Sábado 8 de octubre: El Cielo desde Maro

Participantes:  14	Paco Ruiz, Paco Ponfe, Jesús R., Pilar, Lucía L., Luci, Ana, Nori, Manuel Díez, Jesús C., Enrique, David, Lola D.  y Jerónimo
Distancia recorrida:	21,5 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:	1.520 metros
Altura mínima: (110 m – Maro)	Altura máxima: (1.508 m - Pico del Cielo)
Tipo de recorrido:	De ida y vuelta

Desayuno en la gasolinera de Nerja. Nos acompañó Fali. Ya parece una constante que Fali se una a los desayunos en la gasolinera. Habrá que tenerlo en cuenta para prodigarnos más por ahí y charlar un rato con él. Muchísimas gracias a Paco Ruiz que nos invitó al desayuno sin ninguna razón aparente.

Bienvenidos Lucía, Lola Díaz y David. Habéis faltado demasiado tiempo y os hemos echado de menos.

Aparcamos en Maro y salimos bajo el puente de la autovía para entrar en el Sanguino. Nos recibió con su sombra y su conocido suave cauce, propicio para charlar en esos primeros compases cuando todo el  mundo va fresco y con ganas de compartir. Todo eran conversaciones sobre viajes. Que si Bolivia, que si Montenegro, que si los hechos cada uno en el verano…Parece que se nos queden cortas las montañas de nuestro alrededor.

Con sombra también salimos del Sanguino y subimos hasta el cortijo Almanchares situado en ese altozano con vistas inigualables sobre Maro, Nerja, la costa y los valles por debajo de él. Salimos al carril de la Civila y su dura cuesta empezó a separar grupitos con distinto ritmo y conversación. En el collado de la Civila hubo reagrupación antes de encarar la dura loma de la Civila. En ella vuelta a separase grupos con distinto ritmo. Cuando alcanzamos la cresta con vistas al río de la Miel unos habían concluido el Ángelus, otros lo comenzaban, Lucía había renunciado a llegar allí, y Pili y Jesús R. se habían quedado en una sombra a pocos metros.

Por la senda de la cresta otra vez nos separamos en grupitos. Se caminaba a buen paso porque no queríamos dejar a Lucía demasiado tiempo aguardando a los demás para almorzar. Luego se quedaron Pili, Jesús R. y Paco Ponferrada que los acompañó. En la base del cerro, cuando llega la varga, Lola Díaz también dijo que se quedaba. Y el resto llegamos en dos o tres oleadas a la cruz del Cielo, descansamos unos minutos, nos hicimos las obligadas fotos y para abajo deprisita.

A poco del pico encontramos a Lola Díaz que subía. Con un poco de descanso se había recuperado, había dejado la mochila y le quedaban menos de 10 minutos para coronar. Le dimos como válido el Cielo y continuamos descendiendo mientras grupitos de 2-3 personas subían luchando con la empinada senda.

Aprovechando la sombra de un magnánimo pinillo estaban Pili, Jesús R. y Paco Ponferrada, ¡y Lucía! que a su paso había llegado hasta allí. Decidimos ir a almorzar a la Civila para quitarnos cuanto antes la bajada y para allá bajamos procurando evitar resbalones.

La sombra de un hermoso pino entre el carril principal y las casillas de la Civila nos acogió con su sombra y sus asientos de bloques. Se ve que otros habían aprovechado antes esa magnífica sombra. Mientras nos acomodamos salieron las primeras cervecitas frescas y heladas. ¡Qué buenas nos supieron después del calorazo del día! Hubo un pequeño contraste de pareceres entre algunos que sostenían que se había caminado muy deprisa y otros que decían que al habernos separado en grupitos tampoco se podía hacer esperar mucho a los que se habían quedado. El Cielo desde Maro es una excursión dura, larga y con mucho desnivel, hecha en un día muy caluroso. Seguramente no era la mejor para los que llevaban tiempo sin caminar.

Entre tanto comenzaron a salir las viandas de las mochilas, a abrirse los vinos y las fiambreras a pasar de mano en mano. Comida pantagruélica, como siempre. Quizá deberíamos poner cada uno en su fiambrera lo que se fuera a comer, no poner una ración para cada uno. Terminamos con tés variados y los orujos de Manolo.

A poco más de las 6 llegamos a Maro con ganas de tomar cervecitas o refrescos porque veníamos deshidratados y la mayoría con la ración de agua agotada.

Estamos deseando que lleguen las lluvias, que entre el otoño y que se vaya ya este calorazo.

 

Mapa de la ruta

 

Por el Arroyo Sanguino

 

Llegando al Cortijo Almanchares

 

Pequeña pero matona

 

Por la Cuesta de la Civila

 

Viejos pinos sobrevivientes de tantos incendios

 

El Cielo a la vista y a la mano

 

Llegando a la cima

 

Tú no mires

 

Parte del grupo en la cumbre

 

Bajando con la Almijara y la Tejeda de fondo

 

Bajando una zona un tanto delicada

 

Iris oratoria

 

Vinos

 

El Cielo desde el carril de la Civila

 

Tiempo de mangos