Participantes: 12 |
Tere, Jerónimo, Pili, Paco Ponfe, Jesús
R., Rafa, Manolo, Antonio Usieto, Lily, Luci,
Antonio de Fornes, Jesús C. |
Distancia recorrida: |
11,5 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: |
650 metros |
Altura mínima: (210 m –Aparcamiento junto al río Verde) |
Altura máxima: (593 m – Hacienda Román) |
Tipo de recorrido: |
Una parte lineal de ida y vuelta y
otra circular |
Tipo de camino: |
Veredas, carriles, y una pequeña
parte campo a través. |
Desayuno en La Esquinita de Fuengirola. Estrenamos el comedor. Buen servicio y buenas rebanadas. Rafa tuvo a bien invitarnos al desayuno, no porque hubiera sido su cumpleaños o su santo, sino porque quiso celebrar la salida. ¿Para qué más razones? BIENVENIDO y MUCHAS GRACIAS.
Aparcamos en la puerta que corta el paso del carril a Charco Canalón, solos, en una mañana fresquita, algo nubosa y sin viento. La idea era explorar algunas de las sendas de la ladera izquierda del río Verde en la finca Bornoque.
En el haza de la Martina dejamos el amplio carril para buscar la posible senda que subía desde el haza al carrilillo de la cresta de la loma. En mapas antiguos esta senda y carrilillo se da como un camino de Istán a Monda. Al principio, en el haza, no se ve traza de senda, pero al llegar al lomo sí aparece un cortafuegos por el que debía zigzaguear la senda. Subimos el cortafuegos mirando por todas partes y no encontramos senda alguna. Por el cortafuegos se puede subir, con esfuerzo, pero senda no hay. Primera investigación fallida.
Vueltos al carril proseguimos al
norte, dejamos a un lado Casa Palomero y en el desvío a Charco Canalón dejamos
el carril principal para tomar el Camino del Agua al norte. Buscamos entradas
de posibles sendas hacia el este, pero no vimos ninguna antes de la principal
ya explorada y conocida al menos para algunos. La senda se interna en el
precioso bosque mediterráneo de la ladera. Pinos resineros y quejigos junto a
alcornoques componen el dosel que protege el suelo; debajo de ellos arbustos de
madroño, lentisco, mirto, brezo blanco, olivilla, labiérnago… y muchísimo
durillo. Un verdadero vergel.
Caminar por ese bosque umbrío, a
la sombra de tan extraordinaria vegetación, por una senda tradicional, cómoda,
con pendiente uniforme, alfombrada de hojarasca, es una delicia. La paseamos
encantados.
La senda por la que subimos se
divide en un colladito en otra senda que baja al carril un poco más al sur, en
otra que sube a pecho hacia la casa de la Hacienda Román, y una tercera que sube
hacia la casa suavemente por el norte. Por esta tercera proseguimos disfrutando
de ese bosque de cuento de hadas.
Llegados a la cresta Jesús R.
quiso que nos acercáramos a la casona. Señorial edificio ya en ruinas, pero que
sigue mostrando su importancia y su grandeza en el entorno del bosque de
Bornoque, con vistas extraordinarias al blanco Istán al sur, a los picos de
Plaza de Armas y Torrecilla al oeste y noroeste, a la loma de Parrado al
noreste y a la sierra Canucha al este. Un emplazamiento ideal que nosotros
disfrutamos durante un buen rato primero con la colación del Ángelus y luego
explorando casona y alrededores.
Volvimos sobre nuestros pasos
para investigar una senda que habíamos dejado al norte, hacia el arroyo
Capitán. Baja la senda por la Umbría de la Casa hacia el arroyo, lo alcanza y baja
paralela a él, cruzándolo en algunas ocasiones para ascender luego por la
ladera derecha del arroyo. Y aquí nos despistamos. Había una senda que bajaba
otra vez al arroyo y otra que llaneaba y ascendía al oeste. Tomamos esta última
porque sabíamos que en la cercana cresta había un cortafuegos y senda para
descender al Camino del Agua. Senda equivocada que se iba difuminando hasta
terminar subiendo monte a través a la cresta por donde iba el cortafuegos.
Por el cortafuegos descendimos
hasta su final donde principia una sendita para bajar al Camino del Agua. Y en
esa sendita vimos a la izquierda un ramal. Nos figuramos que sería la que
habíamos perdido. La exploramos y, efectivamente, se unía a la ya recorrida en
el punto que habíamos dudado.
El objetivo siguiente era ir a
Charco Canalón. Tomamos el carril al sur. En algunos claros del bosque se veía
el río y también una parte del largo Charco Canalón con bastante gente en la
orilla. Nos gusta disfrutar de los ríos en solitario. Teníamos por una parte la
gente del Charco y por otra que no era un día caluroso y el baño no nos atraía
demasiado. La unión de ambas razones nos hizo desistir de bajar al Charco y
buscar un recodo del camino, amplio, llano y con sombra como restaurante.
Nos sentamos, comenzamos a sacar
las viandas y enseguida ya estaban pasando fiambreras. Somos unos fuguillas y
no aprendemos a sentarnos con parsimonia y a dar tiempo a que el gazpacho se
deshiele, a la preparación de las ensaladas, a la apertura de las cervezas y al
descorche de la primera botella de vino antes de empezar a comer. Las personas
que están haciendo estos menesteres se ven de pronto agobiadas por varias
fiambreras cuando aún están haciendo esa necesaria labor preparatoria. Bueno,
ojalá aprendamos algún día.
Menú de 5 tenedores, como
siempre. Gazpacho heladito, jugosísimas gambas, choricillo picante y cecina de
León, ricas croquetas, pimientos asados, ensaladilla rusa y tortillas. Fue el
día de las albóndigas; las tomamos en salsa de almendras, con tomate y con
tomate y champiñón. Terminamos con deliciosos quesos y carne de membrillo,
antes del mango y de la tarta, de queso de oveja y manzana de la Almijara, exquisita. Fue un día
vinotequero porque aportamos 5 botellitas. Tomamos tres, uno de Valencia, otro
del Penedés y un Bancal que elabora con cariño el amigo Antonio; ricos los
tres. Los postres los acompañamos de té calentito y orujos de café y blanco.
Está claro para qué venimos al monte.
Regreso tranquilo por el carril,
de charla, observando las flores macho y hembra de los algarrobos y royendo
algunas almecinas por si nos habíamos quedado con hambre.
El aparcamiento lleno de coches. Afortunadamente los habíamos dejado en posición de salida y no tuvimos problemas.
Quedamos a tomar un refresco en el Fogón de las Nieves sin echar cuenta de que era sábado, el polígono industrial donde está el Fogón sin actividad y el bar cerrado. Nos quedamos sin refresco. Para otro día.
Paco, Jesús y Pili..Vamos
ResponderEliminarMe apunto. Luci
ResponderEliminarAunque tengo ganas de caminar con vosotros, aún no saldré. Esta tarde noche estaré en Granada. Estoy bien. Ricardo
ResponderEliminarLily se apunta
ResponderEliminarMe apunto a la de mañana.
ResponderEliminarYo tambien me apunto, si no hay contraorden estaré en el aparcamiento de Dia de Torre del Mar
ResponderEliminarHay contraorden, a las 7 estoy con mi coche en la plaza de la Axarquía
EliminarJesús y Antonio Usieto se apuntan. A las 7 en la plaza
ResponderEliminarPor fin! Me apunto para mañana
ResponderEliminar¿Vas por tu cuenta o te recogemos en algún sitio los de Torre?
Eliminar