martes, 10 de diciembre de 2019

14 de diciembre: Cerro Huenes


Participantes: 14
Pili, Javier, Manolo Titos, Paco P., PIlar, Manu, Paco R., Jesús C., Antonio Muñoz, Lola V.,  Luci, Manuel D., Paco Z.  y Jerónimo
Distancia recorrida:
14,6 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
700 metros
Altura mínima: (1.307 m – Tajo Colorado)
Altura máxima: (1.806 m – Pico de la Carne)
Tipo de recorrido:
Circular con un pequeño tramo de ida y vuelta
Tipo de camino:
Veredas y carril.

Desayuno en cafetería Dori, en La Zubia. Buen servicio, buen pan, a 2€ el desayuno básico: café y tostada con aceite.
Reencuentro con Pili y Javier después de años sin salir juntos. Caminar con ellos, una delicia, como siempre. Bienvenido, Manolo Titos, al grupo; conversador ameno y gran amante de la montaña.
Los días dan y quitan. No es lo mismo un día lluvioso o ventoso que uno de sol con el viento en calma. Me explico.
En la costa llevábamos unos días con un vendaval tremendo. Hoy mismo, cuando hemos salido a las 7, el viento soplaba fortísimo. Pero la previsión era que en Granada el viento estuviera en calma y así ha sido: un día sin viento. Cuando subíamos de Motril a Granada, Sierra Nevada estaba totalmente despejada, sin una nube, mas al llegar al Padul una capa de nubes cubría toda la baja montaña y Granada. El sol ha podido deshacer ese nublado y hemos tenido un día luminoso, soleado, primaveral. Todo se ha conjugado para caminar con un tiempo magnífico.
Hemos comenzado la excursión con niebla. Parecía que nos íbamos a perder esas vistas tan bonitas del valle durante el trayecto por la ladera derecha del Huenes. El sol ha trabajado bien y, sin levantar aún totalmente el nublado, sí que nos ha permitido disfrutar de ese valle del Huenes con sus parcelitas de colores, con ese caserío del cortijo Huenes junto al curioso picacho en el centro del valle, con ese contraste entre el constreñido Huenes y la amplitud del campo alrededor de la fuente del Hervidero, todo entrevisto a través de las vedijas de la niebla, lo que le añadía un encanto especial.
Entre la cuesta Quiebratajares y el vivero la niebla ha desaparecido y la suave ascensión entre pinos y cipreses, sobre la mullida pradera, ha sido un placer.
Aunque hemos comenzado caminando a buen ritmo la idea de que la excursión era cortita iba calando en todos, lo que, inevitablemente, lleva a caminar más despacio propiciando las conversaciones.
Hemos visitado la Fuente Fría, sin agua, antes de llegar al tajo de la Sabina donde hemos tenido un Ángelus largo. Claro, el lugar lo requería, porque allí teníamos el profundo valle del Monachil allá abajo, con sus bosquetes de pinos, aunque lo mejor, lo que nos había llevado al tajo, era la vista al sur, con el trozo de la alta cordillera desde el Veleta a Elorrieta, blanquísimo, refulgiendo al sol, teniendo por debajo la verdura de los bosques de pino silvestre. Un espectáculo inigualable.
El cerro Huenes, con su curioso pedregal, su dolina y sus encinas, tiene un encanto especial. Sin embargo, todo eso queda eclipsado por sus impresionantes panorámicas al norte, hacia Granada, y al sur, hacia esa inmaculada sierra.
El cerro del Tamboril o “de la Carga de Estiércol”, con su silueta triangular, siempre lo habíamos dejado al margen de la ruta. Hoy nos hemos acercado a él. Hemos trepado para alcanzar la cumbre, cuando por su parte norte tiene una senda perfecta, con pendiente uniforme hasta la cima, y hemos disfrutado de sus vistas, sobre todo al oeste. La grieta del valle del Huenes, la llanura alrededor del cortijo de la Fuente del Hervidero verdegueando con su cereal recién nacido, los cerros de la Boca de la Pesca y Picacho Alto ahí cerca, la Giralda a media distancia, y la silueta de la Tejeda y la Almijara en el horizonte, componían una estampa inolvidable.
Si habíamos estado media hora en cerro Huenes, en el Tamboril no ha sido menor el tiempo dedicado a disfrutar del panorama y a hacer aquellas mil fotos. Por fin nos hemos decidido a bajar, a recuperar la vereda principal por poco tiempo, y a abandonarla buscando el collado de la Carne.
En el collado hemos formado nuestro restaurante particular. Con parsimonia nos hemos aposentado y comenzando ese espectáculo que se repite en todas las caminatas de ir sacando de las mochilas esas variadísimas viandas. Hoy ha salido chacina, ensalada de bacalao, aguacate, judías, cuatro tipos de tortilla, pastel de atún, pollo y lomo al ajillo… y qué se yo cuántas cosas más. Varios tipos de quesos, naranjas, y para finalizar la tradicional tarta de Jerónimo. Esta vez de queso y mandarina. Exquisita. Para pasar todo este condumio hemos tenido que trasegar vinos de Fornes, Somontano, Rioja y Bierzo. Ricos, ricos. Para el dulce nada menos que cuatro tipos de tés-infusiones a elegir, con el añadido de los orujos leoneses.
Las vistas desde el comedor eran únicas: el estilizado y empinado Trevenque, en primer plano, y detrás el manto blanco de la alta sierra desde el Veleta al Caballo. Todo con un sol agradabilísimo.
Casi nos eternizamos en el almuerzo. Nadie quería levantarse de ese magnífico espectáculo. Pero más mal que bien fuimos recogiendo y poniéndonos en pie, no sin esfuerzo.
Ya que estábamos en el collado ascendimos al pico de la Carne y lo bajamos con Javier y Antonio como ángeles de la guarda en el destrepe debajo la cima.
Todavía nos quedaba el espectáculo final: la vista de la cordillera nevada entre los pinos resineros y las brumas que iban llenando los valles al oeste mientras la línea de la Tejeda y Almijara se mantenía nítida. Todo eso durante el largo descenso por la cresta oeste del pico de la Carne. Inigualable broche final a este maravilloso día.
Mapa de la ruta
 
Tajo Colorado
 
Cruzando una zona de arenales dolomíticos
 
Por el pinar entre la niebla
 
Se le ha mojado la casa
 
Junto al refugio del vivero forestal
 
Acercándonos al Tajo de la Sabina
 
Sierras de Huétor y Harana desde el Tajo de la Sabina
 
El Veleta y cerros dolomíticos
 
Panorámica de los tresmiles occidentales
 
Una zona llana
 
Llegando al Cerro Huenes
 
En el Cerro Huenes con el Lucero y La Maroma de fondo
 
La amistad hace extraños compañeros de viaje: un maño malagueño, un malagueño granaíno y un granaíno... granaíno.
 
Bajando del Cerro Huenes
 
Cartujo
 
A falta de Ricardo siempre hay alguien dispuesto a trepar
 
Subiendo al Cerro del Tamboril
 
La bajada
 
Vinos y Trevenque
 
Desde el Collado del Pico de la Carne
 
La subida al pico
 
Hacia la Boca de la Pescá
 
En la cuerda...
 
( Pausa: Pico de la Carne)
 
... floja
 
Un espectáculo de luces y sombras
 
Esta ladera
 
por ahí la has de bajar
 
con cuidado de no resbalar
 
y terminar a los pies del Trevenque
 
Caminar sobre la niebla
 
El Trevenque sobre los tresmiles
 
Viejos pinos resineros
 
La cuerda del Trevenque
 
Luz de tarde de nieblas
 

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