Participantes: 11
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Paco Ruiz, Jesús, Miguel Ángel, Carlos, Ricardo, Enrique, Luci, Paco
Zambrana, Lola V., Lola D. y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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26 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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700 metros
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Altura mínima: 85metros (Cantera Río Chíllar)
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Altura máxima: 730metros (Cascada seca del Tajo de las Palomas)
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Tipo de recorrido:
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Mezcla de tramo circular y tramos
de ida y vuelta.
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Desayuno
en la gasolinera de Nerja.
Teníamos previsto ir al Pinarillo para cruzar por la Cuesta de los Galgos, bajar a la presa del Chíllar y hacer la parte alta del Chíllar. Temimos que la barrera de la Cueva de Nerja estuviese cerrada porque habían activado el plan INFOCA el 1 de junio. Cambiamos pues el itinerario saliendo de la cantera del Chíllar.
El Chíllar nos recibió con mucha menos agua de la habitual, seco al principio y un hilillo después que fue aumentando conforme nos acercábamos a la central de Salto Grande.
Primera discusión: subir por el canal y bajar por el río o al revés. Zambrana tenía ganas de canal y le dimos ese gusto. Arrancamos por esa empinadísima cuesta cerca de la tubería con la sorpresa de que las casitas sobre la central se habían demolido. ¿Por seguridad? Allí echamos los primeros y casi los únicos goterones de sudor.
La cámara de carga de la tubería de presión está cercada con una verja de alambre, bastante nueva pero con la puerta de acceso arrancada. No hay impedimento pues para entrar al final del canal y seguir por su margen como siempre hemos hecho. El canal nos asomó a esas preciosas panorámicas sobre la Almijara, con el río allá abajo, Frigiliana, el Fuerte y la sierra de Enmedio al oeste, y la Cadena y el Cisne al norte, todo cubierto por ese pinar que siempre nos preguntamos de dónde saca el agua en esa reseca sierra.
Los restos de construcciones al lado de la presa también han sido demolidos, el albaricoquero está roto y seco y todo el entorno lleno de hierbas. Bajamos al río y subimos a la presa iniciando así el tramo del Chíllar Alto. Se camina poco por esta parte y la maleza oculta gran parte de las sendas a pesar de los mojones que tratan de señalarla. Ante la duda más vale meterse en el agua que aventurarse en un zarzal. Frente al Cerrajón hicimos el Ángelus.
La sendita al Imán está llena de maleza, tan apenas se adivina dónde comienza.
De la Vegueta de la Bandera salía un buen chorro de agua, pero por encima de ella el río iba seco hasta poco antes del comienzo de los Cahorros del Imán. En los Cahorros seguía cayendo el agua por el resbaladero y goteando por encima de la zona de culantrillos. En los pedruscones de la parte más estrecha del cahorro hubo otra discusión sobre si dar la vuelta o continuar hasta la cascada. Miguel y Carlos querían conocerla, Ricardo también... En fin, todos menos las mujeres y Jesús querían continuar. Al final hubo división sexual. Los hombres treparon por los troncos hacia la cascada y las mujeres se quedaron solazándose en la poza y al solecito.
El bosque de adelfas ya no puede llamarse tal porque muchas las ha arrancado el agua. Se necesitan varios años sin avenidas fuertes para que se restituya. En un determinado punto el agua cesó y aún con el río seco seguimos a la cascada. El tajo de las Palomas sigue allí, imponente, anunciando la cercana cascada. No había agua en el río y, consecuentemente, no caía por la cascada. Con la pena de ver la cascada seca regresamos deprisa para no hacer esperar demasiado a las chicas. Pero ellas estaban tan contentas. Diríase que incluso se les hizo corto el rato.
A la sombra de los tajos comimos en el cahorro con la musiquilla del continuo caer del agua.
Nunca sabe uno qué va a salir de las mochilas. Esta vez salió mucha verdura en forma de cinco tipos de ensalada, más tortilla de espinacas y judías verdes. Solo una fiambrera con carne que desapareció rápidamente. Las galletas y los tés pusieron el punto final.
