Participantes: 7 | María José, Paco Z., Lola V., Luis, Jesús, Ricardo y Jerónimo |
Distancia recorrida: | 12,6 kilómetros |
Desnivel de subida acumulado: | 820 metros |
Altura mínima: 575 m (Barranco de las Chorreras - Poza Central) | Altura máxima: 1085 m ( Aparcamiento Carretera de la Cabra ) |
Tipo de recorrido: | Lineal, de ida y vuelta |
Tipo de camino: | Carriles y veredas. |
Bienvenida, María José, que te vemos poco por el monte.
Desayuno en la gasolinera de
Nerja. No nos gusta, pero es muy cómoda. Después supimos que en el
bar-restaurante El Capricho de Otívar a partir de las 8 de la mañana tiene pan
y la cocina abierta para desayunar.
Partimos del aparcamiento al lado
del collado de los Chortales, al menos a las 10. Nos habíamos tomado con
tranquilidad el desayuno y la preparación para comenzar la caminata. Seguimos
el conocido sendero que baja desde el collado a la cascada de los Árboles
Petrificados, aprovechando la sombrita de los pinos y del cerro Martos, con
vistas a la hondonada del barranco de los Chortales y a los característicos
pináculos de la dolomía de los Poyos del Pescado. Erosión ruiniforme le llaman
y en verdad que simula una estructura que estuviese derrumbándose.
Claro, a la sombra y con la senda
descendiendo marchábamos estupendamente, con animadas conversaciones, entre el
matorral de romero sequizo y de aulaga pinchosa. Según baja la senda cambia de
orientación oeste a sur. Dejamos los Poyos del Pescado que cambiamos por el
cerro Lopera y, más cercano, al otro lado del barranco, el cerro Pescaderos,
mientras el barranco entra en su estrechísima garganta final.
El descenso final a los Árboles
Petrificados es empinadísimo. Hay que hacerlo despacio para evitar resbalones
en las piedrecillas que cubren la senda y aprovechar barandillas y cuerdas que
facilitan el descenso. Finalmente llegamos a la altura de la cascada, con una
visita rápida a la cueva encima de la cascada para saludar a la Pinguicula
vallisneriifolia, colgada en la pared de entrada a la cueva.
La cascada estaba concurrida y
caía tan apenas un hilillo de agua, no había mucho que hacer allí, por eso
partimos enseguida tomando el sendero al oeste, por la base de los tajos, en
vez de salir al carril principal. Este sendero es bonito, con buenas vistas,
que compensan la aridez del más corto carril principal, pero está poco usado y
la maleza lo va invadiendo a trechos.
En la fuente de las Cabrerizas
nos reunimos y disfrutamos el hilillo de agua fresca que vertía porque la
mañana era cálida, sin una brisita que aliviase el calor. Al lado de la fuente
había una buena sombra que aprovechamos para hacer el Ángelus.
Continuamos por la orilla
izquierda del barranco de los Chortales que había recibido al del Pito y
llevaba una buena corriente de agua remansada en algunas pozas de difícil
acceso. Nos sorprendió la cascada de los Tres Saltos porque caía por la falda
este del cerrillo, no por la sur como era habitual, y porque sólo caía un
salto, no tres. No obstante, es un salto bonito, con varios tramos, cayendo por
el curioso travertino.
Seguimos descendiendo por el
empinado carrilillo de la margen izquierda del barranco de las Chorreras hasta
la conjunción de los barrancos de las Chorreras y de los Madroñales, donde hay
una llanurilla sombreada muy apropiada para descansar. Pensamos comer allí,
pero mientras unos querían continuar la excursión al barranco del Lagarto,
otros preferíamos quedarnos allí evitando la solanera y la cuesta del Lagarto.
Decisión salomónica, Jerónimo, Ricardo y Paco continuaron hacia el Lagarto
mientras los otros cuatro nos quedábamos en el entorno de la desembocadura del
barranco de los Madroñales.
