Participantes: 11 | Germán, Paco P., Pilar, Jesús R., Manuel D., Rafa, Paco Ruiz, Ricardo, Jesús C., Tere y Jerónimo. |
Distancia recorrida: | 16,8 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: | 1070 metros |
Altura mínima: (280 m – Tolox) | Altura máxima: (1.020 m – Cortafuegos Cerro de la Médica) |
Tipo de recorrido: | Lineal |
Tipo de camino: | Veredas, carriles, calles y campo a través. |
Desayuno en la Venta Umami. Pitufos grandes a buen precio. El camarero con la rapidez y eficiencia de siempre. Han puesto en la puerta la escultura de un rinoceronte enorme. Jesús invitó por su cumpleaños. ¡¡¡FELICIDADES!!!
El día empezó con incidentes.
Jerónimo y Tere advirtieron que llegarían desayunados a Tolox porque les había
surgido un problemilla. El resto desayunamos y les esperamos en el aparcamiento
del arroyo de los Caballos. Llegaron un poquito tarde porque habían ido a
comprar una tarta en sustitución de la que se le estropeó a Jerónimo la
tarde-noche anterior. Este lugar del aparcamiento es curioso porque está al
lado del arroyo de los Caballos, pero una placa informa de que ese es el Paseo
del río de los Bolos. No sabemos a qué carta quedarnos.
La idea era hacer la ruta de las cascadas
por la cabecera del arroyo de los Caballos. Llevábamos dos semanas de lluvias y
tendrían que caer repletitas de agua.
Partimos atravesando las calles
de Tolox, subiendo a la plaza Alta, para de allí bajar a la salida de los
senderos SL-A 238 de la Virgen de las Nieves y SL-A 229 del río de los
Horcajos.
Al llegar a la vera del río de
los Horcajos vimos que venía bastante crecido. Más de uno pensamos que
podríamos tener problemas para vadearlo más arriba, pero todos seguimos
adelante con la esperanza de poderlo hacer. El arroyo de Híjar que baja por
nuestra izquierda justo antes del molino llevaba un buen caudal, como para
mover el molino, en cambio la fuente Amargosa, allí al lado, echaba el pequeño
chorrillo de siempre, indicando que su acuífero no está afectado por las
lluvias.
En vez de seguir el carril a la
Virgen de las Nieves tomamos a la izquierda la sendita del Río de los Horcajos
que va siguiendo una antigua acequia y pasa al lado de unos memorables
algarrobos y unos tajos con travertino donde crecen algunos ejemplares de Rupicapnos
africana a los que siempre saludamos.
El sendero desemboca en un carril
que nos subió directamente al llano donde está la ermita de la Virgen de las
Nieves, con su cruz y su medialuna, y de allí bajamos al vado de los Horcajos
en la zona del Piloncillo. Aquel caudal de agua no se podía cruzar, al menos no
para la mayoría. Se puso alguna piedra, se buscaron alternativas, pero era
difícil y arriesgado.
Decidimos cambiar de ruta e irnos
a explorar alguna de la senda que se han limpiado y señalizado por Tolox. Sin
ir más lejos de la ermita partía la senda de las Caleras y un poco más acá, más
cercana aún, la senda por el arroyo del Sapo. Nos inclinamos por esta última.
Va subiendo por el pinar llevando a la izquierda el cauce del arroyo del Sapo,
seco en la parte baja, pero más arriba escuchamos el murmullo del agua. Lo
cruzamos por donde había algo de agua y un poco más arriba llegamos a la cresta,
al llano del Charco con restos de un cortijillo y una hermosa era empedrada.
En el llano, al lado de unas
rocas, hicimos la parada del Ángelus muy contentos con haber transitado esa
senda desconocida, limpia, toda por bosque.
Aquí la senda cambia a dirección
norte, siguiendo la cresta, por una subidita muy suave. A poco encontramos un
poste indicador en el que la senda de las Caleras y puerto Gatuz se unía a la
nuestra, así que desde la ermita se puede hacer una circular bonita, por bosque
de pino.
Seguimos al norte con el cerrillo
del Tocón a la izquierda para entrar en un llano, con alambradas de rediles, a
donde llegaba un carrilillo por la derecha. Teníamos un nuevo poste indicando a
la derecha, siguiendo el carrilillo, la fuente de Janón a 700 m y el camino de
la Serranía de Ronda a 900 m. Por esa ruta regresábamos hacia Tolox.
