viernes, 23 de diciembre de 2016

Miércoles 21 de diciembre: Alcaucín - La Torrecilla


Participantes en la primera parte: Miguel, Paco, Pepe, Antonio, Victoria y Jesús. En la segunda se sumaron Pedro y Ricardo.
Distancia recorrida: 15,5 km
Desnivel acumulado: 1190 m

Desayuno en el bar El Cruce en la carretera a Benamargosa. Aceptable

El principal objetivo del día era tomar unas migas en casa de nuestro amigo Pedro en Alcaucín, pero antes queríamos hacer un poco de apetito.

Desde casa uno planea rutas que luego son imposibles de cumplir. Queríamos ir de Alcaucín a la Torrecilla, a los Pradillos, a las fuentes de la Haza del Cañuelo y del Espino, para terminar en el Alcázar. Otra propuesta era desde la Torrecilla ir al puerto del Pico, bajar a los Charcones y por el collado de la Zorra salir al Atalayón y al camino de Canillas a Alcaucín. Más larga aún. Y después el día da para lo que da.

Salimos por la senda detrás del cementerio de Alcaucín escuchando a Victoria contar las mil y una cosas de Bolivia, de los recorridos, de las gentes, de los alojamientos... En la cuestecilla íbamos que no podíamos respirar y ella charlando tan tranquila. ¡Vaya potencia! El sol iba ganando terreno sobre los olivares de Periana y Alcaucín con un contraste precioso entre la luz y las sombras en esa campiña repleta de olivos y de casas. De vez en cuando parábamos para recrearnos con el espectáculo. ¡Qué cosas tan bonitas nos ofrece la Naturaleza a diario!

Pasamos por el colladillo del cerro del Mosquito, por el Matorral y desembocamos en el carril por el Descansadero Altero. Poco descansamos, sólo reagruparnos, y nos internamos en el matorral que está invadiendo la senda al collado del Aguadero. Y del Aguadero hacia la Torrecilla. Algunos hacía muchísimos años que no pasábamos más allá de la curva donde sale la sendilla al barranco de la Colmena.

Poco a poco ganábamos perspectiva sobre la zona entre el Alcázar y la llanura de Zafarraya, al norte, y en alguna curva sobre Periana, Colmenar, Camarolos y Torcal. También, con la altura, el viento ganaba en intensidad. Tuvimos que sacar los cortavientos y en algunos momentos eran tan fuertes las rachas que casi nos llevaban. Por eso en la Torrecilla disfrutamos poco de las vistas a la Axarquía y al mar.

Cambiamos de dirección al este, hacia el puerto del Pico y entonces fue el Pico de la Tejeda el que nos alegró la caminata con su manto blanco. Por aquí nunca hubo senda marcada y ahora ya hay alguna traza fruto del paso de senderistas. Eran casi las 12 y aún no habíamos llegado al barranco de los Polvijeros. Tuvimos un conciliábulo y decidimos tomar un Ángelus ligero y regresar porque no teníamos tiempo para más.

Dicho y hecho. Tomamos un mostachón, unas almendritas y una hojaldrina al abrigo de unas sabinas y con el viento amainando desandamos el camino bajando por el mirador de la Glorieta, a la fuente de Carrión Alto y a las escuelas cuando salían los niños de clase.

En casa de Pedro nos esperaba también Ricardo. Sabido es que cuando tocan a comer la gente se apunta más que a trabajar o caminar. Preparamos unos aperitivos con lengua en manteca, morcilla, chacina de Aracena (faltaba la de León), ajobacalao, tomate, aguacate, gambitas, cardo, ensalada cateta…y quizá alguna cosa más. Luego un par de platos de migas deliciosas y para terminar unos dulces navideños. Ah! Y todo regado con caldos excelentes.

Tenemos que fichar a Pedro, no para caminar por ahora, sino para cocinar y para organizar esas comidas disfrutando de las charlas y chascarrillos que siempre tiene tan oportunos.

 
En la cuesta a la Torrecilla
 
Olivares y casitas
 
La Axarquía y la Sª  de Alhaurín
 
La Mesa de Zalía rodeada de casitas
 
En la Torrecilla aguantando el vendaval
 
Hacia el puerto del Pico con el Pico de la Tejeda al fondo
 
Doñana, Fraile, Camarolos y Chamizo
 
Zafarraya a través del Boquete
 
El Alcázar desde el collado del Aguadero
 
En el mirador de la Glorieta
 
Comida en casa de Pedro

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