domingo, 12 de abril de 2020

Si Mahoma no va a la montaña...

 

El niño que miraba el mar

 “Cada vez que veo esa fotografía
que huye del cliché del álbum familiar,
miro a ese niño que hace de vigía
oteando el más allá del fin del mar.”
L. E. Aute – In memoriam
 
A tantos días que no ven amanecer.
El olor del desayuno  agita las sábanas del sueño, penetra los rincones de mi oído, borbotean las pupilas de placer y me siento, tranquilo, y recuerdo a Teresa en su pequeño bar de Alfarnate, el frío de la mañana y como, ateridos, saboreábamos ese café hirviendo y sopeábamos pan caliente, recién comprando, en un plato rebosante de un aceite verdoso, picante, de aroma y sabor intensos.
Y en esta primavera robada, los primeros rayos de sol nos ven caminar alegres por las calles casi vacías, hoy más aún en realidad, de un pueblo cualquiera (podría ser Yunquera  y Mª Carmen nos traería esos molletes humeantes, crujientes y a la vez esponjosos, que tanto nos gustan) recorriendo caminos pisados tantas veces, mochilas al hombro, en busca de sustento para el cuerpo y para el alma.
Y allí donde el azul del cielo se funde, allá a lo lejos, con el gris sombrío de un mar plomizo, embravecido, curvado de dolor en olas repetidas que van y vienen, siempre la misma, siempre distintas, allí, entre senderos sin fin, nos hemos detenido y hemos llevado los ojos al suelo para distinguir entre las blancas calizas, como puntos de colores, cientos de orquídeas florecer.
Paro el tiempo: las cuatro y diez. 
Por el borde de la inconsciencia tiro el reloj. Cronos a la mierda. Malhumorado se aleja: ¡Te esperaré! ¡Tengo todo el tiempo!
Miro el instante que ha fijado la fotografía.
 
Jesús Cuartero acerca el fruto de una fusca ya pasada a sus ojos cansados. Lola Valle analiza con mirada poética el color de una atlántica. Manuel Díez va al encuentro del vértice no hollado por sus pies ¡difícil! Pili busca una sombra donde resguardarse de ese calor que la atormenta. Paco Zambrana mimetizado con el paisaje forma parte indeleble de él. Luci escudriña la tierra tras el tallo asustadizo del espárrago que teme salir. Tere vuelve la mirada atrás y pregunta a Luis por Nori que aún más lejos sueña cerezos en flor さくら. A su lado, Carlos congela el tiempo en pétalos suspendidos. Paco Ponfe, prismáticos en mano, otea las laderas, las sombras que se mueven y aquellas que permanecen quietas.  Y Jesús junto a él, espera al zorro, al águila o a la cabra que se acerca y nos da recuerdos de Fali. Paco Ruiz, manos en los bolsillos, nos observa desde arriba, allá a lo lejos. Manu se toca sus maltrechas rodillas y echa de menos las mullidas campas del norte, donde a buen seguro, el azul se esconde tras el telón de acero de las nubes. Lucía descansa sentada en una piedra. Enrique habla. Manuel nos saca una sonrisa ¡cuántas margaritas! Ana escucha. Mª Victoria y Rafa entre ellos conversan, mientras Lola nos mira pasar sentada bajo un viejo árbol de tronco retorcido y nos acompaña, siempre. Y Ricardo… ¿dónde está Ricardo? Cogió un atajo para recuperar el tiempo robado, ese que nos pertenece.
 
Margaritas.
 
Formas y colores que quedaron ancladas al calendario, recuerdos de tiempos mejores, instantes iguales y diferentes, siempre las mismas y siempre distintas,  esperando el momento apropiado: ¿Cómo está la Sierra de Mijas de flores? ¿Habrán salido ya las pyramidalis? ¿Será buena  época para ver orquídeas en Cuevas de San Marcos? ¿Y el Torcal?
 
Llueve. Una nube desgarrada.
Tras la noche vendrá la noche más larga. Dicen que tras la tempestad viene la calma y que no hay tormenta que no escampe. Quedará contar las piedras arrastradas, las casas inundadas, los árboles arrancados, las vidas perdidas. Nos quedará pedir perdón por olvidar y olvidar para vivir de nuevo. Volveremos a salir al sol que más calienta pero también al frío invierno o a esa lluvia que nos cala el alma,  y en ese momento, hechas las paces con Hades, su padre, sonriente, volverá a dar cuerda a este mundo atroz, egoísta y  miserable, solidario, responsable, gentil, donde se esconde la maldad y florece la Belleza.
Orquídeas. 
 
