miércoles, 8 de enero de 2025

11 de enero: Circular Valle del Río Guadaiza

Participantes: 18
Luis, Nori, Pili, Paco Ponfe,  Germán, Jesús R., Paco Z., Lola, Carlos, Paco Ruiz, Lily, Mª José, Pilar, Joaquín, Ricardo, Jesús C., Tere y Jerónimo.

Distancia recorrida:
 17 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
715 metros
Altura mínima: (125 m – Pantanillo del Guadaiza)
Altura máxima: (456 m – Merendero Meliche)
Tipo de recorrido:
Circular.
Tipo de camino:
Veredas  y carriles.

Desayuno en La Esquinita de Fuengirola, buenos pitufos y rebanadas con aceite, tomate, jamón, etc. A 3,5€ aproximadamente.

Aparcamos junto a la presa del embalse del Guadaiza, embalse construido para recoger el agua del Guadaiza además de la que le llega del trasvase del Guadalmina y enviarla hacia el embalse de la Concepción. Oficialmente parece denominarse Pantanillo de los Tres Ríos, y así viene en Google Maps.

Partimos cruzando la presa del embalse subiendo un poquito por el arroyo del Alisal para atravesarlo por encima de la enorme tubería que viene del Guadalmina y arroja un gran caudal al embalse; aún así el embalse estaba vacío, se ve que conforme llega el agua se bombea a la Concepción.

Sigue la ruta por la orilla del embalse, hacia el norte, entre unos sauces tremendos, sin embargo, no vimos alisos, a pesar del nombre del arroyo atravesado. Pronto dejamos la orilla del embalse para comenzar a subir por la empinada senda que remonta el valle por la vertiente derecha, pronto también comenzaron a oírse motos y, a poco, aparecieron dos de ellas subiendo por nuestra senda. Tuvieron que detenerse porque motos y caminantes no cabíamos en la trocha, hasta que pudimos apartarnos y dejarles paso; ellos subieron como balas dejándonos el perfume de los escapes de las motos, lo que se les agradeció.

La senda se une a otra que viene desde el carril superior cortando la ladera de sur a norte y hacia el norte fuimos por la senda, bastante llana, que permitía disfrutar del panorama. Todo el valle del Guadaiza está cubierto por un bosque bastante tupido de pino resinero, quejigos y alcornoques, con algunos ejemplares enormes. Es un gustazo caminar por ese bosque húmedo, entre árboles señeros y sotobosque no tan agradable de erguén, aulaga y brezo blanco.

La senda remonta el lomo de la Mezquita, atraviesa el arroyo de Las Alberquillas para llegar a una zona donde un cartelón advierte “Peligro, abejas”. Hoy estaba el colmenero trabajando en las colmenas, debidamente protegido con su traje y careta. En cuanto nos vio comenzó a dar gritos para que retrocediéramos porque como estaba trasteando con las colmenas las abejas estaban revolucionadas y eran peligrosas.

Le hicimos caso, claro. La alternativa a la cómoda senda era trepar por la ladera a buscar el carril del Caserío de las Máquinas. No tuvimos paciencia para buscar alguna sendilla retrocediendo por donde habíamos venido, sino que afrontamos la empinadísima ladera, cada uno por donde pudo, intentando progresar hacia arriba sin resbalar, agarrándonos a los brezos, troncos, piedras… a cualquier cosa que nos diera un poco de estabilidad.

Con gran esfuerzo subimos yendo a parar a la majada del Almendro, bajo la cual descansamos e hicimos el Ángelus. Las abejas nos habían añadido casi media hora de trayecto, un desnivel de 60 m y un notable esfuerzo.

En la majada tomamos el carril del Caserío de las Máquinas, descendiendo, atravesamos el arroyo de los Hornillos, y poco más abajo dejamos el carril por una senda de motos descendente. Senda y carril se unen en el río, en el Cortijo de Las Máquinas. La senda no abrevia sustancialmente el recorrido por el carril, pero siempre es más agradable caminar por senda, aunque en ambos casos se va sumergido en el bosque.

El cruce del Guadaiza siempre pone un punto de aventura. Suele haber piedras a modo de vado y, si se tiene buen equilibrio, se puede intentar pasar el río por ellas como hizo parte de nuestra cuadrilla. Las piedras son muy resbaladizas, por eso, para evitar caídas, otros cruzamos el río por el agua que no suele sobrepasar la altura de la bota. Y hubo quien, previsoramente, vino equipada con chanclas para pasar el río.

El cortijo de Las Máquinas tiene tierras a un lado y otro del río. Parece ser que era la dehesa del Conde Duque, con más de 3000 ha, y que para lavar mineral en busca de platino se instalaron lavaderos y máquinas de donde proviene el nombre actual.

El cortijo nos recibe con unos bancales de cítricos, abandonados, con mandarinos y naranjos principalmente, mandarinos de los que se surte Jerónimo para las deliciosas tartas que nos trae. El terreno es llano, muy agradable para hacer allí el almuerzo. Se discutió si proseguir o almorzar allí y al final se impuso la tesis de continuar caminando para quitarnos antes del almuerzo al menos una parte del repecho que nos esperaba.

