Participantes: 9 |
Paco R., Lola V., Luci, Jesús C, Enrique,
Lucía L., Ricardo, Paco Z. y Jerónimo |
Distancia recorrida: |
8,6 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: |
420 metros |
Altura mínima: (2.500 m –Albergues) |
Altura máxima: (3.327 m – Cerro de los Machos) |
Tipo de recorrido: |
Lineal de ida y vuelta |
Tipo de camino: |
Veredas más o menos marcadas |
Desayuno en el Mirador de Güéjar. No nos gusta ni el pan ni el trato, pero no conocemos otro en la subida a la Sierra abierto antes de las 9.
Con el recorrido de hoy se abría
la temporada 2021-22 y como por la costa hace aún mucho calor (esperemos que
sean los últimos coletazos del verano) decidimos retornar a nuestra querida
Sierra Nevada que siempre nos acoge con fresquito.
Aprovechamos los
autobuses-lanzadera desde el albergue Universitario a las Posiciones del Veleta
para quitarnos esa interminable loma del Veleta que tantas veces hemos pateado.
Teníamos plaza reservada en el autobús de las 10.
A pesar de ser un grupo reducido
nunca faltan diferentes puntos de vista para organizar el recorrido: unos
querían una excursión más cañera y otros más tranquila. Al final se tomo la
propuesta de los tranquilos de ir al Corral del Veleta, subir a Los Machos y
darle la vuelta al Veleta, con el añadido de visitar los lagunillos del Veleta
y la laguna Verde si había tiempo.
Con la alegría de volver a
reunirnos en el ambiente que tanto nos gusta, la montaña, iniciamos el descenso
al Corral del Veleta por el Veredón Superior. Alguien comentó que no conocía el
túnel que se intentó abrir en uno de los proyectos de la “carretera de la
Sierra”. Al llegar al Corral nos desviamos al norte buscando la boca del túnel.
Hay marcada sendita hasta ella.
El duque de San Pedro, un
emprendedor pionero en la industria azucarera, constructor de los hoteles
Alhambra Palace y del Duque e impulsor del tranvía Granada-Vegueta del Caracol,
fue también uno de los promotores de la carretera Granada-Alpujarra cruzando la
Sierra. Hacía falta ser un visionario para idear esta carretera de la sierra
que, después de evitar los Tajos del Campanario por este túnel, tenía que
cruzar la hondonada del Corral del Veleta y, casi en voladizo, salvar los tajos
de las caras norte y este del cerro de los Machos. ¡Casi nada! La obra la
diseñó y comenzó a ejecutarla el no menos visionario ingeniero Santa Cruz.
Nosotros atravesamos el Corral
del Veleta por la cresta de la última morrena glaciar de la Sierra, disfrutando
de los últimos restos de nieve y de las dos lagunitas que se forman entre la
morrena y la base del Veleta. Una de ellas, la superior, con un color verde
precioso.
Y con esta grata visión en la
retina enfrentamos la loma al cerro de los Machos. Subida empinada donde las
haya, aunque a estas alturas del verano ya se ha marcado una clara senda que
ayuda en la subida y, sobre todo, a no dudar de qué camino tomar.
En el monolito del cerro de los
Machos nos sentamos a descansar y a contemplar el grandioso y agreste panorama
mientras tomábamos el refrigerio del Ángelus. Lola paseó un poco por la cima
disfrutando de las vistas, con tan mala suerte que resbaló en una roca y cayó
lastimándose la muñeca izquierda.
De las mochilas de la Vinoteca
sale de todo. En esta ocasión salieron vendas y esparadrapo para que Lucía,
recordando sus prácticas en la Facultad, le sujetase la muñeca y le hiciese un
cabestrillo, y pastillas de ibuprofeno para calmar el dolor.
Con este percance no quedaba más
remedio que volver cuanto antes para que Lola recibiese atención sanitaria.
Bajamos de nuevo al Corral del Veleta y subimos el Veredón. Para entonces el
ibuprofeno había hecho su efecto y, aunque no le quitó totalmente el dolor, sí
que le dio fuerza y ánimo, tanto que en vez de seguir descendiendo paramos a
comer.
Comida variadísima, animadísima,
con gazpacho heladito, chacina, verduras, pescado y carne, terminando con una
riquísima tarta de almendra y mandarina, jugosa, excelente, que pasamos con
unas tacitas de té. Vino de La Mancha y de La Palma, este último exótico por lo
raro, que Jerónimo trajo de su periplo palmero junto con un queso de cabra muy
sabroso.
Al terminar, Lola se encontraba
con fuerzas y bajamos caminando en vez de esperar al autobús. Fue una decisión
acertada porque los autobuses paran al mediodía y el primer trayecto de bajada
es a las 4. Para entonces estábamos cerca del Mojón del Trigo.
Día de tiempo excelente, fresquito, casi sin viento, despejado, qué se vio enturbiado por el desgraciado accidente de Lola.
Me apunto.
ResponderEliminarY yo, y yo... Por fin
ResponderEliminarMe apunto Luci
ResponderEliminarJesús también se apunta
ResponderEliminarLola V y P. Zambrana también iremos.
ResponderEliminarMe apunto a las altas cumbres.
ResponderEliminarSi no está cerrada la reserva en la lanzadera
EliminarNo la hemos hecho todavía. Mañana por la mañana llamaré. A ver qué nos dicen. Si no es posible buscaremos alternativas.
EliminarMe he permitido la libertad de llamar a la lanzadera, porque va un grupo de aquí y sabía que en la de las 9 ya no había plazas.
EliminarMe acaban de decir que solam
ente quedan en la de las 11.
Ricardo se apunta.
ResponderEliminarPodemos ir contigo? Si fuera así, dïnos sitio y hora.
ResponderEliminarYo me he quedado de pico en Torre. Espero respuesta
ResponderEliminarmira el wassap
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