no, ese
morro se prolonga con una loma hasta lo alto de la cresta de la Canucha. Va
pues la senda por el oeste de ese morro y loma, muy empinada, exigiendo a veces
las manos para trepar, hasta que bastante arriba se decide a llegar a la loma.
En la loma, con unas vistas preciosas sobre el llano de Purla y las sierras
Alpujata y Mijas, hicimos el Ángelus, más que por comer, por recuperarnos del
repecho. Y eso que la sombra de la loma nos protegía del sol facilitándonos la
subida.
Continuamos subiendo, ahora mucho más suavemente, dejamos a la derecha
el ramal de la senda que baja al Camino Viejo de Monda a Istán, y llegamos por
fin a la cresta. El panorama se abre al oeste, a las sierras de las Nieves y
Palmitera, con la curiosidad de que en la cañada que nace desde donde estamos
hacia el noroeste, hay un par de pinsapos solitarios anunciando los que han de
venir.
La senda nos lleva un tiempo por la cresta de la Canucha, con
excelentes vistas a derecha e izquierda, pero también para constatar lo
empinado de las laderas de la Canucha a ambos lados. Inaccesibles laderas.
Después la senda se mete en la ladera occidental, subiendo y bajando para pasar
los sucesivos barrancos, por debajo de los tajos de los Cuchillos de la
Canucha.
En los dos últimos barrancos los pinsapos han proliferado y han crecido
mucho. Ahora se puede hablar del pinsapar de la Canucha. Tanto que el collado
de la Encina en el que termina la senda su periplo occidental, antes bien
reconocible desde lejos por esa gran encina solitaria, ahora se ve acompañada y
aún eclipsada por los pinsapos.
Del collado de la Encina subimos al cerro de los Castillejos. El más
accesible de los cerros de los Cuchillos. Los caminantes ya hemos hecho hasta
sendita para subir. Arriba el panorama es espectacular. Invita a hacer fotos en
todas las direcciones. Las hicimos, y Antonio, además, hizo su habitual mojón
artístico con un par de piedras en equilibrio inestable.
Resguardados del viento, en un carasol del collado de La Encina,
almorzamos. Con mucha tranquilidad porque teníamos el final de la caminata ahí
al lado. Chacina de aperitivo, ensalada
y aguacate, tortillas, pollo pera, codornices y carne con pimientos. Con el
pollo no pudimos. Hasta nuestro buen apetito tiene un límite. Para beber,
cerveza, Ribera y Cariñena, té y orujos variados. Echamos en falta las
gambitas, el jamón y los bombones del final. En nuestro grupo no podemos
prescindir de nadie.
Bajamos al puerto del Pozuelo, rodeamos el cerro ¿de las Perdices?, y
el carril nos bajó al Refugio del Juanar, donde tomamos café y refrescos en ese
confortable bar con su hogareña chimenea.
Un día excelente, con poco viento, con sol, ideal para permitir
disfrutar de las vistas que la Canucha ofrece.
LA RUTA
SUBIENDO POR LA SENDA DE JUAN LIMA
BAJANDO DEL POZUELO
POR LA SENDA HACIA PURLA
EL CORTIJO DE PURLA
SUBIENDO A LA CRESTA DE LA CANUCAHA DESDE PURLA
EL ÁNGELUS
AL FONDO LA CRUZ DEL JUANAR
CONTINÚA LA SUBIDA A LA CRESTA CON MONDA AL FONDO
POR LA CRESTA
POR LA CARA OESTE
ENTRE PINSAPOS
ATACANDO LA SUBIDA AL COLLADO DE LA ENCINA
EL ARTE DE ANTONIO EN LOS CASTILLEJOS
EN LOS CASTILLEJOS
CERVEZA Y VINO
EL CERRO CASTILLEJOS DESDE LA BAJADA
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