martes, 14 de enero de 2025

18 de enero: Cerro Huenes y otros cerros cercanos

Participantes: 13
Pili, Paco Ponfe,  Germán, Jesús R., Paco Z., Carlos, Paco Ruiz, Lucía, Ricardo, Manuel D., Jesús C., Tere y Jerónimo.

Distancia recorrida:
 15 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
800 metros
Altura mínima: (1.312 m – Arroyo de Huenes)
Altura máxima: (1.885 m – Cerro Gordo)
Tipo de recorrido:
Circular.
Tipo de camino:
Veredas, carriles y algún pequeño tramo campo a través.

Desayuno en la cafetería del hotel Boabdil en Otura. Muy buena atención y muy cómodo; pan de chapata, a 3,20€

En el collado Sevilla los coches marcaban 1ºC, casi sin viento, pero el frío se notaba por todo el cuerpo, así que estuvimos muy poco tiempo contemplando la espléndida vista de los Alayos y comenzamos a caminar para entrar en calor. El frío fue también el causante de que eligiéramos subir por la solana en vez de ir por la umbría del arroyo Huenes al cortijo de Fuente Fría.

En el puente de los Siete Ojos abandonamos la pista a la Cartujuela para tomar la senda que remonta por el pecho de la ladera derecha del arroyo Huenes, claramente marcada por los hitos del sendero PR-A 20, Cerro Huenes. La senda sube con bastante pendiente y, cuando hubimos recorrido un trecho y recibimos los primeros rayos del sol, comenzamos a quitarnos capas de abrigo. Era lo que esperábamos de la cuesta, que nos quitara el frío.

Más arriba la senda se divide yendo la de la derecha a los cerros del Sol, de la Carne y Gordo, mientras la principal continuaba paralela al arroyo Majadillas hasta la llanura del Chopo. Como era temprano y veníamos con fuerza, decidimos tomar el desvío a la derecha para recorrer las cumbres. El primer cerro era el del Sol. Cuando estábamos cerca de la cumbre, una parte de la cuadrilla la atacó directamente, mientras un grupito trató de evitar el último repecho y tomó una veredilla que llaneaba por su falda como para rodearla. Intento fallido. La sendilla desaparecía en una cañadilla erosionada por las aguas; una parte volvieron sobre sus pasos y otros decidimos ir a la cumbre por la pendiente ladera. Al final todo el grupo se reunió en el colladillo entre los cerros del Sol y de la Carne.

Enfilamos, siguiendo la senda, a los farallones rocosos que coronan la cumbre de la Carne. Debajo de los mismos la senda giraba a la izquierda para evitar esos tajos. La senda se quedó en un caminillo de cabras, con piedrecillas, peligrosa por riesgo de resbalones. La pasamos despacio hasta alcanzar la ladera norte del cerro, donde, unos subieron a la cumbre, mucho más accesible por esta cara, y otros comenzamos el descenso al collado al norte del pico de la Carne. El descenso nos llevó un buen rato porque era muy empinado y totalmente cubierto de piedrecillas resbaladizas. Un rato difícil que se nos hizo largo.

En el colladillo esperamos a los que habían coronado el cerro y todo el equipo se dirigió al tercer cerro, el Gordo, cónico, terroso, y de bastante más altura. Iniciamos la subida hasta un colladillo donde nos detuvimos a la paradita del Ángelus.

A todo esto, las vistas en todo el trayecto de las cumbres son sensacionales: a la derecha, sur, la ladera izquierda del arroyo Huenes, el puntiagudo Trevenque y la erizada cordillerita de los Alayos; al sureste la inmensa Sierra Nevada con nieve que no formaba un manto homogéneo y las edificaciones de Pradollano. Al norte el `picacho del Tamboril y el cerro Huenes.

La subida a cerro Gordo fue sencilla, sin otro problema que salvar el desnivel, descendiendo después al norte y al noroeste en la dirección del cerro Huenes, aunque antes había que salvar el cerrillo de las Minas. En cuanto se pone el pie en la ladera del cerro de las Minas el suelo cambia. La dolomía descompuesta, terrosa y blanquecina del cerro Gordo se transforma en roca caliza gris-azulada. La desnudez de cerro Gordo cambia al matorral con grupillos de encinas del cerro de las Minas, cerro de muy poca altura, que se corona enseguida para descender al noroeste, hacia el cerro Huenes, continuando con el mismo tipo de suelo. En esta laderilla y en el llanillo subsiguiente quedan agujeros, restos de la minería que buscaba hierro y la plata al hierro asociada.

En el collado Huenes se llega a la pista que en él muere. El cerro Huenes está allí cerquita, al noroeste, pero hay que evitar el roquedo mayor e ir por el pinar al puertecillo a la izquierda del roquedal. Al llegar al puertecillo descubrimos que hay una dolina y otro resalte montañoso más al noroeste. Pasamos la dolina y en el resalte montañoso es donde está el vértice geodésico y unas espectaculares vistas de toda Granada y su vega. Preciosa panorámica.