Tuvimos la mala suerte de que
allí había cobertura, Jerónimo sacó un mapa en su móvil donde se veía una senda
al noroeste que subía y más arriba se podía tomar otra al este que nos devolvía
a la fuente de Janón. No fuimos prudentes y nos embarcamos en esa senda que
subía. Estaba poco marcada, subía a pecho por el cerro y el piso era un lapiaz
malo. Esto nos tenía que haber hecho reconsiderar nuestra decisión. Pero no.
Seguimos hacia arriba, coronamos el cerro, bajamos a un puertecillo y allí no
había rastro de senda al este, a la derecha. La senda atacaba otro cerro al
noroeste y seguimos subiendo por una sendilla cada vez menos marcada y más
dificultosa hasta coronarlo.
Seguíamos sin rastro de senda al
este o sureste. Había unos mojoncillos de piedras y huella de antigua senda
llena de maleza. Por allí nos metimos, al sureste, siguiendo más o menos, la
antigua huella de la senda, evitando la maleza en lo posible, hacia unas fincas
de castaño que había más abajo.
Al llegar a los castañares había
una alambrada, pero en un punto estaba bastante hundida y se podía pasar.
Caminar por el castañar, con el suelo limpio, mullido, era una delicia después
del lapiaz anterior.
Tratamos de descender a buscar
una pista que se divisaba abajo, pero la maleza impedía salir del castañar.
Remontamos otra vez hacia una casita, pasamos al lado de un colmenero con
perrillo gritador, nos picaron algunas abejas, y llegamos a la casita en lo
alto del castañar con una buena pista.
La pista nos llevaba hacia
Yunquera, pero hacia el sureste, que era a donde nos interesaba ir, no había
carril ni vereda clara. Luego, en casa, al bajar el track y ponerlo en el Base
Camp, hemos sabido que el sitio donde estábamos era Mojón Blanco, y que
siguiendo la cresta desde la casa, enseguida se desciende al puerto de Janón,
con senda, no sabemos si limpia, que baja a la pista del camino de la Serranía
de Ronda.
Decidimos no embarcarnos en más
aventuras e ir por la pista hacia las blancas casas de Yunquera que divisábamos
al norte. Allí tomaríamos un taxi para Tolox.
Se nos habían hecho más de las
dos y media, y tomada la decisión de ir hacia Yunquera, era tiempo de
restaurante. Nos acomodamos como pudimos en un ramal de la pista, en llano pero
sin piedras. Salieron las frescas cervezas dando principio al ágape. Tuvimos
langostinos, chacina y sobrasada de aperitivo, coliflor, carne guisada con
patatas, otra con tomate, filetillos tiernos, y más cosas que olvido. Un par de
vinos de Monastrell y otro de Tempranillo, quesos, té, orujos y la tarta de Jerónimo
y Tere. Lo tomamos con tranquilidad porque por la pista calculábamos que no
tardaríamos más de dos horas en llegar a Yunquera.
Tere había contactado con su hija quien le dio el teléfono de un par de taxis de Yunquera, pero al llegar a Yunquera fue su hija misma quien vino a hacer de taxista y se llevó a los conductores a Tolox. Mientras, el resto, tomamos una cervecita, se cantó el “Cumpleaños feliz” y cuando estábamos para pedir la segunda cerveza vinieron los coches.
Día con muy buena temperatura, con nubes y claros, sin viento. Ya conocemos otra ruta por Tolox.
Me apunto. Con vehículo si fuera necesario.
ResponderEliminarMe apunto estaré en el antiguo aparcamiento del Día
ResponderEliminarJesús se apunta, con coche si es necesario hasta el aparcamiento del antiguo Día
ResponderEliminarPilar, Jesús R y Paco nos apuntamos.
ResponderEliminarNos apuntamos.
ResponderEliminarMe apunto.
ResponderEliminarPaco Ruíz sé apunta.
ResponderEliminarMe apunto
ResponderEliminarYo también. Ricardo
ResponderEliminarMuy buenas. Si no cambia mucho la cosa , recojo a Paco Ruiz y a los del antiguo Día .
ResponderEliminarMe tengo que desapuntar.
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