Tratamos de bajar a buen paso porque quedaba mucho recorrido. Sorprende los grupos que nos encontramos en los alrededores de la presa buscando el nacimiento del río. Además de tener poca práctica en caminar y de ir muy tarde buscaban una quimera porque el Chíllar, como casi todos los ríos, no tiene una gran fuente de comienzo, sino que son manantialillos que van aportando su caudal, por eso a veces el río se seca y más arriba tiene agua.
Aprovechamos las dos mejores pozas para remojarnos y nos internamos en el gentío que suele poblar en verano la parte baja del río. Adelantando a los grupos como podíamos llegamos a los coches. Aún hubo tiempo para subir a ver la cascada de la vieja central del Almanchares. Otra desilusión. Han construido un muro que la cerca y se llevan el agua a los depósitos circulares cercanos. Ya no nos podemos dar el último remojón debajo de esa cascada.
Teníamos previsto ir al Pinarillo para cruzar por la Cuesta de los Galgos, bajar a la presa del Chíllar y hacer la parte alta del Chíllar. Temimos que la barrera de la Cueva de Nerja estuviese cerrada porque habían activado el plan INFOCA el 1 de junio. Cambiamos pues el itinerario saliendo de la cantera del Chíllar.
El Chíllar nos recibió con mucha menos agua de la habitual, seco al principio y un hilillo después que fue aumentando conforme nos acercábamos a la central de Salto Grande.
Primera discusión: subir por el canal y bajar por el río o al revés. Zambrana tenía ganas de canal y le dimos ese gusto. Arrancamos por esa empinadísima cuesta cerca de la tubería con la sorpresa de que las casitas sobre la central se habían demolido. ¿Por seguridad? Allí echamos los primeros y casi los únicos goterones de sudor.
La cámara de carga de la tubería de presión está cercada con una verja de alambre, bastante nueva pero con la puerta de acceso arrancada. No hay impedimento pues para entrar al final del canal y seguir por su margen como siempre hemos hecho. El canal nos asomó a esas preciosas panorámicas sobre la Almijara, con el río allá abajo, Frigiliana, el Fuerte y la sierra de Enmedio al oeste, y la Cadena y el Cisne al norte, todo cubierto por ese pinar que siempre nos preguntamos de dónde saca el agua en esa reseca sierra.
Los restos de construcciones al lado de la presa también han sido demolidos, el albaricoquero está roto y seco y todo el entorno lleno de hierbas. Bajamos al río y subimos a la presa iniciando así el tramo del Chíllar Alto. Se camina poco por esta parte y la maleza oculta gran parte de las sendas a pesar de los mojones que tratan de señalarla. Ante la duda más vale meterse en el agua que aventurarse en un zarzal. Frente al Cerrajón hicimos el Ángelus.
La sendita al Imán está llena de maleza, tan apenas se adivina dónde comienza.
De la Vegueta de la Bandera salía un buen chorro de agua, pero por encima de ella el río iba seco hasta poco antes del comienzo de los Cahorros del Imán. En los Cahorros seguía cayendo el agua por el resbaladero y goteando por encima de la zona de culantrillos. En los pedruscones de la parte más estrecha del cahorro hubo otra discusión sobre si dar la vuelta o continuar hasta la cascada. Miguel y Carlos querían conocerla, Ricardo también... En fin, todos menos las mujeres y Jesús querían continuar. Al final hubo división sexual. Los hombres treparon por los troncos hacia la cascada y las mujeres se quedaron solazándose en la poza y al solecito.
El bosque de adelfas ya no puede llamarse tal porque muchas las ha arrancado el agua. Se necesitan varios años sin avenidas fuertes para que se restituya. En un determinado punto el agua cesó y aún con el río seco seguimos a la cascada. El tajo de las Palomas sigue allí, imponente, anunciando la cercana cascada. No había agua en el río y, consecuentemente, no caía por la cascada. Con la pena de ver la cascada seca regresamos deprisa para no hacer esperar demasiado a las chicas. Pero ellas estaban tan contentas. Diríase que incluso se les hizo corto el rato.
