Participantes: 15 | Jesús C., Paco P., Pilar, Tere, Rafa, Antonio S., Luis, Nori, Germán, Carlos, Manuel D., Lola, Paco Z., Ricardo y Jerónimo |
Distancia recorrida: | 13,4 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: | 845 metros |
Altura mínima: 115 m – Maro) | Altura máxima: (Sobre los 780 m – Cortijo de la Civila) |
Tipo de recorrido: | Circular |
Tipo de camino: | Veredas, carril y arcén carretera |
Desayuno en la gasolinera de Nerja. Mal pan, mal jamón, buen servicio, muy buena situación, caro.
Partimos del aparcamiento de la
Cueva de Nerja en una mañana serena, sin viento, con calor, algunos ya con
atuendo de verano, por el carril de la Cuesta del Cielo, para dejarlo en
seguida y tomar la sendita de la Cueva de Nerja. Se trata de una senda circular
que sale del aparcamiento, sube sobre la oquedad de la cueva, llega a un
mirador y vuelve al carril de la Cuesta del Cielo. Nosotros la tomamos al revés,
subiendo desde el carril, pero en vez de ir al mirador continuamos para ir
directamente al cerro de la Fuente del Perro, el último cerro de la
cordillerita que delimita el barranco de la Coladilla por el este.
Del cerro de la Fuente del Perro
la senda sigue por la cresta de la cordillerita, con un piso muy pedregoso,
malo, pasa por el este del cerrillo de las Azucenas, baja a un collado y
remonta por un lomo, largo, interminable, hasta el cerro del Tajo de los
Bueyes. La sendita evita el cerro por el oeste, pero sabido es el atractivo de los
vértices geodésicos para Manolo en particular y para todos en general. Unos
aguardamos en la sendita mientras otros subieron al vértice y todos, después,
descendimos por la cresta que muere en el collado Romero.
En el collado tomamos el carril
de la Civila para enfrentar la cuesta de la Civila, potente cuesta en la que la
sombra del talud y de los pinos sobre los cerrillos del sur nos ayudó mucho.
Poco más arriba del desvío a la cortijada de la Civila paramos al Ángelus,
sentados a lo largo del carril, a la sombra.
En el collado de la Civila
dejamos el camino de la Cuesta del Cielo y tomamos al este la sendita que une
este collado con el cortijo de Gómez. Hay que tomarla entre dos palmitos en el
borde del camino. Se mete la senda en un tupido pinar hasta un colladito desde
el que se domina la cabecera del arroyo Colmenarejos y baja por una zona de
esquistos a una cresta al sureste.
En la cresta vuelven las dolomías
y la senda dificultosa entre piedras, maleza y descenso abrupto. Es un tramo
corto, de unos 700 m, que hay que hacer despacio y siguiendo los hitos, en el
que echamos un buen rato y se oyeron algunas protestas. En los mapas pintan una
senda un poco más al suroeste, por debajo de la cresta, senda que seguramente
está impenetrable por la maleza.
En el cortijo de Gómez respiramos
aliviados: lo peor de la caminata había pasado, nos quedaba carril y buena
senda. Y con conjeturas sobre el arreglado y poco utilizado cortijo de Gómez
descendimos el empinado carril, dejando a la izquierda el derruido cortijo de
Basilio y en la cresta del este la alberca e instalaciones del cortijo de
Antonio Alce, para llegar a la umbría por donde discurre el arroyo
Colmenarejos.
Dejamos el carril para entrar en
la senda que baja por el lecho el arroyo. El Colmenarejos ha labrado un cañón
bastante profundo, con tajos y oquedades en los paredones a derecha e
izquierda. Habíamos dejado la solanera de la cresta y caminábamos encantados
por la umbría del cañón, con curiosas formaciones y feraz vegetación en la que
sobresalía el amarillo de las flores del Cytisus malacitanus.
Los que iban abriendo la marcha
pararon a almorzar y todos aceptamos la idea de buen grado. Formamos dos
hileras de comensales a uno y otro lado del cauce y comenzó la danza de
fiambreras no sin antes haber hecho la foto a los 8 vinos que salieron de las
mochilas. Esto es una Vinoteca, sí señor, a la que hay que añadir las frescas
cervezas que también se recibieron con agrado.
Hubo chacina, berenjenas
picantes, ensalada, judías verdes, bacalao, y diversas preparaciones de carnes
de pollo y cerdo. También hubo quesos variados y para terminar la ya
tradicional tarta de Jerónimo, siempre distinta, esta vez de brownie y bizcocho de mandarina, que pasamos con
tes y orujos.
Una vez puestos en pie, no sin
esfuerzo, continuamos barranco abajo, hicimos fotos en el arco de piedra y en
una oquedad con un par de farallones rocosos, antes de desembocar en los restos
de una cantera que, además de un enorme pozo en el arroyo, ha dejado multitud
de maquinaria y vehículos allí arrumbados.
El carril de entrada a la cantera
nos llevó a la autovía que cruzamos por un puente sobre ella para alcanzar la
antigua carretera general N-340 y por su arcén anduvimos hasta Maro. En el
pueblo intentamos utilizar el puente de entrada a la Cueva de Nerja, pero ese
acceso está cerrado, así que continuamos por la N-340 y luego por la carretera
de acceso a la Cueva.
Pretendíamos tomar una cerveza o
un refresco en los bares que hay en la puerta de la Cueva, pero estaban
cerrados, con lo cual nos despedimos hasta una próxima salida.
Me apunto.
ResponderEliminarMe apunto para el sábado. Llevo mi coche. Antonio S.
ResponderEliminarPaco y Pili... vamos
ResponderEliminarVamos Tere y yo.
ResponderEliminarMe apunto, nos vemos en el desayuno
ResponderEliminarTenemos intención de ir
ResponderEliminarMe apunto
ResponderEliminarVoy
ResponderEliminarLola V y Paco Zambrana también iremos!
ResponderEliminariré. Ya me encuentro en mi normalidad. Ricardo
ResponderEliminarJesús se apunta. Si os parece bien Carlos, Ricardo, Lola y Paco salen con el coche de Carlos a las 7,30 de la Ortíz. Jesús sale con Antonio Sánchez y su coche de la plaza de la Axarquía a las 7,30 y recogen a Germán en el antiguo Día. Nos vemos todos a desayunar en la gasolinera de Nerja
ResponderEliminarOk. Por m perfecto. Ni diez mil palabras más.
EliminarOk
EliminarOk
EliminarNosotros vamos desayunados.
ResponderEliminarNos vemos a las nueve menos veinte en la Cueva de Nerja.