Participantes: 13
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Paco P., Jesús R., Pilar, Jesús C.,
Ana, Paco R., Tere, Enrique, Manuel D., Manuel G., Ricardo, Lucía L. y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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12,5 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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900 metros
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Altura mínima: (640m – Carretera, Monumento al ciclista)
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Altura máxima: (1.449 m – Pico de los Reales)
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Tipo de recorrido:
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Circular
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Tipo de camino:
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Veredas, carril, carretera y campo
a través (barranco)
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Desayuno
en Churrería la Cordobesa de Estepona. Excelentes churros a un precio
razonable.
A la
Sierra Bermeja no le tenemos cogido el punto. Cuando fuimos por primera vez
hace una veintena de años, cuando no había GPS y cada uno se buscaba la vida
como podía, entramos por un carrilillo abandonado que nos llevaba hacia el
arroyo de la Cala. Entonces, después del gran incendio de 1995, la mayor parte
de la sierra era un carbón, pelada, negruzca, y el arroyo nos pareció una buena
manera de entrar en ella. Hoy, después de tanto tiempo, seguimos entrando por
el mismo sitio sin haber intentado otro lugar de acceso a los Reales por la
cara este.
Ahora
tenemos algunas novedades. La primera es que desde la carretera se aprecia una
senda por el cortafuegos de la cresta entre los arroyos de Guadalobón y de la
Cala. La segunda se refiere al camino de entrada al arroyo de la cala; está
arreglado y desde donde termina en el arroyo de la Cala continúa una senda a la
cresta entre la Cala y Guadolobón. Faena para futuras exploraciones.
Por el bien acondicionado carril entre la
carretera y el arroyo de la Cala comenzamos nuestra caminata, con animadas
charlas propiciadas por la suavidad del carril. Las charlas cesaron en cuanto
entramos en el arroyo con sus enormes pedruscos y su chorro de agua que pone
las piedras resbaladizas, y fueron sustituidas por frasecitas cortas del tipo
“por aquí se puede pasar”, “cuidado con esa piedra que resbala”, “por aquí
imposible”.
Íbamos
progresando despacio por ese intrincado galimatías de pedruscos, vegetación de
helechos, adelfas y emborrachacabras, evitando el curso del agua. Llevábamos ya
un buen rato de esfuerzo cuando Manuel de Rincón dijo “chicos, llevamos hechos
250 m de desnivel”. La moral se nos vino abajo: tanto trabajo para este desnivel.
A veces es mejor no dar ninguna información.
Seguimos
subiendo para llegar a la cascada grande. Sabíamos que se salvaba con mucha
dificultad por la margen izquierda. Y por allí fuimos y la sobrepasamos.
En
el desvío hacia la barranquera de la izquierda paramos al Ángelus. Un Ángelus
cortito porque queríamos quitarnos cuanto antes la barranquera. Después de
sobrepasada la arruinada valla de alambre, cuando ya dejamos los pedruscos del
cauce, vino la zona de tierra y piedrecillas, muy resbaladiza, muy empinada, y muy
dificultosa para variar.
Poco
a poco la sobrepasamos para llegar a la pista. Habíamos invertido una cantidad
de esfuerzo y de tiempo tremenda. Algunos decían que no volverían más por el
cauce, otros callábamos aunque reconociendo la dificultad pasada, y sólo
Ricardo decía que a él le había gustado el barranco. Hay gente pa’tó.
Fuimos
hacia el mirador de Estepona, o de Salvador Guerrero. En las barranqueras con
los taludes y pinos y pinsapos, habíamos estado protegidos del viento, pero al
salir a campo abierto la cosa cambió. El levante soplaba inclemente, se nos
llevaba.
A
duras penas hicimos unas fotos y continuamos rápidamente hacia el pico de los Reales.
Sube la senda paralela, pasando a uno u otro lado de una alambrada. La función
de esa alambrada, como la arruinada del barranco, es desconocida, se diría que
sin utilidad alguna. La senda desemboca en la pista de subida a las antenas,
pista deshecha por las aguas, tanto que el mejor camino son las cunetas de
hormigón.
