miércoles, 18 de septiembre de 2024

jueves, 12 de septiembre de 2024

14 de septiembre: Canillas de Aceituno - La Fájara

Participantes: 11
Jesús C., Tere, Paco Z. Luis, Nori, Germán, Manuel D.,  Ricardo y Jerónimo
Distancia recorrida:
14,7 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
1030 metros
Altura mínima: ( 430 m – Nacimiento de la Fájara)
Altura máxima: (1325 m – Collado de la Zorra)
Tipo de recorrido:
Circular.
Tipo de camino:
Veredas, carriles y calles del pueblo.

Desayuno en Canillas. Están abiertos tanto el bar Andalucía como la Churrería. El bar sin pan hasta las 9 y la Churrería sin churros hasta las 9. Elegimos la Churrería con buenos bollos con aceite y tomate. A 3€ el desayuno.

En este comienzo de temporada se había hecho una excursión anterior, al Higuerón, pero con muy poca afluencia de personal. Hoy era el comienzo oficial ya con 9 participantes.

Salimos de Canillas hacia el campo de fútbol viejo por esas infames cuestas de Canillas, poniendo a prueba las piernas y los pulmones. El cementerio de Canillas siempre nos llama la atención por la simetría de su entrada con los dos torreoncitos a cada lado de la puerta y su jardincillo delante. Lo ampliaron ya hace tiempo. La nueva tapia, blanca, sin ninguna gracia. Se podrían haber alargado los jardincillos y haber decorado un poco ese lienzo de pared blanca.

Hay que evitar la primera pista a la derecha, muy usada, y seguir de frente hacia el campo de fútbol. Más arriba dejamos la pista por la senda que va hacia el Peñón Grande, caminando entre el ralo pinar que cubre la ladera.

Teníamos una mañana nubosa, con niebla ya en el Peñón Grande, con bastante humedad, fresquita, pero no lo suficiente para evitar sudar en cantidad. En el collado de los Castillejos estábamos todos empapados. Seguimos la senda por encima de la pista hacia los tajos del Peñón, senda utilizada, aunque a trechos no está bien marcada, que sube y baja unos notables escalones rocosos, para salir a la pista en un almacenillo sin uso que se construyó hace años. Allí hicimos un pequeño descanso, todos menos Ricardo que continuó la ruta.

Cruzamos el barranco del Cabrito con su inútil puente de madera porque el arroyo no trae agua más que cuando llueve mucho, pasamos al lado de la calera y atacamos la loma de la Cueva del Agua para entrar en el valle del barranco de la Cueva del Agua. Al llegar al cauce del barranco nos separamos del recorrido al Pico de la Tejeda para cruzarlo y proseguir por la ladera derecha del barranco, entre el pinar. Marchábamos a ritmo tranquilo, de jubilado. Aun así, alcanzamos el collado de la Zorra para hacer allí el Ángelus antes de las 12.

La mañana estaba fresquita, ideal para caminar, incluso cayó un poquito de agua fina de la niebla que nos envolvía. A cambio pagamos el peaje de caminar sin vistas hasta que giramos para entrar en el valle del barranco Hondo. Allí íbamos por el borde de la niebla que unas veces nos permitía ver el bonito paisaje de la Axarquía y otras no.

Bajamos la larga cuesta hasta el Atalayón, donde hicimos un pequeño descanso, todos menos Ricardo, claro,

Seguimos descendiendo, cruzamos el barranco del Atalayón, y por el collado de los Pastos entramos en el pinar más tupido. Ya sin niebla la sombrita de los pinos se agradecía. La bajada tan pronunciada y continua hizo mella en algunos, especialmente en Jesús que se resintió mucho de las rodillas y estaba deseando parar a comer, más que por comer por descansar.

Pero no hubo cuartel. Llegamos a la valla del parque, la atravesamos y continuamos hacia La Fájara por la senda Canillas-Alcaucín, por donde se ha trazado la Gran Senda de Málaga, hasta descender al manantial de la Fájara, principio del río Bermuza.

Aún salía un chorrillo de agua fresca y límpida de la cueva, aunque toda se la llevaba la acequia de la orilla derecha. Ese era el restaurante elegido y allí nos aposentamos a la sombra de las arbóreas adelfas. Comenzó la rueda de los aperitivos con edamame, chacina y, como novedad, rica sobrasada mallorquina. Tuvimos después ensaladilla, patatas al estilo Germán, berenjenas picantitas, menestra, filetillos tiernos, lomo al ajillo… y alguna cosa que olvido. Quesos de Júrtiga y Mahón y tarta de mandarina y almendra. Para beber vino Malbec argentino, Prieto Picudo y Mencía de León, Callet de Mallorca y algún otro. El té de Paco y el orujo de Manolo acompañaron a la tarta. Luis regaló una desconocida pastilla a Jesús y al poco Jesús estaba eufórico, con ganas de continuar el camino.

Durante la comida, como estábamos sentados en el paso del barranco, apartamos un poco las fiambreras para que pasaran tres extranjeras con sus dos perricos y luego una pareja de jóvenes del pueblo que iban buscando a un tercero que había desaparecido aquella noche.

Nos quedaba la cuestecilla hasta Canillas. La salida del río Bermuza es muy empinada y si se hace descendiendo peligrosa por los resbalones. En la Alberca del Cura la senda desemboca en la pista asfaltada y por ella, con el calorcito de la tarde en la solanera de la pista, llegamos a Canillas.

Tuvimos después una cerveza en el Cruce, celebrando la boda de la hija de Tere y Jerónimo. Tiramos de la lengua a Luis para que dijese qué era aquella pastilla milagrosa que había dado a Jesús, pero no soltó prenda. Y de allí a casa.

Día fresquito, muy bueno para caminar hasta las 13,30 y pájara-cansancio de Jesús en el descenso.

Bidens pilosa - Amor seco

Por la pista que sube hacia la sierra

Canillas de Aceituno

Una veredilla nos acorta las largas curvas del carril

De roca en roca

a los pies

del Peñón Grande

El pinar a ratos se espesa

mientras en otros tramos ralea

Dejando el sendero que conduce a la Maroma

por este otro que la bordea por la ladera suroeste a media altura

Urginea maritima - Cebolla albarrana

Llegando al Collado de la Zorra

Por el momento se acaba la subida

y comienza la bajada

Vamos dejando atrás la niebla

Por la Cueva de los Carneros

donde el roquedo adquiere tintes de tajo

La decidida bajada

con vistas al Pantano de la Viñuela

hasta llegar al Atalayón

Dafne gnidium - Torvisco

Camino al Atalayón

Bajando por el Collado de los Pastos

Steropleurus andalusius - Grillo verde

Tras el verano y a pesar del frescor del día, la bajada se hace larga

Parada junto a la valla del parque

Lapiedra martinezii

Se abren algunos claros en el cielo

al llegar a la Cueva de la Fájara 

Manantial de la Fájara, nacimiento del Río Bermuza

Cogiendo sitio para la comida

Vinos al húmedo fresco

De postre, un "clásico": Tarta de Santiago con aroma de mandarina

Afrontando la subida hacia Canillas

Algunos "Osyris lanceolata", bayones con pocas hojas y menos frutos

Siluetas

Las eses del sendero que suben suavemente

La camiseta te delata

Mapa de la ruta