Participantes: 13
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Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Jesús R., Lola
V., Paco Z., Luci, Miguel S., Nori, Jesús C., Ricardo, Tere y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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21 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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925 metros
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Altura mínima: ( 113 m – Pantano del Guadaiza)
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Altura máxima: (Sobre los 530 m – Camino al Daidín)
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Tipo de recorrido:
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Parte circular y parte lineal, de
ida y vuelta
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Tipo de camino:
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Carriles de tierra y veredas.
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Desayuno
en La Esquinita de Fuengirola. Servicio rápido y eficiente. 3€/desayuno.
Salimos
la comitiva de los 3 coches detrás del de Jerónimo que nos guió por ese dédalo
de calles y carreteritas entre San Pedro y la presa del embalse de Guadaíza. No
sé cómo Jerónimo supo encontrar en su día el acceso entre el laberinto de las
urbanizaciones, sin indicación alguna a la presa, y cómo se acuerda sin dudar
del camino.
Aparcamos
en la presa y comenzamos la caminata cruzando la presa, en una mañana, serena,
límpida, con el viento en calma, y con un poco de frío mañanero.
A
100 m de cruzar la presa hay que descender para pasar el arroyo del Alisal por
delante de un embovedado de hormigón por el que sale el cauce del arroyo. Sigue
la senda por el cauce del Guadaiza, sobre los cantos rodados, atravesando algún
bosquete de sauces, hasta que la senda se decide a ascender e introducirse en
ese bosque tan bonito de pino resinero, quejigo y alcornoque, con sotobosque de
madroño, lentisco, mirto, brezo y herguén. Un bosque tupido, con árboles enormes,
tapizados de musgo en su cara norte y oeste, que a través del ramaje dejan ver
el panorama hacia el este, con el cauce del río y la orilla izquierda del valle
completamente cubiertas por el bosque; por encima la cresta por donde discurre
la vereda de Marbella a Ronda, recientemente visitada por la parte del grupo
que fue al Castaño Santo, y recortadas en el azul del cielo las crestas de La
Concha y sierra de las Nieves.
Con
esas vistas tan bonitas, con el ambiente umbrío, protector, que crea el bosque,
con esos arbolazos tan tremendos a nuestra vera… no se nos podía pedir que
camináramos deprisa. Había que disfrutar del entorno, abrir todos los poros del
cuerpo y del espíritu y dejar que bosque, paisaje y entorno penetrasen y
llenasen cada rincón de nuestro cuerpo. Todo propiciaba a caminar tranquilos,
en silencio, comulgando con el entorno, o con tranquilas y agradables charlas,
solazándonos en ese ambiente y con esa compañía tan placentera.
Y
así caminamos tranquilos, sin prisa, subiendo a encontrar la conocida pista que
viene del puerto del Alisal, siguiendo esa pista para cruzar los arroyos de
Alberquillas y Hornillos. Cerca de uno de los descensos al cortijo de las
Máquinas paramos al Ángelus aprovechando una zona de sol. Como era temprano
para ir hacia el cortijo, y uno de los objetivos era buscar algunas setas,
quisimos internarnos en zonas propicias para ellas. Subimos por el bosque a la
pista al Daidín, continuamos por la pista un buen trecho y volvimos a bajar
mirando y parando en esa búsqueda casi infructuosa de las setas. Sólo algún
níscalo cogíamos de tanto en tanto. Ningún pie azul de esos tan hermosos que
crían estos bosques.
Pero
el día no estaba para disgustos. La falta de setas no hizo mella en el ánimo
festivo. Bajamos al Guadaiza, lo cruzamos sobre unas piedras y llegamos al
cortijo de las Máquinas a la hora justa del almuerzo.
Sobre
la solera de ladrillo de una de las construcciones del cortijo nos acomodamos
después de haber cogido algunas naranjas. Excelente comida, como siempre, y
excelentes vinos de Somontano, Mancha, León y Ribera del Duero, acompañaron las
charlas, con ese rodar de fiambreras y botellas tan característico de la
Vinoteca. Con quesos variados, dulces y tés dimos por finalizado el ágape.
Volvimos
sobre nuestros pasos después de remontar la cuestecita de salida del río, en
una tarde más placentera si cabe que la mañana, con esa luz del atardecer que
tan bellos colores pone en el bosque y en la cima de La Concha. Llegamos a los
coches ya sin luz. Estas tardes invernales se nos antojan cortísimas.
Mapa de la ruta
Bajo un viejo quejigo al principio del camino
Junto al río el camino se oculta entre unos viejos y enormes sauces
Veredas en la inmensidad del bosque
que dan para ratos de charla
y alerta de los sentidos
¿Quién rompe el silencio del bosque?
El desconocido y maravilloso bosque del Valle del Guadaiza
Entre brezos de escoba
¿Qué somos junto a él? ¿Qué hemos vivido?
En el Cortijo de las Máquinas
Una sombra uniforme se apodera de la quietud de la tarde
Vinos y níscalos
Me apunto. Ricardo.
ResponderEliminarYo tambien me apunto,voy con mi perrilla.No me acuerdo del sitio para el desayuno, una ayudita porfa....
ResponderEliminarMiguel Sanchez
Me gustaría apuntarme. Jerónimo, si vas, ¿a qué hora podría contar contigo?
ResponderEliminarA las ocho menos veinticinco donde siempre.
EliminarVamos Tere y yo.
Arigatoo, gracias!
EliminarMe apunto. Bar La Esquinita, Fuengirola
ResponderEliminarEntrando por los Boliches penultima a la izquierda.
Os espero en la plaza
ResponderEliminarPues habrá que ir al Guadaiza. Estaré en la plaza a las 7
ResponderEliminarTambién iremos, Lola Valle y P. Zambrana.
ResponderEliminarPili Jesús R. Y Paco vamos.
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