Volvimos sobre nuestros pasos al collado de Huenes y, siguiendo el PR-20 bajamos por el hermoso pinar de pino silvestre hasta alcanzar la pista, el aljibe y el aprisco donde nos recibió la manada de vacas y ternerillos.

El PR lo han trazado por la cañadilla de Fuente Fría, pero si se quiere ver la fuente hay que bajar por la pista, paralela a la cañada, y en la cerrada curva a la derecha que da la pista está la fuente con su alberquilla.

Dejamos la pista y seguimos el PR a la izquierda, por el pinar, con el tajo de la Sabina a la derecha, para llegar a lo que fue el cortijo de Fuente Fría. Después hubo allí un vivero y se construyó un barracón, aún en pie, para albergue de la gente que trabajó en la repoblación forestal.

En la ladera derecha de la cañada de Fuente Fría, buscando el solecito, paramos a almorzar. Hubo de todo. Langostinos, chacina muy variada y boquerones en vinagre de aperitivo, calabaza, menestra y ensalada en el capítulo de verduras, arroz y tabulé en el de las pastas y carnes de todo tipo después. Quesos variados y para terminar la tarta de Jerónimo, de mandarina esta vez, con tés y orujos. Al llegar sólo salieron tres botellitas de vino. Parecía una ración escasa para semejante cuadrilla. Pero cuando una cosa escasea aún sobra, y eso es lo que pasó con el vino, sobró media botella.

Continuamos nuestra ruta, un rato por umbría y después con el sol de tarde dándonos calorcito, por la ladera derecha del arroyo Huenes que ahora lo llevábamos allá abajo. ¡Qué tremenda erosión ha hecho! La vista al arroyo en lo hondo, las parcelitas de cultivo sobre él, la llanura del cortijo de la Fuente del Hervidero encima, y la Boca de la Pescá al fondo componen una estampa preciosa, de la que se disfruta durante mucho tiempo.

La sendita se convierte en carrilillo, cruza el arroyo Huenes, se une a la pista de la Cartujuela y nos lleva al aparcamiento.

Día frío por la mañana, pero muy agradable después, soleado y sin viento. Una delicia de día.

Para empezar

un trecho de carril convertido en nevera

hasta el Puente de los Siete Ojos

Dejamos carril y cogemos senda

con vistas a la Boca de la Pescá con la Maroma al fondo

El sendero se empina

y las vistas se abren a los Alayos

¿Quién mira a quién?

A la sombra de los pinos

no queremos andar esta mañana

Preferimos ese tibio sol invernal que calienta las canillas

Pinos retorcidos

que enmarcan el paisaje

En el Cerro del Sol que creímos de la Carne

Un sube y baja de arenas dolomíticas

y roquedos descarnados

Afrontando las rampas arenosas
que nos acercan

y rodean

la pina subida al Pico de la Carne

una crestilla de piedra suelta

que culmina en un farallón rocoso que sirve de atalaya y posadero

Bajar con tiento

se hace imprescindible para no terminar con el culo en tierra

Hacia el Cerro Gordo

con parada en un collado para reponer fuerzas

Unos se van y otros llegan

a la cumbre del Cerro Gordo

La nieve de la sierra de aclara

y el Trevenque se muestra cada vez más majestuoso

Panorámica de las Sierras Nevadas, la dolomítica y la esquistosa

Pino en la ladera con el Caballo de fondo

Hojas heladas

La bajada del Cerro Gordo

con vistas al Cerro del Tamboril

La subida al cercano Cerro de las Minas

Cerro Gordo, Trevenque y los tresmiles más occidentales de fondo

En el Cerro de las Minas hay cobertura

La bajada por la Llanada del Chopo

Grupo en el Cerro Huenes

con vistas a Granada capital

Desde el roquedo del Cerro Huenes

Los pinos de la zona "adornados" con cientos de nidos de procesionaria

Vuelta de nuevo a la Llanada del Chopo

donde la sierra va mostrando una mejor luz y color

Bajando por el pinar

hasta el aljibe donde rebosan carámbanos

y el aprisco donde algunas vacas y toros nos miran pasar ¿adónde irán estos?

Una bajada entre pinos

y cipreses de repoblación

sirven de marco a los vinos de hoy

Vuelta al camino tras la comida

primero bajo las sombras de los pinos

que cambiamos por arenas dolomíticas

para terminar bajo unos tajos

por los que el sendero serpentea

con vistas a un Trevenque inmenso y agreste

Por el Tajo Colorado

una sucesión de pináculos

de intenso color anaranjado a la luz de la tarde

que caen al abismo del Arroyo Huenes

Panorámica de los Tajos desde el Cerro Tamboril al del Sol

Relación de aprobados y suspensos

Mapa de la ruta