Participantes: Pilar, Paco Ponferrada, Ana, Luci, Ricardo y Jesús
Distancia recorrida: 15,5 km
Desnivel acumulado: 850 m
Desayuno en el bar restaurante el Mirador. Bien.
El aparcamiento de los Albergues, lleno. Dejamos los coches en
doble fila en el centro. Como se llegue más tarde de las 8.30 va a ser difícil
aparcar en el futuro.
Habíamos programado ir a las Lagunas pero cambiamos de idea y
fuimos a las Chorreras del Molinillo porque Pilar no las conocía. Además era
más corta y requería menos esfuerzo. Pasamos por las instalaciones de
Borreguiles y en el Llano del Aparato bajamos hacia un saliente rocoso desde el
cual esperábamos ver la Chorrera en toda su amplitud. Pero…siempre hay un pero.
Esta vez fue que no se veía el final de la cascada. Para conseguirlo pensamos
bajar hasta situarnos encima del río frente a la cascada. Y allá fuimos por el
piornal y la pendiente bajando de mala manera. Nada nuevo en la Vinoteca. En
todas las excursiones tenemos un trecho de monte a través más o menos
enrevesado.
Llegados al punto de destino conseguimos tener la cascada enfrente
en toda su amplitud. Aunque traía menos agua que el año pasado estaba tan
majestuosa como siempre, primero deslizándose por la roca con aparente suavidad
y cayendo luego en tromba para ir a engrosar al Dílar.
Desandamos un poco el camino para pasar el Dílar con mayor
facilidad y llegamos a la base de la Chorrera cuando Ricardo salía de la ducha
de la cascada. Como ya somos viejos no nos escandalizamos con facilidad, pero
motivos hubieron. Tomamos el Ángelus refrescados por la fina lluvia de la
cascada e iniciamos el fuerte repecho para ir a lo alto de la Chorrera. Unos
rebaños de vacas protegían la parte alta y tuvimos que sacar nuestros arrestos
toreros para pasar delante de un toro negro zaíno y de otro colorado, bizco por
más señas.
Nos quedaba lo más placentero, andurrear por los borreguiles y los
regatos, acercarnos a los manantiales, chapotear por las partes encharcadas,
disfrutar de esas flores ofreciendo sus múltiples colores y de esas mariposas
revoloteando sin cesar. Alguien dijo que a nuestras edades no es que estemos
viejos, sino crujientes, nos crujen las piernas, los brazos, la cintura, …y
como estábamos refrescando el inglés por el viaje de Ana a Inglaterra, pues
acuñamos el término de “crunchy women” y con él reímos un rato.
Almuerzo en el arroyo que sale del lagunillo del Cartujo, con
chorizo del Almendral y cervezas fresquitas de aperitivo, ensalada de tomate,
ensaladilla rusa, delicias de pollo, empanadillas, tortilla sin pimiento en
honor de Ricardo, queso de Júrtiga, vinos de Navarra y Aragón, el tradicional
brownie made in Ana y el delicioso té de Pilar.
Regreso tranquilo por la laguna de las Yeguas. Más tranquilo
incluso de lo que hubiéramos querido porque dejamos pasar un rato para que
marchase un gran grupo de jóvenes.
Día despejado, sin viento, fresquito en la altura, con agua a 13ºC
en la ducha y a 4,5 en los manantiales, con magnífico ambiente. Excelente día.
Río Dílar y Chorreras del Molinillo
Paco fotografiando al equipo femenino
Helecho - Criopteris fragilis
Arroyo a punto de caer por las Chorreras
Helecho - Polystichum lonchitis
Andurreando por los borreguiles
Mariposas
Viola palustris
Hacia la laguna de las Yeguas
Acentor alpino
Las Crunchy women y Ricardo en la nieve
Vinos
¿...?
Nevero y borreguil
Borregos buscando la frescura de la nieve
Pili y Paco se apuntan al paseo por las alturas
ResponderEliminarLuci se apunta y estara en la plaza a la hora indicada.
ResponderEliminarYa retorno a las buenas costumbres. Me apunto.
ResponderEliminarYo me he retirado a los campamentos del norte y siento no poder acompañaros hasta el mes de Septiembre, que disfrutéis el verano Andaluz, yo haré lo mismo en el verano Leonés
ResponderEliminarEstaré en la plaza.
ResponderEliminarRicardo.