Participantes: 8
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Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Lola V., Paco
Z., Jesús C., Ricardo y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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27 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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660 metros
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Altura mínima: ( 85 m – Río Chíllar en la Cantera )
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Altura máxima: (730 m – Cahorro del Tajo de las Palomas)
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Tipo de recorrido:
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Parte circular y parte lineal, de
ida y vuelta
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Tipo de camino:
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Veredas, carril, acequia, tramo de
carretera y, sobre todo, el cauce del río.
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Desayuno en la gasolinera de Nerja. Lo ya sabido, buen
desayuno pero caro, a 3,5€ por cabeza
El
río Chíllar es muy bonito, una continua caja de las sorpresas, una de las rutas
veraniegas más bonitas. Tiene dos problemas o dificultades. La primera, el
aparcamiento obligatorio en la zona del Capistrano de Nerja, pone 3 km de ida y
otros tantos de vuelta adicionales a la caminata hecha tradicionalmente, a la
parte imprescindible de la ruta. La segunda es la popularidad alcanzada que
llena de gente los Cahorros, especialmente los fines de semana. Pero es lo que
hay. Si se quiere disfrutar del Chillar hay que apechugar con esos dos
obstáculos.
Esta
primavera ha sido lluviosa, el río debía llevar más agua y, con suerte,
veríamos la cascada final con agua. Con esa esperanza marchamos los 8
magníficos por el cauce del río arriba. Cauce totalmente cambiado. Unas
máquinas lo han allanado, el agua que llega a la cantera va por una acequia
lateral y queda en todo el cauce una pista tremenda.
Zambrana
propuso hacer el recorrido por el canal por evitar baños tempraneros y por
aprovechar la sombra matutina. Dejamos el cauce para buscar la senda paralela a
la tubería de Salto Grande. En el inicio, hasta los edificios derruidos, está muy mal por unos derrumbes terrosos que
han tapado la huella de la senda. Pasamos como pudimos y nos enfrentamos, con
más o menos parsimonia, a la cuestecita (270 m de desnivel). Afortunadamente a
esa hora, en la ladera oeste y por el pinar, se hace toda la senda
prácticamente a la sombra.
Nos
reagrupamos en la boca de la tubería e iniciamos el placentero paseo a lo largo
del canal. En el comienzo han puesto unas rejillas sobre el muro del canal
facilitando mucho el paso. Otra novedad son las protecciones en las partes más
expuestas del recorrido. En amenas charlitas pasamos el canal disfrutando de la
sombra, del flujo continuo del agua y de las excelentes panorámicas sobre las
sierras al oeste, sobre el estrecho valle del río y sobre Frigiliana.
Antes
de las 12, bajo lo que fueron las casitas de la presa hoy desaparecidas,
hicimos un pequeño Ángelus. El cauce por encima de la presa está muy cambiado.
Antes había sendita por fuera de la corriente del río; ahora no, se ha se
caminar por el agua o cerquita de ella porque la maleza ha proliferado mucho.
En cambio ha quedado muy a la vista el manantial de la Vegueta de la Grama cuyo
caudal va al comienzo del canal y que seguramente fue la razón de establecer la
presa donde está.
Dejamos
a la izquierda la salida al barranco de la Cueva de la Parra y a puerto
Umbrales, y a la derecha la enmarañada entrada a la senda al Imán. El manantial
de la Vegueta de la Bandera, detrás del Cerrajón, proporciona casi todo el
caudal del río porque pasada la Vegueta el agua desaparece.
Sobre
los blancos pedruscos del cauce caminamos un rato reencontrado el agua poco
antes de entrar en las Chorreras del Imán. Por las Chorreras cae una ducha que
alimenta la enorme masa de travertino y los culantrillos creciendo en ella; por
el resbaladero tan apenas caía agua.
A la
entrada de los Cahorros del Imán una corta cuerda permite subir el tajo
primero. Creyendo que facilitaríamos esa subida pusimos un par de troncos
inclinados. Pero no se facilita ni el ascenso ni el descenso; se trabajó para
nada.
Pili
se quedó con las mochilas al pie del tajo y el resto trepamos y seguimos
salvando los enormes pedruscos incrustados en el Cahorro. El barranco Romero
aportaba al Chíllar un exiguo chorrito. Casi todo el caudal venía de arriba por
lo que imaginamos que caería agua por la cascada, pero más adelante, cerca del
pie del inmenso tajo de las Palomas, había un manantial que aportaba toda el
agua. Por encima el río venía seco. A pesar de ese mal augurio continuamos
hacia la cascada, para encontrar un chorrito de agua manando de la base del
enorme tajo por donde, en tiempos, caía la cascada, pero la cascada seca.
Quizá
haya cambiado el curso del río por arriba y el agua ha buscado otra capa
impermeable que hace que surja por debajo del tajo de las Palomas. Sea cual
fuere la causa hemos perdido el maravilloso espectáculo de la cascada final.
