Participantes: 10 | Luis, Nori, Tere, Lily, Paco Z., Jesús C., Germán, Manuel D., Ricardo y Jerónimo |
Distancia recorrida: | 18,5 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: | 460 metros |
Altura mínima: ( 696 m – Nacimiento Huerta Gorda) | Altura máxima: (934 m – Pto. Forcila) |
Tipo de recorrido: | Circular |
Tipo de camino: | Carriles de tierra y veredas. |
Desayuno en la Venta de la Vega. Mesa reservada para nosotros en el comedor. Enormes rebanadas, buenos molletes, excelente servicio. Para repetir. A 3,50-3,80€. Luis nos invitó por las múltiples celebraciones que tiene en su calendario. ¡¡¡FELICIDADES!!!
Antes de entrar en Montejaque
viniendo de la carretera Ronda-Sevilla tomamos a la derecha, oeste, la pista
que va por encima del fallido embalse de Montejaque. Justo antes de atravesar
el segundo arroyillo que desde el suroeste baja hacia el embalse, aparcamos
junto al comienzo del carril que va por el Cordel del Pozo de los Álamos.
El comienzo de la caminata no
pudo ser más placentero, caminando por la llana pista, rodeados de praderas
verdes tachonadas de florecillas amarillas, blancas y azules, escuchando el
continuo gorjeo de los pájaros, en agradable conversación con los compañeros,
en una mañana serena, luminosa, un poco fresquita, ideal para caminar.
La pista rodea el cortijo de los
Calabazales, con rebaños de ovejas, cabras y vacas pastando. Poco más adelante
un antiguo puente cruza la cristalina corriente del arroyo Guadarés o
Campobuche, con hermosos fresnos en la orilla, lugar ideal para una de las
muchas fotos que haríamos en la jornada.
La pista se divide. El ramal de
la izquierda asciende siguiendo el arroyo Forcila y el ramal del frente, el que
tomamos, sigue el trazado de la Cañada Real de la Manga o de Campobuche, por la
margen derecha del arroyo Guadarés, internándose en un precioso bosque de
alcornoques, quejigos y alguna encina, con las piedras cubiertas por verde
musgo, las pinceladas amarillas de genistas y aulagas en el sotobosque y el
suelo cubierto de florecillas. Parecía imposible imaginar estampa más bucólica.
Caminábamos encantados por el ambiente matutino en ese entorno único.
Pero siempre queda un punto para
mejorar. La senda llega a una presita que retiene un pequeño embalse, rodeado
de alcornoques y quejigos, con la serena lámina del agua verde casi totalmente
cubierta de las florecillas blancas de los ranúnculos. El sitio ideal para
sentarse a contemplar el paisaje, a escuchar los pájaros y a dejarse penetrar
por la belleza que rodea ese embalse único.
En la cola del embalse hay un
pequeño puente sobre lo que debió ser un vado del que aún se conservan las
piedras sobre las que pasarían de un lado a otro del arroyo. Y para terminar el
cúmulo de bellezas aparecieron los majuelos cargaditos de sus flores blancas,
aromáticas. ¿Qué más se podía pedir? En verdad caminábamos embelesados en ese
bucólico entorno.
Pues aún hubo algo más. Fueron
las orquídeas. Vimos del espejo, amarilla, tentredinífera, laxiflora,
olbiensis, serapias… y alguna más quizá.
Sigue la senda el curso aguas
arriba de arroyo Guadarés hasta encontrar la pista-carretera que viene del
puerto de los Alamillos. Allí nos acercamos a dar un abrazo al Gran Alcornoque,
chaparro le llaman por aquí, y a disfrutar un poco de sus enormes ramas y retorcido
troncazo.
Dejamos el arroyo Guadarés que
tan placenteras sorpresas nos había deparado para tomar la pista-carretera al
sur, siguiendo la Cañada de las Diez Pilas, hasta llegar a la llanura de los
Álamos, donde la dejamos para seguir hacia arriba el curso del arroyo de los
Álamos.
Cambiamos el bosque de
alcornoques y quejigos por el llano de los Álamos que se extiende bajo el
agreste cerro Zurraque. Y cuando termina el llano comienza el encinar adehesado
entre colinas suaves y verdes. Era el lugar ideal para sentarnos a almorzar y
bajo una de esas añosas encinas, entre sol y sombra, al tercer intento de
buscar restaurante, nos sentamos a dar cuenta de lo que se escondía en las
mochilas.
Salió, chorizo, salchichón,
cecina, jamón y aguacate de aperitivo, judías verdes berenjena, ensalada y
patatas adobadas como primer plato y pollo, albóndigas, filetillos tiernos y
solomillo con ajos como platos más contundentes. Finalizamos con tres tipos de
queso antes de entrar en la tarta de naranja, almendras, nueces de macadamia y
merengue de coco. Tomamos tintos de Segovia, Bierzo, Uclés y Ribera, y la rica
tarta se pasó con té y orujos blanco y de café.
Retomamos el camino hacia el
noreste, entre las añosas encinas, dimos otro abrazo a la Gran Encina, poco
antes de llegar al puertecillo donde dejamos atrás el valle del arroyo de los
Álamos para entrar en el del arroyo de Forcilla, durante un corto trecho, y
continuar por el Cordel del Pozo de los Álamos, superar un collado cerca del
cortijo de la Charca y descender hacia el embalse donde habíamos dejado los
coches.
Muy buenas. El río Guadares me parece bien. Ya lo que se elija, si el sábado o el domingo.
ResponderEliminarEl domingo estaré a las siete menos veinte en el día.
EliminarCon vehículo si fuera necesario.
EliminarTenemos intención de ir al Rio Guadares, sábado o domingo.
ResponderEliminarVamos Tere y yo.
ResponderEliminarJesús se apunta al madrugón para ir al Guadares, estaré en la Ortíz a las 6,45 del domingo
ResponderEliminarYo también. Ricardo
ResponderEliminarLily tambièn se apunta
ResponderEliminarMe apunto, con coche si hiciera falta
ResponderEliminarTambién me apunto, iré al aparcamiento de Dia
ResponderEliminarA las 6,40 recogeré a Lili en Vinomar y a las 6,45 estaré en la Ortiz
ResponderEliminarTe esperamos, Paco
EliminarManolo, Germán y tú vais directamente al desayuno. Nosotros desde Torre también iremos directamente al desayuno. Jesús
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