El carril pasa por detrás de las ruinas del cortijo, donde estaban haciendo una barbacoa, baja a un barranquito y comienza a ascender con mucha inclinación. Nosotros, que no conocíamos ese carrilillo, nos metimos por la ladera detrás del cortijo, por un repecho inmisericorde, como si no hubiéramos tenido bastante con el hecho para evitar las abejas, para después bajar a la huella del carril y con él continuar por la vertiente izquierda del río hacia arriba.

Nos animamos tanto con la caminata que ya nos detuvimos a almorzar en la parte alta del carril, aprovechando el sol y sombra del cortafuegos de una línea eléctrica. Cuando vamos tantos como hoy no hay manera de formar un rolde, cada uno se acomoda donde le apetece y los últimos van rellenando huecos. Es imposible relatar la cantidad de platos que salieron de las mochilas. Además, algunos no llegaban de un lado a otro. Diré que fue un ágape excelente, a lo que ayudó que era tarde y teníamos apetito.

Con pena nos levantamos del restaurante para continuar nuestro camino. Lo que nos quedaba era todo llano o en descenso. El esfuerzo estaba hecho. Nuestro carril se une a la pista que sube al puerto de la Refriega a la altura del mirador o merendero Meliche, donde se da vista al valle del río Verde. Tomamos la pista al sur, llaneando o descendiendo. Paralelas a la pista hay veredas de motos que sirven también para caminar, pero en esta ocasión preferimos la pista porque se avanza con más rapidez.

Dejamos a la derecha la casa de Fuensequilla, también en la zona del Meliche, para poco más abajo dejar la pista por un carrilillo devenido en senda que baja al embalse.

Ninguno habíamos hecho el camino de Las Máquinas al embalse por la ladera izquierda. Nos resultó agradable, cómodo y rápido porque por carril y pista se camina más deprisa. Ya tenemos una ruta circular para el futuro.

Día agradabilísimo, quizá con más calor de la que hubiéramos deseado, por un bosque variado, con tremendos ejemplares de árboles. Preciosa excursión.


Pantanillo del Guadaiza

Coronilla

Cruzando el Arroyo del Alisal

que en su salida, trasvasa las aguas desde el río Guadalmina

Garcilla en busca de su desayuno

La parte trasera del pantanillo ocupada por arenas aluviales y hoy intensamente verde

Coprinopsis lagopus

Por la zona umbría y selvática cercana al pantano

donde un palmito enorme intenta competir sin éxito con la majestuosidad del quejigo

Algunos obstáculos de agua

y otros de troncos caídos

Si el quejigo era enorme, estos sauces no le van a la zaga

La vereda abandona el llano junto al río

destrozada en muchos tramos por el paso incontrolado de motos

Los primeros narcissus cantabricus de la temporada

Entre la densa floresta asoma

Competencia leal

Entre homgos -Stereum...-

hiedra

y hongo -Hygrocibe conica-

La humedad es patente

en cada rincón del bosque

Asoman Torrecilla y Alcazaba

Por una zona algo más aclarada

donde alguna cornicabra aún muestra sus colores otoñales

Por todo el bosque aparecen

enormes chaparros y los surcos hirientes de motos sin control

A nosotros no nos gusta este lodazal de jabalíes

La Concha se muestra a ratos

La cuesta extra no prevista en el plan de ruta

ya que las abejas andaban algo revueltas con la visita del apicultor

Cambiamos veredas por carriles

pero el bosque sigue mostrándose

igual de tupido y frondoso

Una vereda estrecha

nos lleva junto al río

Andado sobre las aguas

frescas del Guadaiza

Junto al Cortijo de las Máquinas

Bosque encuadrado

Carril arriba

desde donde el valle alto del Guadaiza, incluido dentro del Parque Nacional de la Sª de las Nieves -aunque no lo parezca-, muestra toda su frondosidad

A la sombra de unos alcornoques, vinos, un menú selvático

y una tarta de queso y turrón de postre

Después de comer

toca llanear por este carril secundario

que va abriendo vistas

dejando una panorámica completa de la Concha a la altura del merendero de Meliche

África parece estar a tiro de piedra desde el Cortijo de Fuensequilla

Bajando por el carril, antiguo camino de Marbella a Ronda

Erodium cicutarium - Pico de cigüeña

Bellis annua - Bellorita, margaritilla

Mapa de la ruta

16 comentarios:

  1. Me apunto. Con vehículo si fuera necesario.

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  2. Tenemos intención de ir

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  3. Paco Ruíz sé apunta.

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  4. Joaquín y Pilar vamos, encantados como siempre

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  5. Lola V y P. Zambrana nos apuntamos, con coche si fuera necesario.

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  6. Lily también se apunta.

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  7. Jesús se apunta. A las 7 en la Ortíz. Si os parece que Paco y Lola recojan a Lily, y Carlos a Ricardo y a Jesús en la Ortíz. Nos juntamos todos con los de Vélez en el antiguo Día a las 7,05 y si cabemos en dos coches vamos en dos.

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  8. Me apunto también, si ya están organizados los coches, ofrezco el mío también. Mari Jo

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  9. Mari Jo, nos vemos en el aparcamiento del antiguo Día y nos repartimos en los coches. Hasta el sábado. Jesús

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