martes, 8 de junio de 2021

12 de junio: Istán-La Concha

Participantes: 12

Paco P., Jesús R., Pilar, Luis, Paco R., Ana, Jesús C,,  Luci, Manuel D., Ricardo, Paco Z.  y Jerónimo

Distancia recorrida:

15  kilómetros

Desnivel de subida acumulado:

1.120 metros

Altura mínima: (367 m - Istán)

Altura máxima: (1.235 m – Pico de la Concha)

Tipo de recorrido:

Circular con un pequeño tramo de ida y vuelta hasta La Concha

Tipo de camino:

Veredas montañeras.

 

Desayuno en el bar La Parada de Istán. Bar de barrio con la ventaja de tener aparcamiento cerca. El picacho de Istán, impresionante al este del pueblo.

Dar la bienvenida a Ana y a Jesús C. que han estado bastante tiempo sin salir los sábados.

Cuando se calculan los tiempos en las excursiones siempre se peca de optimismo. Saliendo a las 6,45 de Torre del Mar pensábamos estar en Istán a las 8,30 y comenzando la caminata a las 9. Pero no recordábamos las interminables curvas entre Marbella e Istán y tampoco contábamos con la lentitud del servicio y de algunos comensales.

El caso es que nos pusimos en marcha casi a las 9,30 con muchas ganas de meternos en el monte y de enfrentarnos a esa subida continuada hasta la Concha. Al comienzo el suelo es de esquistos, con mucha vegetación, de modo que la senda marca una trocha en ese tupido matorral. Luego, al llegar a las calizas, la vegetación se alterna con peñascales.

Al principio, por la Rozá de Corrito, la pendiente es grande y pronto comenzamos a resoplar bajo el peso de las mochilas. En el puerto de Corrito se suaviza un poco para atacar luego con ganas la subida a cerro Corrito. A partir de él la pendiente disminuye dando tiempo a disfrutar del panorama con el embalse de La Concepción allá abajo, las sierras Palmitera y Bermeja al oeste y al sur, las asperezas del cerro del Castillo y Tajo Bermejo. Un panorama subyugante.

Aparece ante los caminantes la V de puerto Ventana. Y hacia ese puerto sube la senda. Al llegar a él el panorama al sur se abre y en lontananza tenemos a la altiva Concha, nuestro objetivo divisado por primera vez. No estaba cerca, pero verlo ahí reanimaba y daba fuerzas para continuar con la ascensión. Y a fe que íbamos a necesitar las fuerzas porque la senda sigue subiendo impenitente al puerto del Madroño, cruza la cañada del Lastonar y se encarama al puerto del Pilón.

Nos reagrupamos, alguien propuso hacer el Ángelus pero se determinó seguir adelante y hacer una paradita más arriba. En este punto debía terminar la vereda tradicional, porque a partir de aquí se entra en una cresta peñascosa que se asciende a duras penas y con la ayuda de las manos en algún tramo. Es la zona llamada del Sendajón que termina en puerto Corralitos, donde paramos al Ángelus. Muchos agradecimos en el alma esta parada porque las fuerzas nos faltaban.

Al retomar el camino el grupo se escindió. Pili y los Jesuses decidieron no llegar a La Concha sino ir directamente a la Cepilla del Enebro. Mientras, la mayoría, proseguían a La Concha. Habíamos supuesto una multitud de gente, porque en La Concha y en fin de semana siempre la hay, pero no, solamente una pareja de ingleses.

En la cresta soplaba un vientecillo muy agradable que alivió en parte el cansancio acumulado. Además, la senda se transforma, deja las imposibles subidas para llanear o descender con un piso muy bueno, no con el roquedal pasado.

Los tres que íbamos en la cola de la caminata nos pusimos ahora en cabeza mientras el resto iban y volvían a La Concha. Despacio caminamos por las Allanaíllas, bajo el cerro del Lastonar, pasamos por el puerto y cerro de la Yegua antes de avistar el enorme tajo del Salto del Lobo. Por muchas veces que se haya hecho este recorrido el paso del Salto del Lobo siempre impresiona y pone un punto de emoción al subir y bajar esas rocas escarpadas.

En el puerto de los Tres Pinos aguardamos al resto del grupo con una cervecita fresca que Pilar llevaba. Fue el preludio de la opípara comida, habitual en la Vinoteca: aperitivos, verduras, pescado, carnes, quesos y cerezas de postre. A destacar el gazpacho heladito y la tarta, esta vez de chocolate y cerezas, acompañada de tés y orujos. No sé cómo Jerónimo transporta semejante carga por estos andurriales.

Tomamos la senda por el norte del cerro de las Allanás para descender luego por la hoya del Zaparrillar hasta la cañada de Juan Inglés. En la cañada perdimos la frescura del vientecillo de la cresta y el sol caía a plomo sin una sombra protectora. En esas condiciones todos estábamos deseando llegar. Pronto avistamos el picacho de Istán, pero ¡qué lejos estaba!

Zigzagueamos siguiendo el fondo de la cañada, recibiendo por la derecha e izquierda las cañadas de la Fulaneja y de la Mina, luego la del Alcornoquillo y Madroña por la izquierda y de los Amianes por la derecha. ¡Qué larga se nos estaba haciendo! Al final está el Tranco de Juan Inglés con unos acantilados tremendos. En otras condiciones los hubiéramos disfrutado. Hoy sólo queríamos pasarlos cuanto antes, subir al campo de tiro y llegar a los coches.

El fin de fiesta lo puso Paco Ruiz con un par de cestas de ciruelas, maduritas, dulces y jugosas, además de unas cervezas de buen tamaño en La Parada.

Ruta dura para estos días calurosos. Toda la ruta está señalizada con postes indicadores en cada cruce y señales reflectantes pegadas en las piedras; algunas señales ya se habían despegado. ¿No será más barato y ecológico unas rayas pintadas?

Mapa de la ruta

Comenzando la subida

Stahelina dubia - Pincelitos

Una buena cuesta

Dianthus...

Paso con cadenas

El sendero paso por una serie de riscos

Vistas a La Concha

Putoria calabrica - Pedorrera

Por el Sendajón

...

Tras reponer fuerzas a media mañana

Desde la Cepilla del Enebro, con el Torrecilla al fondo

Vistas hacia Marbella

Por la cresta

La cañada de la pedrera

Equilibrios

Llegando a La Concha

Banco para la foto

Cresteo de vuelta

Una tras otro

vamos pasando

por ese filo

con vistas a derecha e izquierda

Por el Salto del Lobo

Vinos

Tarta de cerezas y chocolate

Por la Hoya del Zaparrillar

Ononis aragonensis - Gavó

Halimium halimifolium

Cañada de Juan Inglés

Tajos en la parte final de la cañada

Rhamnus alaternus - Aladierno

Al final de la cañada

Picacho Alto

Nerium oleander - Adelfa

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