Participantes: 13 | Jesús C., Paco Ponfe, Pilar, Lola, Paco Z., Lily, Manuel D., Germán, Carlos, Ricardo, Jerónimo, Lucía y Nori. |
Distancia recorrida: | 16,2 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: | 1.090 metros |
Altura mínima: (1.080 m – El Robledal) | Altura máxima: (2.068 m – La Maroma) |
Tipo de recorrido: | De ida y vuelta con dos tramos circulares |
Tipo de camino: | Veredas y carriles |
Desayuno: La Alcaicería y El
Cruce del Trapiche.
Se había quedado en La Alcaicería a las 8, pero un error al recoger a Lola y Paco Z. hizo que la llegada de parte de los malagueños-fuengiroleños se retrasara deteniéndose a desayunar en El Cruce.
En el Robledal había 6ºC, fresco,
y todo el mundo vestido de verano. No estaba el ambiente como para esperar
mucho a los retrasados, por eso un par de grupitos más lentos, comenzamos a
caminar, despacio, para entrar en calor y esperar andando a los rezagados.
Tomamos el camino de la subida
tradicional, por los corrales de Martín, cerro de los Pilones y Contadero. Los
que habíamos salido antes pronto comenzamos a oír las conversaciones de los que
venían detrás y en el collado Bajero de Rojas nos reunimos todos con efusivos
saludos a los 4 que se habían retrasado.
Dos muchachas habían salido solas
desde el Robledal, se habían equivocado de camino, se las había reconducido al
correcto y en el collado Bajero de Rojas nos adelantaron mientras charlábamos.
Poco más arriba del collado Altero de Rojas las adelantamos mientras tomaban un
bocadillo.
Lo más llamativo del recorrido
era la sequía: hasta las aulagas estaban secas. Y en la umbría del Salto del
Caballo, esa vegetación tan variada y magnífica, también acusaba la sequía con
muchas hojas de los arces ya en el suelo.
En el collado Lobera, como ya es
habitual, paramos al Ángelus aprovechando el sol y sombra de los arces. Las
muchachas nos adelantaron y ya no las veríamos hasta el Pico de la Tejeda.
Conforme nos acercábamos al borde
de la cresta donde se da vistas a la Axarquía y al mar íbamos viendo aparecer
la niebla por esa cresta. El levante suele meter el aire cargado de humedad del
mar en la Tejeda privándonos así de disfrutar esa maravillosa vista hacia el
sur.
El Pico parecía una feria. Nos
reunimos allí casi una cincuentena de personas en grupitos más o menos grandes.
Unos cuantos de nuestro grupo subieron al monolito y eso despertó el interés de
otros caminantes, de modo que casi se tuvo que organizar una fila y pedir la
vez para subir.
Dejamos el Pico y seguíamos
cubiertos por la niebla, mas en cuanto empezamos a bajar se fue despejando y
abriendo huecos hacia esa intrincada Axarquía y al mar. En Tajo Voladero ya
estaba despejado y aprovechamos para hacer la tradicional foto al borde del
abismo.
Teníamos reservado restaurante en
la Tacita de Plata, que continúa vertiendo su chorrito de agua. Al llegar había
una familia, 4 personas, donde solemos asentarnos y no parece que les gustó
mucho que intentáramos tomar asiento allí, por eso fuimos un poco más abajo.
Resulta que la familia conocía a
Ricardo porque habían sido compañeros en el Instituto. Enseguida se marcharon.
Hicimos un buen rolde debajo de
los pinos y pronto comenzaron a salir chacinas malagueñas y leonesas a modo de
aperitivo. Después la ensalada y las verduras. Fue una comida de mucho verde.
Estaban las verduras adobadas y picantes y las berenjenas de Nori, la tortilla
de berenjena, el pisto, las judías verdes, la calabaza, etc. Alguna carne
también con habas, filetillos variados y el solomillo con ajos.
Terminamos con la rica tarta de
Jerónimo y con los tés y orujos consabidos. Hubo más vino del que podíamos
beber. Recuerdo uno de la Mancha, otro de Ribera, otro de Rioja, uno de
Alicante excepcional y algún otro que se me queda en el tintero. Comida
tranquila, reposada, charlada, excelente. Ricardo ofreció traer calabazas a
quien quisiera y le adjudicamos tres a Pili para que las haga tan ricas como
sabe hacerlas.
El regreso tranquilo, con
paradita en lo alto de los tajos del Salto del Caballo para disfrutar del
panorama y en la división de la senda hacia los Barracones. Por cambiar hicimos
el descenso hacia los Barracones y por el área recreativa, muy concurrida por
cierto, a los coches.
Primer día con fresquito otoñal al comienzo, muy bueno después, sin viento, despejado, excepto la niebla en lo alto de la sierra.
Yo voy. Y mi coche dice que también viene.
ResponderEliminarNos recoges a Lucía y a mi en el aparcamiento de Dia a las 7 h
EliminarVoy
ResponderEliminarMe apunto, estaré en el aparcamiento de Dia
ResponderEliminarVamos
ResponderEliminarJesús. Estaré a las 7 en el aparcamiento del Día con Manolo
ResponderEliminarLola V y P. Zambrana también iremos.
ResponderEliminarLily tambièn irà. A las 7h en el aparcamiento del DIA.
ResponderEliminarMe apunto. Llevo mi coche y si somos cinco, recogemos a German en Vélez. Jesús y Lili también podrían estar en la Ortiz.
ResponderEliminarJesús. Estupendo, Carlos. Te espero a las 7 en la Ortíz
EliminarMe apunto. Jerónimo, ¿a qué hora me puedes recoger?
ResponderEliminarTe digo esta tarde.
EliminarRetomo el caminar. Ricardo
ResponderEliminarP.D. Estaré tambien en La Ortiz a las 7. Ricardo
ResponderEliminarYo también me apunto.
ResponderEliminarMandiez, me recoges en Algarrobo? Dime la hora.
Soy Lucía.
Sí, te recojo
EliminarLily también estarà a las 7h en la Ortiz.
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