A la sombra de los tajos comimos en el cahorro con la musiquilla del continuo caer del agua.
Nunca sabe uno qué va a salir de las mochilas. Esta vez salió mucha verdura en forma de cinco tipos de ensalada, más tortilla de espinacas y judías verdes. Solo una fiambrera con carne que desapareció rápidamente. Las galletas y los tés pusieron el punto final.
Tratamos de bajar a buen paso porque quedaba mucho recorrido. Sorprende los grupos que nos encontramos en los alrededores de la presa buscando el nacimiento del río. Además de tener poca práctica en caminar y de ir muy tarde buscaban una quimera porque el Chíllar, como casi todos los ríos, no tiene una gran fuente de comienzo, sino que son manantialillos que van aportando su caudal, por eso a veces el río se seca y más arriba tiene agua.
Aprovechamos las dos mejores pozas para remojarnos y nos internamos en el gentío que suele poblar en verano la parte baja del río. Adelantando a los grupos como podíamos llegamos a los coches. Aún hubo tiempo para subir a ver la cascada de la vieja central del Almanchares. Otra desilusión. Han construido un muro que la cerca y se llevan el agua a los depósitos circulares cercanos. Ya no nos podemos dar el último remojón debajo de esa cascada.
Mapa de la ruta
Carthamus arborescens - Cardo cabrero
Bufo bufo - Sapo común
Ageratina adenophora - Espumilla (Planta invasora de origen mexicano)
Por la acequia
Centaurium erythraea - Hiel de la tierra
Saltando de un lado al otro del canal en una zona estrecha
Putoria calabrica
Caminos paralelos a la acequia
Campanula mollis - Campanilla de roca
Por la zona de la Vegueta de la Bandera
Las crestas de la Almijara parecen cerrar el cauce
Bajo el travertino de los culantrillos
Subiendo por el Cahorro del Imán
Cahorro del Imán
Llegando a la Cascada de las Palomas, con los tajos al fondo
La hoy seca Cascada de las Palomas
Vinos en remojo
De vuelta con la presencia imponente del Almendrón
La luna confunde la noche con la hora de la siesta
Chíllar abajo
Pasamos por una zona de grandes bloques donde el agua salta de piedra en piedra
Baño en la poza, este año más limpia y sin basuras alrededor
Por una de las muchas pozas artificiales, colmatadas de piedra y arena
Cruzando el segundo cahorro
Cahorro con luz de tarde
En el primer cahorro
Siento no poder acompañaros en esta bonita ruta porque el jueves me voy para León con parada en Madrid.
ResponderEliminarQue paséis un buen verano.
A unos os veré en León y a otros en Montenegro, al resto hasta Septiembre.
Hola a tod@s, sólo deciros que si habéis pensado que se puede llegar hasta el Pinarillo en coche, pues ha comenzado el Plan Infoca y normalmente cierran el paso del carril. A ver sin nos vemos en otra comida!!!!
ResponderEliminarGracias, Fali. La idea era esa pero si es así buscaremos alternativas.
EliminarPor cierto, hablando de comida, sería bueno ir pensando una fecha para la comida de verano.
Me apunto
ResponderEliminarMe apunto también. Quién venga de Málaga me podría recoger en la Tamoil?
ResponderEliminarUn abrazo montañero.
Lola D.
Voy a estar a las 6'45 en los chinos. Alli vemos si nos recoge alguien o seguimos en mi fantástico coche hasta Nerja
EliminarEnrique
Estaré en la plaza a las 7.
ResponderEliminarEstaré. Ricardo
ResponderEliminarEstaré. Ricardo
ResponderEliminarPaco y Lola Valle llegarán a desayunar a la gasolinera de Nerja, desde El Morche.
ResponderEliminarSaludos a todos.
ResponderEliminarYa era hora, añoraba una copa de vino con la buena gente.
Me apunto al agua.
Enrique
Me apunto.
ResponderEliminarMe apunto.
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