lunes, 30 de septiembre de 2019

MIERCOLES 2 DE OCTUBRE: SIERRA NEVADA. ROBLEDAL DE LOS JERÓNIMOS

Dehesa de los Jerónimos y la Dehesilla. Sierra Nevada. 2 de octubre de 2019.
Participantes: Fini, Antonio Muñoz, Manuel de Nerja, Lucía, Pepe, Miguel, Antonio de Fornes, Antonio Usieto, Luci, Victoria y Jesús
Distancia recorrida: 20 km.
Desnivel acumulado: 1.000 m.

Desayuno en El Mirador. Pan casi incomestible, con un platito de jamón salimos a 3,5€. En cuanto esté abierto el restaurante de arriba este hay que dejarlo.

Salimos de las puertas de las cortijadas de Diechar y las Adoratrices, bajando hacia el río Monachil, siguiendo el Sulayr, teniendo enfrente los cerros del Mirador y del Tesoro por donde íbamos a pasar. Poco antes de llegar al cauce del río, a la izquierda está el azud de nacimiento del canal de Diechar. Por allí, por una escalera de hierro se baja al dique y se pasa el río estupendamente. Nosotros, fiados de que habían construido un puente sobre el río, seguimos el carril hasta el cauce para encontrarnos sin puente y teniendo que saltar el río de piedra en piedra.
Los aledaños del río es una zona húmeda, con zarzas cargaditas de deliciosas moras, fresquitas a esa hora de la mañana. Algunos nos pusimos redondicos.
Por la orilla izquierda del Monachil seguimos la pista a la cantera de serpentina. Muy cerca atraviesa el carril un buen chorro de agua. Proviene de la fuente de la Mojonera, una pequeña mina de agua con un buen caudal de agua fresca. Merece la pena visitarla.
El carril asciende entre los tajos y el barranco de la Mojonera por una zona en la cual los aludes de tierra y piedra taparán el carril cada año. Este barranco, tan cortito, había arrastrado gran cantidad de tierra y piedras, algunas enormes. Luego, más arriba, se ve que los taludes del barranco están muy erosionados e inestables y proveen al barranco con interminable cantidad de tierra y piedras.
El carril se mete en el robledal de los Jerónimos y a su sombra se camina con vistas a las Suertes en la ladera derecha y a las construcciones de Prado Llano al frente.
El carril se asoma al barranco de Manuel Casas, con un buen chorro de agua cuyo rumor llega al carril y continúa subiendo entre el bosque hasta la pequeña cantera donde muere, transformándose en senda ascendente por la ladera poblada de monte bajo con algunos grupitos de encinas. El sol aquí se hacía notar y nos hizo sudar por la ladera hasta encontrar la senda de Prado Llano a Monachil. Tomamos esa senda en dirección oeste siguiendo el Sulayr para ascender a la base del cerro del Mirador.
Bajo un hermosísimo pino silvestre autóctono hicimos la paradita del Ángelus. Victoria nos obsequió con un delicioso bizcocho de manzana. ¡Eres única, Vicoria!
Partimos hacia Matas Verdes cerca de esos monumentales pinos autóctonos inconfundibles. En Matas Verdes dejamos el Sulayr que baja a la Cartujuela y seguimos la senda al oeste al collado Ruquino. Pero se ve que la subida se nos había quedado corta porque el personal decidió subir al cerro del Tesoro. Pasamos por la curiosa cueva de las Tres Ventanas y disfrutamos de las fenomenales panorámicas desde la cima. No encontramos el tesoro; queda allí para otra vez.
Vueltos a la senda continuamos descendiendo hacia Ruquino. Cuando lo alcanzamos Antonio Muñoz sacó sus tijeritas de podar y nos metió por una vereda olvidada, de esas que él sólo conoce, por un precioso pinar con sotobosque de majuelo, rosal, serbal, durillo, guillomo, Ononis aragonensis, etc. Una verdadera delicia.
El bosque termina en el barranco de la Dehesilla y allí, a la sombra, encontramos el restaurante ideal para el almuerzo. Almuerzo pantagruélico, más si cabe que otras veces, con chacinas variadas, ensaladas, tortillas, zanahoria, etc., de modo que cuando comenzaron a pasar las carnes ya no teníamos apetito. Bebimos alguna cerveza fresca y vinos de Ribera y Bierzo, frescos también, con un Somontano y un varietal de Merlot que merecían haber estado también frescos. Terminamos con quesos, tés y orujos.
Pasamos por el cortijo de la Dehesilla con sus moreras, siguiendo el carril que nos llevó al Monachil y de él a remontar la pista que habíamos descendido por la mañana. Cuesta durilla a esas horas de la tarde con el sol calentando de lo lindo.
Preciosa ruta que repetiremos sin duda. Día caluroso, sin una nube. Este verano no se termina nunca.

INICIO DE LA RUTA
LLEGANDO AL RÍO MONACHIL
LA FUENTE DE LA MOJONERA

LOS CERROS MIRADOR Y TESORO CON EL COLLADO MATAS VERDES EN MEDIO
SUBIENDO LA LOMA DEL MAGUILLO
EN LAS ESTRIBACIONES DEL CERRO MIRADOR


AL FONDO LA ESTACIÓN DE ESQUI

ANGELUS EN EL MIRADOR

LOS CERROS TREVENQUE Y TESORO


POR LAS PRADERAS ANTES DE SUBIR AL CERRO TESORO
EN LA CUEVA DE LAS TRES VENTANAS


SUBIENDO AL CERRO TESORO





EN LA CUMBRE DEL CERRO TESORO ( 2.000 M)



RESTAURANTE A LA SOMBRA DE LOS PINOS
EL CORTIJO DE LA DEHESILLA
REPONIENDO AGUA EN LA FUENTE DE LA CAPTACIÓN DE DIÉCHAR
CROCUS SEROTINUS SUBSP. SALZMANII. AZAFRÁN SILVESTRE





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