Orquídeas de la provincia de Málaga
 
Aceras anthropophorum
 
 
Anacamptis pyramidalis


 
Barlia robertiana


 
Cephalanthera longifolia


 
Cephalanthera rubra



 
Dactylorhiza insularis


 
Dactylorhiza elata

 
Epipactis tremolsii


 
Gennaria diphylla

 
Himanthoglosum hircinum


 
Limodorum abortivum

 
Neotinea maculata
 
 
Ophrys apifera
 
 
 
Ophrys atlantica
 
 
 
 
Ophrys bombyliflora
 
 
 
Ophrys fusca
 
 
 
Ophrys fusca bilunulata
 
 
 
Ophrys lutea
 
 
 
 
 
 
Ophrys scolopax
 
 
 
 
 
Ophrys scolopax picta
 
 
 
Ophrys speculum
 
 
 
 
Ophrys tenthrendinifera
 
 
 
 
 
Ophrys tenthrendinifera ficalhoana
 
 
 
 
Ophrys dyris
 
 
 
Orchis cazorlensis
 
 
 
Orchis champagneuxii
 
 
 
 
Orchis collina
 
 
 
 
 
Orchis conica
 
 
 
 
Orchis coriophora
 
 
 
 
Orchis italica
 
 
 
 
Orchis langei
 
 
Orchis mascula
 
 
Orchis olbiensis
 
 
 
 
Orchis papilionacea
 
 
 
 
 
Serapias cordigera
 
 
 
 
 
Serapias lingua
 
 
 
Serapias parviflora
 
 
 
 
Y aquellas que esperan nombre
 
 

11 comentarios:

  1. Melancolía, poesía y orquídeas, ¡muchas orquídeas!
    Muchas gracias!

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  2. ¡¡¡Preciosa la crónica!!!. Gracias Jerónimo.

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  3. Precioso relato, las orquídeas nos recuerdan la primavera que nos perdemos. Habrá más primaveras. Gracias por acercarnos la montaña y recrear las caminatas

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  4. Y tu..... Jeronimo que vas guiando nuestros pasos y cuidando nuestras espaldas para q no nos descuidemos.Siempre vigía y vigilante.... Gracias Jeronimo por esta crónica.... Todos juntos...

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  5. Aunque no podamos vernos por el covid-19 sirmpre nos quedará la empinada y rocosa montaña como fieles perros que van a su dueño los senderistas siempre regresaran a la montaña acompañados del cantar de los pajarillos y la suave brisa del viento acariciando suavemente nuestra cabellera mientras los rayos de sol nos dan vitaminas

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  6. Gracias Jerónimo por estar en contacto con ese niño tuyo que en ropajes de adulto mira más allá del mar.
    Gracias por crear
    Gracias por dar
    Gracias por desayunar tranquilo y conceder a tu niño pequeño el tiempo del recuerdo.
    Gracias por madurar y no envejecer.
    Gracias por abrir la puerta a Kairos
    Por detener a Cronos
    Por el renacimiento
    de la orquídea negra
    Por sentir a Paco Zambrana
    parte del paisaje.
    Paco es naturaleza que en
    estos días intenta mirar
    más allá del mar.
    Zambrana es un niño que
    necesita de las flores
    (como todos los niños).

    Gracias por escribir
    Y mostrarte
    Por crear
    Por tenerme presente
    en la contemplación
    Y hacerme sentir una niña
    alegre cuando Cronos
    me visita algunas noches
    en forma de sueños
    con mi niña herida.

    Gracias por nombrar y dar
    voz a las personas
    que echo de menos.
    A los paisajes
    que llevo dentro
    Y
    a la tierra que
    da sus frutos para todos
    como escribió Lorca
    Y Lola desde la Gravillea que plantó en este terreno árido ha crecido con tus orquídeas.

    un abrazo fuerte a todo el Grupo Anarquía

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  7. GREVILLEA ROBuSTA que da cobijo a una HiGUERA(tu higuera, Jero) que empieza a brotar en esta primavera-invierno.

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  8. Cuesta encontrar las palabras adecuadas, y como no pretendo inventar lo que seguro no existe, solo me queda darte mil gracias, Jerónimo, por tan precioso regalo en esta ausencia obligada.
    Desde este mi Rincón preferido, un abrazo necesario a todos y hasta muy pronto.
    Manuel

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  9. Jero, gracias por el texto, por las fotos y por los escritos posteriores que has provocado en este grupo "axárquico", también jerárquico, que no "anárquico"!

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  10. Gracias a todos por vuestras palabras y gracias sobre todo a aquellos que olvidé en la fotografía de un instante, que seguro sabrán perdonar mi desmemoria. A Miguel Sánchez, Antonio Sánchez, David, Paco Hernando, Marisol, Mariela, Antonio Usieto, Antonio y Fini, con los que hemos compartido tantos rincones de Granadaa, a Cayetano, al que en estos momentos creo envidiar y tantos otros que seguro se vuelven a quedar en los pliegues del recuerdo.

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  11. Me uno al sentir común de todos para agradecer a Jerónimo sus palabras y sus extraordinarias fotos. ¡Qué envidia!
    Y el agradecimiento tiene que ser extensivo a Lola por su poema, y a todos los que habéis escrito de una manera tan poética; el escrito de Jerónimo propiciaba ese tipo de contestaciones.
    Todos tenemos unas ganas inmensas de volver a caminar. Entonces os recordaré vuestras habilidades descriptivas, salidas de lo más íntimo de cada uno, para que participéis en las crónicas de los recorridos.

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