miércoles, 30 de noviembre de 2022

3 de diciembre: El Cielo desde Maro

Participantes: 8
Paco R., Jesús C., Rafa, Luis, Manuel D., Ricardo, Paco Z. y Jerónimo
Distancia recorrida:
22 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1.520 metros
Altura mínima: (90 m – Maro)
Altura máxima: (1.508 m – Pico del Cielo)
Tipo de recorrido:
Circular con un tramo de ida y vuelta
Tipo de camino:
Sendas y un pequeño tramo de calle y carretera

Desayuno en la gasolinera de Nerja, buen servicio, pan mediocre. Luis tuvo la gentileza de invitarnos por su cuarto aniversario. FELICIDADES y que sigas cumpliendo aniversarios con la misma energía.

El día se presentaba mal. Cuando salimos de casa estaba lloviendo y a la salida del desayuno seguía lloviznando. Muy poco para que la lluvia empapase el suelo, pero suficiente para mojar las piedras y hacer resbaladizas las veredas. Por eso decidimos iniciar la caminata en Maro porque había varias alternativas: si seguía lloviznando hacer una ruta cortita de entrar por el Sanguino y volver por el manantial, si la lluvia nos permitía caminar más llegar a la Civila y volver por Colmenarejo, y si el día aclaraba pues llegar al Cielo.

A poco de entrar en el Sanguino dejo de lloviznar. Como la temperatura era más bien alta en el mismo Sanguino nos despojamos de los impermeables. El día iba aclarando, parecía que mejoraba, pero en la subida al cortijo Almanchares otra vez lloviznó, aunque no lo bastante como para sacar los impermeables de nuevo. En la paradita de reagrupamiento en el cortijo ya vimos que el día definitivamente mejoraba.

Al llegar al carril de la Civila nuevo reagrupamiento para proseguir a buen ritmo. Jerónimo comenzó a subir al paso que él acostumbra y nos dejó atrás. Más arriba, en el collado de la Civila lo alcanzamos porque se detuvo con sus fotos. Por la senda de los Caracolillos subimos deprisa, adelantamos a unos colegas y en la cresta paramos al Ángelus, abrigados, porque el poco vientecillo venía fresco.

Los caminantes a los que habíamos adelantado llegaron también a la cresta y charlamos un poco con ellos; venían desde Sevilla. Arrancaron ellos a caminar mientras nosotros recogíamos los trastos del Ángelus. Pronto los pasamos porque iban despacio y seguimos por la cresta de la Cuesta del Cielo, muy bien, hasta el durísimo último repecho de llegada al Cielo.

En el pico las fotos justas y retorno a la senda. El día, con la niebla que se iba y venía, y el viento frío no permitía más. De regreso nos cruzamos con los colegas sevillanos cuando enfilaban aún el último repecho y uno de ellos había abandonado con un tirón muscular. Bajamos a buen ritmo, sin parar, porque se hacía tarde y queríamos almorzar en la Civila, más abajo, esperando que hiciera menos frío.

El collado de la Civila fue el restaurante elegido. En cuanto nos sentamos salió el sol y como las matas nos protegían del vientecillo no hubo ni que abrigarse. Un ágape digno de la Vinoteca con ensalada de lechuga, tomates, aguacate, chacina leonesa y edamame como aperitivos. Habitas con jamón, tortilla, arroz, bacalao, caballa y lomo con ajos de platos principales. Después quesos, té, orujos varios y tarta riquísima de masa quebrada de chocolate con relleno de calabaza y almendra. Cayeron tres botellitas de vino: una de Valencia y dos del Bierzo.

Los sevillanos pasaron cuando ya estábamos levantando el campo hacia las 4 de la tarde. Esperaban que su colega del tirón muscular hubiera llevado el coche hasta el comienzo del carril de la Civila evitándoles el trozo de carril hasta la Cueva.

Paco Ruiz tenía ganas de explorar la conexión entre el collado de la Civila y el cortijo Almanchares y Jerónimo se unió a él en la exploración. El resto, más cautos o conservadores, tomamos el carril de la Civila para volver por donde habíamos venido.

El grupo pasamos por el cortijo de los Almanchares antes que los exploradores y, por cambiar, seguimos la senda al camping-manantial. Por el carril de los aguacates ya había poca luz, menos aún en el manantial y el trocito de carretera, por precaución, lo hicimos por fuera de la cuneta.

Al llegar al aparcamiento de Maro, Jerónimo y Paco Ruiz estaban con los coches recién abiertos. Habían vuelto a buen paso por el Sanguino. Su exploración, dificultosa, sin rastro de senda y con mucho matorral. Seguramente para no volver, aunque debió haber unión entre los cortijos de Almanchares y la Civila más o menos por donde ellos pasaron.

Un día que comenzó mal, pero fue mejorando y al final nos permitió hacer la ruta propuesta, con tiempo fresquito, ideal para caminar sin dormirse.

Amanece, que no es poco

Sanguino: cara y cruz de un arroyo

La senda

El Cortijo Almanchares

¿Purgatorio?

Las vistas no tienen precio... algunas gotas de sudor quizás.

Atrás queda el Cortijo de la Civila ¿la mujer de un Guardia Civil?

Nubes sobre la costa granaína

Y Nerja al otro lado

Un descanso o casi

La niebla se acuesta entre las crestas de la Almijara

Un repecho 

Y vamos llegando

para la foto 

y que el cielo espere

que nosotros volvemos a la tierra

más cálida de Nerja

La montaña entre nosotros

y el mar

La no sombra del árbol zen

Donde el mar y el cielo se confunden

Días de vino

y tarta

Lost in the bush with the moon

Atardecer

Mapa

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