En
el vértice de los Reales el levante soplaba otra vez a muerte. Llegamos, lo
tocamos, y continuamos por el sendero al norte hacia la Plazoleta, entre
pinsapos, sin viento, buscando ya una zona para acomodarnos a comer.
Encontrado
el restaurante dimos comienzo al ritual del almuerzo. Ritual con poco orden.
Además de un pajarero y un geólogo, en el grupo nos falta un metre para ordenar
los platos. Sin él salen a la vez aperitivos, ensaladas, carnes… en tremendo
revoltijo quitándole lucidez a la comida. Sea como fuere allí hubo boquerones
en vinagre, chacina, ensalada, tortillas, habas, garbanzos, humus de remolacha,
pastel de atún, pollos pera y con pimentón, carne de cerdo… y seguramente más
cosas que olvido, pero todo a la vez, sin orden ni concierto. Lo pasamos
ayudados de cervecita fresca y 4 botellitas de tinto de distintas procedencias,
buenos, aunque alguno se sugirió que no repitiese.
Luego
los quesos, los dulces: de cabello de ángel unos y tarta de albaricoque,
Jerónimo siempre sorprendiendo con sus habilidades culinarias, los tés y los
orujos. Todo un lujo bajo los pinsapos.
En
la Plazoleta tomó el mando Manolo para llevarnos por una sendita “que nos
metería directamente en los coches”. Subimos a la carreterita de la zona
recreativa y desde ella tomamos la senda por la cara este de la sierra, entre
pinos resineros de buen porte respetados por los incendios. Atravesamos el
arroyo de Abrón, fuimos paralelos al del Infierno y salimos por un cortafuegos
a los coches tal como había anunciado Manolo.
Un
buen día, sin calor, con mucho viento en la cima. Hemos de buscar alternativa
al arroyo de la Cala para seguir disfrutando de esta bonita sierra, aunque
quien quiera siga subiendo por el arroyo.
Mapa de la ruta
Halimium atriplicifolium
Comienza la subida por el Barranco del Arroyo de la Cala
Sorteando piedras aún con ganas
Todavía juntos
Uno de tantos escalones rezumantes
La cascada grande apenas con un hilo de agua
Ayuda en el paso de la cascada grande
De abajo a arriba
Ayudas
Unas vistas increíbles
Pies y manos para qué os quiero
Por una grieta
Doble apoyo
Verticalidad
El deseo de pisar tierra firme
La Costa del Sol desde las alturas
Desde el mirador al Peñón
Grupo en el mirador
Genista hirsuta subsp. lanuginosa
El Peñón con su nube de levante
Llegando a las antenas que mancillan el pico
Parte del grupo protegiéndose del vendaval en el Pico de los Reales
Bajada hacia el collado entre los Reales y los Realillos
Armeria colorata
Pinsapar en la cara norte de los Reales
Por el sendero de los pinsapos
Arenaria capillipes
Pinsapos con los brotes nuevos de primavera
Arenaria montana
Linaria aeruginea
Peridotitas
Centaurea haenseleri subsp. haenseleri
Sendero por el pinar
Staehelina baetica
Panorámica de las sierras costeras del occidente malagueño
Me apunto. Jerónimo, ya me indicas lugar y hora de quedada.
ResponderEliminarVoy. Tenía ganas de volver a hacer esta subidilla por arroyo (¿?) atractivo. Ricardo
ResponderEliminarPaco, Jesús y Pili.... Vamos
ResponderEliminarYo también me apunto, nos vemos en la plaza
ResponderEliminarEsta vez Paco me ha ganado por los pelos. Me apunto. Esperaré a la furgoneta en la gasolinera rinconera a las 7,15 h. Si viniera llena me llevo el coche.
ResponderEliminarManuel
Vamos Tere y yo.
ResponderEliminarAna, a las siete y media en el Faro.
Yo también me apunto. Estoy en racha.
ResponderEliminarLa caravana de oriente me puede recoger?
ResponderEliminarSí es posible, me apunto a sierra Bermeja.
Saludos.
Tarde pero llego a tiempo de apuntarme a la caminata de mañana. Manuel González, ¿contamos con tu coche? Porque ya no cabemos en la furgoneta de Paco. Si viene mal, puedo llevar mi coche.
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