jueves, 10 de febrero de 2022

12 de febrero: Cerro Calabozo, Sierra de Huétor


Participantes: 16
Paco Ruiz, Ricardo, Jesús C., Manuel Titos, Antonio Muñoz, Fini, Jerónimo, Nori, Luis, Pilar, Paco Ponferrada, Jesús R., Lola, Paco Zambrana, Lucía y Manuel D.
Distancia recorrida:
13  kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
510 metros
Altura mínima: (1.300 m – Carril proximidades Pto. Molinillo)
Altura máxima: (1.652 m – Cerro Calabozo)
Tipo de recorrido:
Circular
Tipo de camino:
Carriles y campo a través.

Desayuno en la gasolinera de Beas. Celebramos San Ricardo con invitación de Ricardo.
¡¡¡GRACIAS!!!
Partimos del Puerto del Molinillo, de la zona denominada La Rinconada, por el carril
que de la pista sale al este introduciéndose en el bosque de pino y especies exóticas.
En unos metros dejamos el carril y nos internamos en la ladera del Calabozo, sin senda,
buscando las veredillas del ganado y las zonas más despejadas, subiendo hacia las
cimas allá en lo alto. La piedra caliza que constituye todo el Calabozo se descompone
dando lugar a un fértil suelo que mantiene una tupida vegetación herbosa, muy
nutritiva para el ganado, y por eso muy buscada por los pastores en otro tiempo. Hoy,
sin ganados, la hierba permanece intacta año tras año. La falta de ganado también nos
ha afectado a los caminantes porque se han borrado las veredillas que hacían las
ovejas y que nos ayudaban a caminar en el roquedal.
Subimos por la Solana de la Rinconada acompañados al principio por encinas y más
arriba por algunos majuelos dispersos. De vez en cuando se ve alguna albarrada similar
a las utilizadas para formar balates de cultivo, pero que aquí lo que alberga detrás es
una trinchera. Según remontamos el cerro por el Gamonal, las redondeadas rocas
calizas del principio se van tornando en afilado y puntiagudo lapiaz, mientras nos
acercamos a una cresta que parecía cimera para descubrir que no, que la cima estaba
bastante más arriba. Al pie de esa cresta, de sur a norte, discurre un valle herboso
fruto de la unión de varias dolinas. No descendimos a él, lo rodeamos por su parte
oeste yendo hacia la cima que teníamos a la derecha y a una extraña casetilla a la
izquierda de la cima.
La cima oeste del Calabozo es parada obligada para recuperar el aliento y para
disfrutar de una panorámica extraordinaria. El punto de mayor atracción, la blancura
de la nieve en Sierra Nevada, la teníamos vedada por las nubes que iban cubriendo un
cielo en principio límpido. Desde ella se domina toda la zona oeste del parque de la
sierra de Huétor con los cerros Buenavista, Oscuro, Calar Blanco, Víboras, Pollos,
puntales de la Mora, Corzo… etc. Impresionante panorámica toda verde por los
bosques que alberga el parque.
Al este, una cima de similar altura conforma las dos cumbres del Calabozo, separadas
por una gran dolina; rodeándola llegamos al alto del Calabozo, con vértice geodésico.
Desde esta cumbre la perspectiva es hacia el este, menos impresionante que la
disfrutada en la cumbre del oeste, porque la orografía es mucho más suave y los cerros
más dispersos. Lo más llamativo los cerros Carbonales, Mina Grande y Fuente Chica.
Descendimos siguiendo un vallecillo en dirección norte con bastantes ejemplares de
majuelo y con algunas flores de azafrán silvestre, cólchico y gagea, a ras de tierra,
mientras el tomillo y la alhucema aromatizaban el ambiente. En el descenso dejamos a
la izquierda los roquedales de los Dientes de la Vieja.

La bajada terminó en la pista al cortijo y casa forestal de Carbonales. El objetivo era
rodear el cerro Calabozo, primero por esa pista, luego por la que va al Toriles y
después por la del Pozuelo. En las laderas, un tupido carrascal sustituido después por
un magnífico bosque de pino resinero y silvestre, siguiendo el valle del barranco
Carbonales, con la majada del Rincón, a la derecha y la umbría del Sabinal y los
Calarillos del Potro a la izquierda.
En el cortijo del Pozuelo paramos a comer. Otras veces relatamos la composición del
ágape. Hoy, con tantos participantes, es imposible recordar qué se sacó y qué se
comió. Fue, como tantos otros días, un festín completo.
En el cortijo tomamos la pista que a él llega desde el sureste entrando de nuevo en el
valle del barranco Carbonales; pasamos por la zona de la Majada del Gamonal hasta
que el valle se terminó y nos incorporamos a la pista asfaltada entre la autovía y las
canteras de Toriles. Descendimos por la cañada de los Yegüeros, entre un precioso
bosque de pino, cedro, ciprés y otras especies exóticas, con la umbría del cerro del
Espinar a la izquierda y el cerro de los Baldíos a la derecha. Paralelos a la autovía
hicimos el último tramo con el cerro y loma del Espino a la izquierda, al otro lado de la
autovía, y a la derecha, sobre el bosque, los peñones de la Mata y de Catorre.
En resumen, dura subida al Calabozo, compensada por las panorámicas desde las
cimas, y placentero paseo por el bosque después, en un día que predecían con lluvia,
pero que quedo en nubes matutinas y sol vespertino.

Mapa de la ruta

Cuesta arriba entre encinas dispersas

Una parada de reagrupamiento

Parada para ver un muro de antiguas trincheras de la Guerra Civil

y de nuevo hacia arriba por el lapiaz

Llegando al Cerro Calabozo, cima 1

Vistas 360º al P.N. Sª de Huétor

Colchicum triphyllum - Colchico de primavera

En el vértice de Cerro Calabozo, cima 2

Crocus nevadensis - Azafrán blanco

Un rebaño de cabras blancas que, desde arriba, creíamos ovejas

Carrileando

Salimos a una zona más clara

para volver a entrar en la umbría de pino negral y pino silvestre

Casa forestal del Pozuelo

y su curiosa veleta

Panorámica de la Casa Forestal del Pozuelo y el Cerro Calabozo

Vinos

Pinos, cipreses y pinos

Camino de salida hacia la autovía

Flores masculinas del ciprés

Descarnado ciprés entre los pinos

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