Volvimos
al comienzo del Cahorro del Imán donde Pili nos esperaba y allí mismo nos
sentamos a almorzar. No era el mejor sitio de sombra porque a todos nos dio el
sol más o menos rato, pero era tarde y queríamos descansar y comer.
Buena
y amena comida, afortunadamente no tan copiosa como en otras ocasiones, con
final de un riquísimo bizcocho de zanahoria y crema de Jerónimo que compitió
ventajosamente con las pastas de cabello de ángel de Ricardo. Tés en cantidad y
de calidad, cervezas y un par de botellas de vino.
En
el descenso, por debajo de donde el camino Frigiliana-Cuesta de los Galgos
corta el río, empezamos a encontrar personal, hacia arriba unos, hacia abajo
otros, pero no en exceso. Sea por la hora tan tardía, sea por la dificultad de
tener que aparcar en Nerja, había menos gente que otras veces.
Los
Cahorros tan bonitos y espectaculares como siempre. Parece que nos olvidemos de
una vez para otra de lo estrechos que son y de la dificultad de la luz para
llegar a la base de ellos. En las anchuritas del cauce han cortado los pinos y
quitado la maleza. ¿Será como protección ante posibles incendios? Otra
explicación no se nos ocurre.
Hay
bastantes matitas del helecho Pteris vitalba
a lo largo del cauce y Pseudoescabiosa grossii
en los tajos.
Nicotiana glauca - Tabaco moruno
Por el cauce tamaño autopista del Chillar, ese que con los sondeos han ensanchado y aplanado hasta un límite sin sentido, realizando nuevas casetas de sondeo en el cauce. Eso sí, no se han preocupado de echar abajo las construcciones de antiguos sondeos, hoy en ruinas, y de llevarse los escombros. Parque Natural...
Por la acequia
Sincronización
Opiliones: arañas que no son.
Aunque pertenecen a la clase de los arácnidos, se diferencian de las arañas en varias características:
No tejen telas pues no tienen órganos para fabricar seda.
Tienen el cefalotórax y el abdomen fusionados en una sola estructura.
Tienen solo un par de ojos.
No poseen veneno.
Para reproducirse, utilizan la copulación directa. El macho posee un pene bajo la boca del tamaño de su cuerpo.
Son sordos y casi ciegos. Se guían casi exclusivamente por el tacto, que está en sus patas.
Su movimiento vibratorio es una estrategia defensiva para cuando se sienten amenazados.
Cerca de la Vegueta de la Bandera
Por el cauce casi seco y pedregoso de la zona intermedia del Chíllar
Sorteando obstáculos
Entrando en la zona de los Cahorros del Imán
Cada uno pasa la poza por donde quiere y puede
Pensando cómo subir
En la parte más estrecha del cahorro
Soledad vertical
Elogio de la adelfa
Como en todos los ríos de la Almijara, el cauce este año está muy cambiado
Más allá de la trasparencia de un cristal
El cahorro de las Palomas con agua pero sin cascada
Tajo de las Palomas desde el cahorro
El agua brota bajo unas enormes piedras encajadas en la oquedad
Intentando no resbalar
Buscando puntos de apoyo para bajar
Libélula
El Almendrón sobre nuestras cabezas
En la zona de los culantrillos
El Almendrón preside, majestuoso, la zona alta del Chíllar
Por una zona de chorreras y pozas bajo la segunda presa
Saltarina
y alegre
busca su camino hacia el mar
multiplicándose
y dividiéndose en chorros infinitos
Myrtus communis - Mirto o arrayán
Las paradas son continuas
para admirar la belleza de las chorreras
Tras algún que otro remojón, seguimos, que aún queda mucho río
Técnica de bajada
La que llaman ahora Poza de los Patos
Chorrera bajo la poza
Sorteando las grandes piedras del cauce
Zona estrecha pero donde el río va pausado
Otra zona de piedras rodeadas de verde, en contraste con el desastre que en algunas zonas un poco más anchas del río están haciendo con la tala de pinos centenarios y el desbroce absoluto de las orillas. ¿Con qué sentido? No lo sabemos. Lo que sí es seguro es que esas zonas tardarán en recuperar su aspecto virginal, salvaje.
Paredes verdes y húmedas
Entrando en uno de los cahorros de la parte baja
En el cahorro serpentean agua, piedras e intrusos
En algunos tramos las paredes de ambos lados parecen tocarse
Saliendo del cahorro
para entrar en otro
donde nos hacemos la foto de grupo
Iré al Alto Chíllar si alguien pasa por Torre con coche
ResponderEliminarYo, Ricardo
ResponderEliminarPaco y Pili.. Vamos
ResponderEliminarMe apunto.
ResponderEliminarVoy.
ResponderEliminarLola V y P. Zambrana tb.
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