Este grupo nos introdujimos por
el barranco de los Madroñales buscando una poza conocida de otras veces, pero
subimos una sendita a la izquierda que nos llevó a un rellano sombreado con
vistas a dos pozas y una cascada del barranco. Un lugar idílico. María José se
quedó allí a descansar y los otros tres bajamos a la poza. El agua estaba muy
fría. Allí quedamos los tres de pie en la poza sin atrevernos a sumergirnos. Al
cabo de un rato, cuando ya las piernas se habían acostumbrado al frío, nos
dimos un buen remojón dejando allí todas las calorías que nos sobraban. Una
poza excelente, exclusiva para nosotros.
Bajamos a la senda principal a
esperar a los tres caminantes y cuando llegaron los llevamos al nuevo
restaurante donde nos acomodamos a la sombra, con vistas a las dos pozas y la
cascada que las une, con el rumor del agua cayendo. Comenzamos por los
aperitivos con jamón, chorizo, boquerones en vinagre y langostinos. Vinieron
después ensaladas de tomate, de rúcula y escalivada, y terminamos con
albóndigas con tomate y lomo con ajos. Bueno, aún quedaban los quesos, tres
tipos nada menos, a cual mejor, y con carne de membrillo. Té calentito y
bizcocho de mango y algo más que no recuerdo. Para beber cervecita fresca al
principio y dos botellitas de vino, una de la Manchuela y otra del Campo de
Borja. Opíparo almuerzo.
Lo malo de esta excursión es que
comenzamos bajando y la subida queda para el regreso después del almuerzo, con
sol, calor, y el estómago lleno. Principiamos la empinada subida del carrilillo
con la cabeza agachada, concentrados en la cuesta, bajo el sol que caía a
plomo. La senda por el barranco de los Chortales, mucho más llana, nos alivió
un poco, y luego el carril principal nos llevó a la cascada de los Árboles
Petrificados. Un ratito de descanso, y con sombreros y toallas empapados, sobre
la cabeza, fuimos a enfrentarnos con la durísima salida hacia las alturas del
valle. Un tramo que necesita mucho esfuerzo y resignación bajo la solanera.
Después la senda, aunque continúa
subiendo, lo hace más suavemente y los pinos y el talud de cerro Martos sombrean,
a trechos, el camino. Aún así algunos necesitamos tres paraditas para beber y
descansar.
Llegamos finalmente a los coches
hartos de sudar y cansados. Siguiendo los consejos de Luis sobre que la cerveza
es, después de la leche, la mejor bebida hidratante, paramos en el bar El
Capricho de Otívar y en la terraza, a la sombra, agradablemente, despachamos
algunos refrescos y cervezas hasta en jarras de medio litro.
Excursión muy bonita por las
cascadas, las pozas, los barrancos constreñidos por enormes tajos a ambos
lados, por el agua fresquita… pero inhumana por la subida bajo el solazo de la
tarde.
Sintiéndolo mucho no podré acompañaros en esta ocasión. Nos vemos en la siguiente salida.
ResponderEliminarTengo intención de ir.
ResponderEliminarLlevo toda la semana resfriado, lo dejo para la próxima salida.
ResponderEliminarCómo Luis, en principio tengo intención de ir.
ResponderEliminarJesús se apunta. Llevaré coche por si alguien quiere venir. Desayuno en la gasolinera de Nerja sobre las 7,45; no nos guata mucho la gasolinera pero quizá sea el sitio más cómodo
ResponderEliminarMe apunto
ResponderEliminarNos vemos en la gasolinera de Nerja. Maryjo
ResponderEliminarEn la gasolinera nos vemos, sino para echarla al coche sí para el cuerpo.
EliminarAunque si no nos gusta la gasolinera de Nerja para desayunar, podemos hacerlo en mi casa … ahí lo dejo. Maryjo
ResponderEliminarAunque tarde, me apunto. Llamo. Ricardo
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