martes, 17 de julio de 2018

21 de julio: Chíllar hasta la cascada del Cahorro del Tajo de las Palomas


Participantes: 8
 Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Lola V., Paco Z., Jesús C., Ricardo  y Jerónimo
Distancia recorrida:
27 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
660 metros
Altura mínima: ( 85 m – Río Chíllar en la Cantera )
Altura máxima: (730 m – Cahorro del Tajo de las Palomas)
Tipo de recorrido:
Parte circular y parte lineal, de ida y vuelta
Tipo de camino:
Veredas, carril, acequia, tramo de carretera y, sobre todo, el cauce del río.

 
 
Desayuno en la gasolinera de Nerja. Lo ya sabido, buen desayuno pero caro, a 3,5€ por cabeza

El río Chíllar es muy bonito, una continua caja de las sorpresas, una de las rutas veraniegas más bonitas. Tiene dos problemas o dificultades. La primera, el aparcamiento obligatorio en la zona del Capistrano de Nerja, pone 3 km de ida y otros tantos de vuelta adicionales a la caminata hecha tradicionalmente, a la parte imprescindible de la ruta. La segunda es la popularidad alcanzada que llena de gente los Cahorros, especialmente los fines de semana. Pero es lo que hay. Si se quiere disfrutar del Chillar hay que apechugar con esos dos obstáculos.

Esta primavera ha sido lluviosa, el río debía llevar más agua y, con suerte, veríamos la cascada final con agua. Con esa esperanza marchamos los 8 magníficos por el cauce del río arriba. Cauce totalmente cambiado. Unas máquinas lo han allanado, el agua que llega a la cantera va por una acequia lateral y queda en todo el cauce una pista tremenda.

Zambrana propuso hacer el recorrido por el canal por evitar baños tempraneros y por aprovechar la sombra matutina. Dejamos el cauce para buscar la senda paralela a la tubería de Salto Grande. En el inicio, hasta los edificios derruidos,  está muy mal por unos derrumbes terrosos que han tapado la huella de la senda. Pasamos como pudimos y nos enfrentamos, con más o menos parsimonia, a la cuestecita (270 m de desnivel). Afortunadamente a esa hora, en la ladera oeste y por el pinar, se hace toda la senda prácticamente a la sombra.

Nos reagrupamos en la boca de la tubería e iniciamos el placentero paseo a lo largo del canal. En el comienzo han puesto unas rejillas sobre el muro del canal facilitando mucho el paso. Otra novedad son las protecciones en las partes más expuestas del recorrido. En amenas charlitas pasamos el canal disfrutando de la sombra, del flujo continuo del agua y de las excelentes panorámicas sobre las sierras al oeste, sobre el estrecho valle del río y sobre Frigiliana.

Antes de las 12, bajo lo que fueron las casitas de la presa hoy desaparecidas, hicimos un pequeño Ángelus. El cauce por encima de la presa está muy cambiado. Antes había sendita por fuera de la corriente del río; ahora no, se ha se caminar por el agua o cerquita de ella porque la maleza ha proliferado mucho. En cambio ha quedado muy a la vista el manantial de la Vegueta de la Grama cuyo caudal va al comienzo del canal y que seguramente fue la razón de establecer la presa donde está.

Dejamos a la izquierda la salida al barranco de la Cueva de la Parra y a puerto Umbrales, y a la derecha la enmarañada entrada a la senda al Imán. El manantial de la Vegueta de la Bandera, detrás del Cerrajón, proporciona casi todo el caudal del río porque pasada la Vegueta el agua desaparece.

Sobre los blancos pedruscos del cauce caminamos un rato reencontrado el agua poco antes de entrar en las Chorreras del Imán. Por las Chorreras cae una ducha que alimenta la enorme masa de travertino y los culantrillos creciendo en ella; por el resbaladero tan apenas caía agua.

A la entrada de los Cahorros del Imán una corta cuerda permite subir el tajo primero. Creyendo que facilitaríamos esa subida pusimos un par de troncos inclinados. Pero no se facilita ni el ascenso ni el descenso; se trabajó para nada.

Pili se quedó con las mochilas al pie del tajo y el resto trepamos y seguimos salvando los enormes pedruscos incrustados en el Cahorro. El barranco Romero aportaba al Chíllar un exiguo chorrito. Casi todo el caudal venía de arriba por lo que imaginamos que caería agua por la cascada, pero más adelante, cerca del pie del inmenso tajo de las Palomas, había un manantial que aportaba toda el agua. Por encima el río venía seco. A pesar de ese mal augurio continuamos hacia la cascada, para encontrar un chorrito de agua manando de la base del enorme tajo por donde, en tiempos, caía la cascada, pero la cascada seca.

Quizá haya cambiado el curso del río por arriba y el agua ha buscado otra capa impermeable que hace que surja por debajo del tajo de las Palomas. Sea cual fuere la causa hemos perdido el maravilloso espectáculo de la cascada final.

Volvimos al comienzo del Cahorro del Imán donde Pili nos esperaba y allí mismo nos sentamos a almorzar. No era el mejor sitio de sombra porque a todos nos dio el sol más o menos rato, pero era tarde y queríamos descansar y comer.

Buena y amena comida, afortunadamente no tan copiosa como en otras ocasiones, con final de un riquísimo bizcocho de zanahoria y crema de Jerónimo que compitió ventajosamente con las pastas de cabello de ángel de Ricardo. Tés en cantidad y de calidad, cervezas y un par de botellas de vino.

En el descenso, por debajo de donde el camino Frigiliana-Cuesta de los Galgos corta el río, empezamos a encontrar personal, hacia arriba unos, hacia abajo otros, pero no en exceso. Sea por la hora tan tardía, sea por la dificultad de tener que aparcar en Nerja, había menos gente que otras veces.

Los Cahorros tan bonitos y espectaculares como siempre. Parece que nos olvidemos de una vez para otra de lo estrechos que son y de la dificultad de la luz para llegar a la base de ellos. En las anchuritas del cauce han cortado los pinos y quitado la maleza. ¿Será como protección ante posibles incendios? Otra explicación no se nos ocurre.

Hay bastantes matitas del helecho Pteris vitalba a lo largo del cauce y Pseudoescabiosa grossii en los tajos.

Excelente excursión. Digna de repetirse anualmente aunque la cascada final esté seca.

    

Nicotiana glauca - Tabaco moruno
 
Por el cauce tamaño autopista del Chillar, ese que con los sondeos han ensanchado y aplanado hasta un límite sin sentido, realizando nuevas casetas de sondeo en el cauce. Eso sí, no se han preocupado de echar abajo las construcciones de antiguos sondeos, hoy en ruinas, y de llevarse los escombros. Parque Natural...
 
Por la acequia
 
Sincronización
 
Opiliones: arañas que no son.
Aunque pertenecen a la clase de los arácnidos, se diferencian de las arañas en varias características:
No tejen telas pues no tienen órganos para fabricar seda.
Tienen el cefalotórax y el abdomen fusionados en una sola estructura.
Tienen solo un par de ojos.
No poseen veneno.
Para reproducirse, utilizan la copulación directa. El macho posee un pene bajo la boca del tamaño de su cuerpo.
Son sordos y casi ciegos. Se guían casi exclusivamente por el tacto, que está en sus patas.
Su movimiento vibratorio es una estrategia defensiva para cuando se sienten amenazados.
 
Cerca de la Vegueta de la Bandera
 
Por el cauce casi seco y pedregoso de la zona intermedia del Chíllar
 
Sorteando obstáculos
 
Entrando en la zona de los Cahorros del Imán
 
Cada uno pasa la poza por donde quiere y puede
 
Pensando cómo subir
 
En la parte más estrecha del cahorro
 
Soledad vertical
 
Elogio de la adelfa
 
Como en todos los ríos de la Almijara, el cauce este año está muy cambiado
 
Más allá de la trasparencia de un cristal
 
El cahorro de las Palomas con agua pero sin cascada
 
Tajo de las Palomas desde el cahorro
 
El agua brota bajo unas enormes piedras encajadas en la oquedad
 
Intentando no resbalar
 
Buscando puntos de apoyo para bajar
 
Libélula
 
El Almendrón sobre nuestras cabezas
 
En la zona de los culantrillos
 
El Almendrón preside, majestuoso, la zona alta del Chíllar
 
Por una zona de chorreras y pozas bajo la segunda presa
 
Saltarina
 
y alegre
 
busca su camino hacia el mar
 
multiplicándose
 
y dividiéndose en chorros infinitos
 
Myrtus communis - Mirto o arrayán
 
Las paradas son continuas
 
para admirar la belleza de las chorreras
 
Tras algún que otro remojón, seguimos, que aún queda mucho río
 
Técnica de bajada
 
La que llaman ahora Poza de los Patos
 
Chorrera bajo la poza
 
Sorteando las grandes piedras del cauce
 
Zona estrecha pero donde el río va pausado
 
Otra zona de piedras rodeadas de verde, en contraste con el desastre que en algunas zonas un poco más anchas del río están haciendo con la tala de pinos centenarios y el desbroce absoluto de las orillas. ¿Con qué sentido? No lo sabemos. Lo que sí es seguro es que esas zonas tardarán en recuperar su aspecto virginal, salvaje.
 
Paredes verdes y húmedas
 
Entrando en uno de los cahorros de la parte baja
 
En el cahorro serpentean agua, piedras e intrusos
 
En algunos tramos las paredes de ambos lados parecen tocarse
 
Saliendo del cahorro
 
para entrar en otro
 
donde nos hacemos la foto de grupo

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